Road movie al uso de los años 80 procedente de australia.No pasó a la historia y no me extraña.Personaje principal pelin desquiciante con sus soliloquios gran parte de la pelicula.Llega a ser desesperante.Correcta Lee curtis,el resto de personaje flojos.Peli muy lineal durante toda la peli,con persecuciones sin mas,eso si,de terror nada.Prescindible.
Este es un film Australiano que figura entre las mejores películas australianas de todos los tiempos lo cual siendo sincero, me cuesta de creer.
Vale que la película tiene elementos interesantes, como un Stacy Keach que sin ser un gran actor, ni hacer una gran interpretación pega bastante bien como el camionero, (aunque el no se considera tal), Pat Quid, extravagante, poeta y observador acompañado por su fiel Dingo, un perro salvaje australiano que no ladra y al que todo el mundo quiere matar allá donde se encuentre, una Jamie Lee Curtis joven y con uno de los mejores cuerpos de la historia del cine, y una ambientación, la llanura Australiana de Nullarbor, árida, seca y plagada de rústicos personajes y una trama, un asesino en serie de mujeres que vaga por las autopistas en principio interesante pero que no termina de producir toda la tensión y el suspense que requiere o se espera de esta cinta.
Porque claro, aunque lo parezca en principio, esta película nada tiene que ver con el Diablo sobre ruedas, el magistral film de Steven Spielberg, en esa el protagonista era un hombre, corriente, asustado y asediado por un maníaco conductor cuya única meta era escapar de esa pesadilla, en esta es el protagonista quien se dedica a perseguir a un psicópata, y asimismo el tono en esta es mas bien de comedia negra mezclado con pseudo thriller.
La verdad es que no es una película que se tome muy en serio a si misma tirando mas bien de ironía y cinismo y una recta final muy floja en mi opinión con un asesino que no impone nada resultando mas bien patético y poco inteligente.
Curtis está muy bella pero tampoco aparece demasiado, la mujer gruesa del principio tiene cierta gracia pero pasa rápidamente a un segundo plano sin tener mas importancia en la trama.
Seguramente los mejores momentos sean durante las paradas que Pat realiza en las gasolineras donde se percibe un ambiente hostil de los lugareños hacia Pat por tener como mascota a un Dingo que podría haberse explotado mas, pues es cierto que los Australianos son percibidos por muchos extranjeros como rudos, agresivos y un tanto paletos. Pero en lo que es la trama en si el film hace aguas, no hay suficiente tensión ni emoción y falta un buen clímax final y un asesino mas interesante quedándose en una buena idea a medio explotar.
El director Quentin Tarantino es un gran admirador de la cinta, quizá no estaría mal que hiciera un Remake de esta no?
Como fan de Jamie Lee Curtis me he decidido a verla, pero la película me ha defraudado. Dura aproximadamente 1 hora y 35 minutos y durante los primeros 40 minutos no pasa absolutamente nada. Otro punto que me ha decepcionado es que ella apenas sale, tampoco esperaba que fuera la protagonista, pero es que sale 10 minutos contados en toda la película, si llega. Escribo esto para que no os pase como a mí, ya que si no hubiese sido porque salía ella, no la habría visto.
La historia es floja, las actuaciones tampoco son nada del otro mundo y lo cierto es que la película no termina de arrancar. Hay algunas partes de la película que no están mal, pero en general, no la recomendaría.
Muy bonita esa escena final, con cabeza decapitada incluida, pero a mí me ha resultado soporífera durante poco más de hora y media que dura. Tiene dos defectos grandísimos. Uno es, que le sobra metraje por un tubo. Y el segundo, que ha envejecido fatal. Pero realmente mal. Si podría pasar perfectamente por un telefilme de sobremesa, que luego a luego es lo que es. Además, solo hubiera faltado que Stacy Keach hubiese sido el director y, de paso también, el guionista de este film. Pues sale en el 99% de todas y cada una de sus escenas. Se podría afirmar categóricamente que él, y solo él, lleva todo el peso de la peli. La hermana de Michael Myers sale poco. En fin, que no dudo que en cualquier otra web dedicada al cine en general - sin tener en cuenta el género - la peli pueda aprobarse. Pero precisamente aquí.... Vamos, que no pega ni con cola. Además, joder, por qué no decirlo: me ha parecido una auténtica mierda de peli totalmente insoportable, sea del género que sea, que más da. Vaya coñazo, por dios...
Otro de esos títulos que veo tarde,pero es curioso ver que por ahí quedan muchas joyitas del cinenatográficas de décadas pasadas.
Roadgames es una película de un camionero solitario en compañía de su inseperable perro que un buen día cree ser testigo de un terrible asesinato.Película que en ningún momento aburre donde vemos al camionero intentando descubrir la identidad del asesino y de como éste intentará jugar al despiste con nuestro camionero.
Stacy Keach ¨(el inolvidable y mítico Mike Hammer¨) da vida al bonachón y confiado camionero donde vemos también a otra grandísima actriz como Jamie Lee Curtis.
La historia tiene pocos personajes y,se desarrolla en la Australia profunda con una sucesión de situaciones que hará que estemos expectantes hasta el final.
Actuaciones más que correctas.
Un road movie con bastante suspenso la pelicula se desarrolla en el sur de Australia.Un Stacy Keach en su momento con una bellisma Jamie Lee Curtis que despuntaba en la pantalla grande.Gira entorno a un Psicopata que secuestra chicas y luego las entierra.Tiene sus momentos de charla con el Dingo un perro salvaje muy simpatico.Se va desarrollando lentamente pero nunca aburre porque en cada momento sale algo nuevo.Me parece un film muy interensante de principio a fim.El final es muy descabellado.Se la recomiendo a los amantes del suspense con Slasher incluido.
Road Movie Australiana que describe muy bien el lugar de lo que es Sur del pais. La cultura que aparece aqui es realmente exotica. Con un principio que parece que venda un Slasher, todo va lento con un paisaje tranquilo, un humor de lo mas paleto, que conforme se va desarrollando la trama mas personajes curiosos aparecen, con Stacy Keach haciendo uno de los mejores trabajos de su vida. El suspense no lo pierde y el dialogo tiene hasta filosofia por un tubo. Tiene momentos destroy para que se diga que no es una serie-b. De lo mejor de Richard Franklin.
una road movie bastante interesante, si bien tiene sus momentos lentos, charlas innecesarias, la pelicula logra entretener.
en un punto uno comienza a plantearse distintos posibles finales y vueltas de tuerca, pero termina siendo todo bastante simple y predecible.
keatch y curtis hacen muy bien las cosas en este filme, sin pretenciones y para ver sin esperar nada.
No muy buena pelicula que mezcla slasher-thriller-road movie.La pelicula es muy del monton y algo pesada nunca acaba de despegar,tampoco esta bien hecha o actuada.No vale la pena.
Buena pelicula de roadmovie de suspense con asesino de carretera con una furgoneta sospechosa.Buen argumento muy intrigante y un buen reparto
Críticas: 11
Mad Warrior
6
La carretera australiana, inabarcable, un espacio donde pueden suceder los eventos más sorprendentes.
El sol abrasador, la paranoia y la sensación de muerte. Encuentros extraños, dos hombres enfrentados, un misterio irresoluble, la muerte en los talones...
Todo esto viene a colación de que no sólo DePalma figura como el cineasta admirador de Hitchcock por excelencia; ahí está Richard Franklin, pero casi nadie se acuerda de él, al menos no los fans del cine australiano. Es menester reivindicar la extraña experiencia de “Patrick“, una de las obras de terror más fascinantes de los años “70, pese al fracaso nacional; tiempo después, mientras ejercía de productor para “El Lago Azul“, elaboraba junto a su colega Everett DeRoche un guión fuertemente inspirado en “La Ventana Indiscreta“, que éste ya usó para la mencionada historia del asesino encamado con telequinesis.
Con la escrita en pocos días “Road Games“ la apuesta subió y AVCO Embassy se convirtió en la distribuidora, lo que significó para el dúo una serie de problemas que casi resulta en la cancelación de la producción, siendo el detonante la presión por incluir dos actores norteamericanos para afianzar el éxito internacional. Una primera opción fue Sean Connery pero terminó Stacey Keach de protagonista, a quien conocemos nada más empezar; su Quid es un camionero al que le gusta hablar, muchísimo, y no dejará de hacerlo durante los 100 minutos de metraje.
Elocuente, arrogante e irritante, tendría todos los trazos de un personaje “hitchcockiano“ si fuese más elegante. Y Franklin juega bien sus cartas con este inicio frente a un motel de carretera, donde la guapa de turno muere a manos de un tipo misterioso durante una secuencia de gran potencia visual y estética que encajaría bien en la filmografía de Argento. Ya hay un villano y un candidato a héroe, que se miran y tientan a través de una ventana; la observación y la sospecha serán claves a partir de ahora. El fallo de DeRoche fue haber estado despierto durante días mientras concebía el guión, ya que alucinó igual que le sucede a Quid.
Eso explica la tremenda y fastidiosa irregularidad de una trama con más baches que esas autovías de Nullarbor Plain y donde se abre lo que parece ser una intriga basada en el juego del gato y el ratón. El maestro Brian May ofrece su estimulante música a la cacería que inicia Quid por descubrir los tejemanejes del supuesto psicópata que todo el mundo busca; versión de L.B. Jefferies que cambia su silla de ruedas por un mostrenco de Mercedes Benz NG-73, este camionero parlanchín espía y es espiado, tomado por culpable por una policía idiota, acosado por un puñado de paletos que evidencian una violenta hostilidad xenófoba, contribuyendo a densar esa atmósfera en cuyos pliegues sudorosos y asfixiantes nos enfrasca el director.
Ahora el camionero asesino de “El Diablo sobre Ruedas“ pasa a ser víctima de otro asesino, asediado desde todas partes. Pero es la sensación de extrañeza lo que pesa sobre “Road Games“, abriéndose ante el parabrisas del camión un escenario casi irreal, cercano a la experiencia onírica, subrayado por los colores terrosos y las inventivas visuales de Vincent Monton. Y ello se extiende a la forma de los personajes y sus interacciones, que con la mayor naturalidad profieren unos diálogos absolutamente increíbles, de una incoherencia tan absurda que pareciera intencionada.
Digamos que divagan en el ingenio afilado y poético de Hitchcock y el estilo delirante empapado en ácido del que Hooper hacía gala en sus primeras obras, pero no es sino el humor negro que subyace al propio estilo de DeRoche y Franklin, el que retuerce los códigos del suspense y los lleva a otro nivel de extravagancia. La influencia del maestro británico prosigue su camino, no en un desvío, más bien en un bache argumental: Jamie Curtis revela ser la joven que continuamente espera a que la recoja Quid, cual fantasma de la carretera; pero, repitiendo su papel de autoestopista de “La Niebla“, viene a aparecer tras haber pasado casi 40 minutos (y los personajes secundarios menos convencionales de la Historia del cine).
¿Para qué? Para absolutamente nada de nada; ni tendrá un romance con el protagonista ni jugará un papel importante en la continua caza al asesino, es un ser impersonal cuya distancia con el anterior le hace más inquietante aún. Él es el punto clave y lo que mueve la historia desde el principio; Curtis, en honor a su madre Janet Leigh, se convierte en una potencial víctima del homicida (el tributo “hitchcockiano“ se extiende no sólo a un retrete enfocado en primer plano sino a una revista sobre el director que veremos dentro del camión; ni DePalma ha acumulado tantas referencias al maestro...).
¿Víctima? ¡¿Y qué sabemos?! La intención de Franklin era que el público fuese un paso por delante del pobre Quid, pero poco a poco quedamos tan perdidos como él, tanto que también alucinaremos con cuerpos desmembrados y conejos ensangrentados de no tomar un respiro. La idea es difuminar el papel de la autoestopista hasta no saber muy bien por qué y para qué ha aparecido, intercalando situaciones confusas y giros sin explicación. Por suerte el desbarajuste narrativo se encauza al dejar esta tierra baldía de espectros y pesadillas e ir a territorio urbano, brindándonos uno de esos clímax intensos y originales que por siempre se recuerdan.
Nada mejor podría decirse del duelo entre el camión y la furgoneta en esos callejones estrechos, con un coche de policía de por medio como alivio casi humorístico al clima de violencia exhibido...por desgracia el tiempo de rodaje era limitado y Franklin no logró una resolución satisfactoria.
Incluso los de AVCO exigieron filmar otra para hacerlo todo más impactante y enigmático. Pero no todos los australianos alucinaron igual y la película, la más cara realizada en el país hasta la fecha, se estampó en taquilla...lo que no importó para catapultar definitivamente la popularidad del nativo de Melbourne...
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