Considerada injustamente como una de las películas menores de Hitchcock y conocida por su trabajo de cámara, Rope continúa siendo una aguda exploración de temas controversiales para el público moderno, desde los impulsos que llevan al hombre a cometer un asesinato, por puro placer, hasta el pensamiento de Nietzsche, la tensión erótica homosexual, el fascismo y la supremacía de la élite blanca.
La acción tiene lugar en un apartamento de Nueva York, a lo largo de una hora y media de la tarde y noche de un día de mediados de 1948, utilizando un estupendo falso plano secuencia. La película inicia con la cámara enfocándose en una ventana, mientras Brandon (Granger) y Phillip (Dall) están estrangulando a un compañero de estudios. Si solo escuchas, y no ves, la escena, parecería que ambos hombres están en el clímax y post clímax de un acto sexual. Esconden el cuerpo en un baúl de madera que preparan para ser la mesa de servicio de una cena que está por comenzar, a la que han invitado a la novia y a los padres de la víctima.
Así empieza un juego sádico, macabro, cínico, que, al haber sido rodada poco después de la Segunda Guerra Mundial, nos recuerda que muchas cuestiones morales y filosóficas que originaron la guerra siguen sin resolverse. Hitch acertó al elegir a James Stewart como el profesor que inculcó ideas misántropas y criminales en sus jóvenes alumnos, convirtiéndose en cómplice involuntario, debiendo encarar las consecuencias.
Una película que gana en cada visionado, y obtiene por derecho propio la etiqueta de clásico atemporal del cine de suspenso.
¨El Proceso Paradine¨ resultó ser la gota que colmó el vaso en la longeva asociación de Alfred Hitchcock y el hostil David O. Selznick.
Siete agotadores años soportando exigencias de todo tipo que iban a tocar a su fin...
Una vez expirado el contrato con Selznick International, al inglés se le ocurre crear una productora independiente junto a su viejo amigo Sidney Bernstein, Transatlantic Pictures, mientras firma un contrato con Warner que le autoriza a alternar películas a cuenta del estudio y su propia compañía; así, en completa libertad, pone tres proyectos en funcionamiento. Fracasarán por completo en su momento, sí, pero resultan más personales, arriesgadas y experimentales que ninguna de las anteriores. ¨La Soga¨, con la que coquetea por primera vez con el color, es la primera de ellas.
Basada en la conocida obra teatral de mismo nombre de Patrick Hamilton y a su vez inspirada por el escandaloso homicidio de Bobby Franks a manos de los estudiantes Nathan Leopold y Richard Loeb en 1.924 (y que más tarde también contaría con otra recreación para el cine llamada ¨Impulso Criminal¨), sería una película que de ningún modo Hitchcock podría haber realizado junto a Selznick, y la razón está en la obsesión del primero por el teatro y en que al productor le desagradaban particularmente los planos-secuencia que aquél empleaba permitiendo a sus actores rodar durante mucho tiempo de un tirón.
No iba a ser ¨La Soga¨ un experimento que él tomara con gusto, pues la premisa de la pieza original sugiere al cineasta una experiencia radical: rodar una obra de teatro como si se tratara de un solo plano. Obra que empieza desde la calle en un día espléndido, cálido...hasta que la cámara se gira y entra de golpe en un apartamento donde se está perpetrando un horrible asesinato, escenario único de esta historia en la que Bobby es sustituido por David y Nathan y Richard por Brandon y Phillip. Un arcón sirve de tumba improvisada y la excitación del crimen precede a la sensación de superioridad y calma del primero y de inseguridad y culpa del segundo; pero el plan perfecto para el crimen perfecto no acaba ahí.
Una sencilla fiesta se organiza en el piso, nada menos que contando con la prometida y los padres de la víctima como invitados. Se inicia un juego perverso, de tentación continua, lo saben los culpables y el espectador, que, cosa extraña, se pone de su parte (sólo Hitchcock es capaz de convertirnos en cómplices con tanta sutileza); la trama avanzará a través de las interacciones entre los personajes y sus emociones, cada vez más a flor de piel en el transcurso de la noche. El retorcido y sádico sentido del humor de la película alcanza límites insospechados, nunca vistos (no olvidemos que esto se rodó en 1.948).
Los manjares de la fiesta se degustan sobre el cadáver y Hitchcock enfoca con su cámara, que no deja de deslizarse con gran fluidez por el cada vez más asfixiante entorno, a elementos clave para desentrañar el crimen (la cuerda, el sombrero, la copa rota...). Un invitado llega para cambiar la atmósfera, Rupert Cadell, profesor de filosofía de la pareja protagonista; de fondo, un romance amargo perdido, celos aún latiendo con fuerza y la presencia de un doble físico del desaparecido David..Un espectáculo demencial, y divertido pese a su repugnante catadura.
Se habla del crimen como un arte, se aboga por la superioridad intelectual como derecho a decidir sobre la vida y la muerte (es más, sin ni siquiera tener en cuenta la existencia de éstas), el ¨súper-yo¨ ¨nietzschiano¨ pasado por el filtro del homicidio. Con un ingenio diabólico, tanto como el que guía a Brandon, el director persiste en la presencia del humor en el epicentro del horror y la degeneración. Un humor soterrado que se resiste a no ser reconocido como tal ante el cual el espectador, agobiado por lo que ve y escucha, también se resiste hasta que, dudando si está ahí y de la conveniencia de reconocerlo, se rinde a él.
El truco de la cámara siempre en movimiento se aprecia fácilmente (dividiéndose el metraje en unos 9 tramos por ¨corte¨) pero aun así nos sentimos atrapados en un ambiente cada vez más enrarecido y sofocante; durante unos segundos de plano sostenido la simpática criada empieza a recoger la cubertería y los adornos dispuestos sobre el baúl, y la duda sobre el inminente descubrimiento está ahí, siempre está ahí, no se ve pero lo sabemos, es una ausencia tácita. Otra ausencia que da cuerpo a ¨La Soga¨, continuamente sugerida y nunca mencionada, será la homosexualidad inhibida de los dos asesinos; el móvil del crimen, que suplanta al acto sexual.
James Stewart, en su primera colaboración con el cineasta, ofrece una de sus actuaciones más cáusticas y agresivas encarnando a ese inteligente profesor de controvertidas teorías, aires detectivescos y sospecha progresiva, un Sherlock Holmes moderno sin gorra ni pipa y prefiguración académica del Dale Cooper de ¨Twin Peaks¨, bien acompañado de ese genial dúo que forman John Dall y Farley Granger. Guapísima Joan Chandler e impagables Edith Evanson y Constance Collier (antológico el chiste entre ella y Stewart haciendo referencia a ¨Encadenados¨ sin decirlo).
Las reacciones que suscitó ¨La Soga¨ fueron de todo tipo; la taquilla se mostró un tanto indiferente y la crítica divida en buenas y malas opiniones. Era la premisa, la polémica que generó su implacable discurso, la técnica, la forma tan arriesgada de presentarlo todo; se quiera o no admitir, la película fue una adelantada a su tiempo.
El propio Hitchcock afirmaría ante Truffaut que ignoraba sinceramente por qué se dejó llevar por el truco de ¨La Soga¨, pues no podía considerarla de otra manera que como un truco. Hoy es más que eso sin duda, es una de sus obras maestras y uno de los títulos más importantes e influyentes de la Historia del cine.
El director se luce en esta genial película basada en una obra de teatro del mismo nombre, ya en el comienzo uno sabe que está ante una obra del suspenso y no puede dejar de mirarla hasta el desenlace, todo el desarrollo sucede en una casa donde hay como una fiesta de despedida, los dos jóvenes que son los dueños esconden un macabro secreto, todo luce perfectamente pero a medida que van llegando los invitados y con el correr de la noche la situación se va poniendo tensa, actúa el gran James Stewart que también se luce en La ventana indiscreta, y los dos jóvenes protagonista tampoco desentonan, uno es frío y calculador y hará lo imposible para no ser descubierto y el otro más temeroso es el que en cualquier momento explota y cuenta la verdad, sin dudas para la época en que se realizó tiene una calidad superior y eso es por la mano del director, mucha tensión que se logra palpar durante toda la película y un final aunque simple y previsible me encantó de principio a fin.
Primer película a color de Hitchcock, montada de forma que simulara un gran plano secuencia (con todo un despliegue técnico hasta ese entonces inédito) haciendo honor al pasado teatral de la obra en la cual está basada. Brillante ejercicio de suspense, atemporal como todo clásico.
¿Que puedo decir de esta película que no se haya dicho ya? ¿Que es muy buena, o que es una obra maestra? !Por supuesto! Este excelente film tiene muchas virtudes, pero también muchas lecturas. Por decir una: Hitchcock consiguió que el público ¨bienpensante / puritano¨ se pusiese a favor de los asesinos durante casi todo el metraje, e incluso que sufriesen por ellos (¡para que no se descubriera el cadáver!). Eso solo lo podía conseguir Hitchcock, y es que aquí estuvo realmente inspirado.
Hay más lecturas internas...pero sería una crítica demasiado larga.
100% recomendable a los degustadores de cine de suspense de alta calidad, e imprescindible para los fans del maestro Hitchcock.
Puntuación: 8`5.
La película me agrado, resulta interesante como nuestro héroe va descubriendo poco a poco lo que hicieron los malos, bien planteada, bien actuada, con un James Stewart que nació para este papel, no creo que haya otro actor que pueda hacerlo tan bien como Stewart.
Si decides verla hay que recordar varias cosas; la película fue estrenada en los años 40s, casi no tiene escenas de acción, y digamos que el ¨enfrentamiento¨ entre los malos y nuestro héroe es en base a argumentos, aun asi la pelicula resulta atrapante y te transmite desesperacion porque nuestro heroe al fin descubra que hicieron....saludos
Cuando la vi por primera vez me quede impresionado,una historia sencilla rodada prácticamente toda en la misma habitación pero que todo funciona y encaja de maravilla.
Ya desde el primer minuto se sabe quien es el asesino pero todo lo que dura la película te mantiene intrigado por como va avanzando la trama,diálogos muy cuidados y con un transfondo tan interesante como es el motivo de ese asesinato,mención aparte para la forma de rodar de Hitchcock que es algo que solo podía hacer alguien con mucho talento,estamos hablando de una película de los años cuarenta,ese hombre era un adelantado a su tiempo.
Una de mis favoritas del director.
La magia de las segundas revisiones.
Como suele pasarme en muchas ocasiones necesito ver una película una segunda vez para descubrirla de forma diferente. Es el caso de La Soga, un clásico de Hitchcock que siempre me había parecido de los mas flojos del genio. Y no por calidad, sino por que plantea una historia de una forma diferente a la acostumbrada.
Alfred quiso sorprender al espectador mostrando el desenlace en los primeros minutos, hecho que por entonces no fue del gusto de todos. La película es un ejercicio de buen cine de principio a fin, grabada como un falso plano secuencia, mantiene al espectador en suspense a pesar de conocer el final desde primera hora. Apoyada de unos diálogos brillantes fue grabada como si de una obra de teatro se tratase, siendo su primera película en color, rodada con una cámara Technicolor de dimensiones descomunales. La ambientación es fantástica, un solo escenario para todo, donde el fondo cambia según la hora del día y donde los personajes van y vienen sin descanso sin que el objetivo de la cámara nos prive de los momentos mas interesantes de la historia.
Es cierto que si la comparo con otros de sus trabajos quizá quede a la cola, no obstante y olvidándonos de las comparaciones, como he dicho antes, marco un antes y un después en el séptimo arte y como muchas de sus películas sembró el germen para lo que vino a posteriori.
Notable.
Buena película de Hitchock. Me gustó mucho. La película da la sensación de que está filmada de principio a fin en una sola toma pero solo es una sensación ya que tiene cortes pero están tan bien disimulados y camuflados que un espectador corriente no los percibe ni los ve. La trama está buena, un tanto simplona para mi gustó con un final un tanto abierto. Se hace un tanto larga pero es debido a la sensación de que no tiene cortes, no tiene casi música, es todo en un mismo escenario y hay mucho diálogo en donde dicen cosas de menor importancia para la trama. Me gustó mucho de todas formas. La recomiendo.
Una de las imprescindibles no solo de Hitchcock, sino del cine en general, ya que solo por el plano secuencia en que está rodada la hace imperdible, pero eso es solo un detalle, fundamental al fin y al cabo que sirve de pilar maestro para llevar a cabo este interesante juego de suspense durante 77 minutos.
Si va a ser verdad que cuanto más sencillo, mejor, porque no solo se trata de la sencillez de su estilo teatral o su corta duración, que hace que todo lo que ocurra sea de total relevancia sin andarse por rodeos, la misma historia es bastante sencilla, incluso podría decir sin miedo de equivocarme que peca de infantilismo, ya que lo único que se me viene a la cabeza mientras van evolucionando los hechos es que los asesinos son idiotas y la forma en la que aparecen algunas pistas que resultan clave para que su tutor les cace parecen caerle del cielo, y es que si hay algo de lo que verdaderamente peca Hitchcock es de sus giros tramposos e inverosímiles para que sus finales le salgan como a él quiere aunque no queden bien pensándolo fríamente...
...PERO...
...Aquí eso se perdona, no porque me de la gana, sino porque realmente tienen sentido en relación con las personalidades protagonistas.
El personaje interpretado por John Dall está seguro de su teoría: Él, que cree ser un ser superior intelectualmente, está convencido de que tiene derecho a acabar con los seres que considera inferiores, y no solo eso, sino que además cree que es capaz de cometer el crimen perfecto, y está tan seguro de ello que hará gala de su humor negro organizando una fiesta donde se ¨burla¨ de los invitados, y no solo eso, sino que además invita a su ex-tutor, el único hombre que cree él que está a su altura intelectual...
Su compinche, el personaje interpretado por Farley Grangrel, parece estar seguro de esta teoría pero a diferencia de su compañero, es más débil y su nerviosismo puede provocar que la locura de su compañero les delate a ambos.
No hay ningún personaje que sobre en esta historia. Los femeninos, a pesar de no tener un gran peso en la película, contribuyen con pequeños detalles a desestabilizar emocionalmente al débil criminal, por lo que no se puede decir que no estén por llenar hueco.
Pero lo que realmente hace que esto merezca la pena es James Steward como el veterano entrometido y en constante estado de sospecha, sabe que algo no va bien, puede que incluso el guión sea demasiado fantasma con su perspicacia, pero da igual, lo que se quiere contar hace que ese detalle que podría ser un defecto esté a su favor.
Para empezar se desestabilizará la teoría del crimen perfecto, puede que exista, pero para conseguirlo no se puede ser tan idiota de jugar con el fuego como lo hace el villano principal.
Pero lo que realmente refuerza la grandeza de la película es la tesis sobre el ser superior, hipótesis radicalizada por el villano que conseguirá que le repudiemos y que se descubra su locura.
De hecho la tesis es tan espectacular que el final se me ha hecho demasiado simple, ya que esperaba algo más radical pero se queda en el simple final políticamente correcto, donde el profesor repentinamente cambia su opinión sobre el ser superior y da un discurso sobre que nadie merece jugar a ser dios y acabar con la vida de nadie por muy inferior que sea y bla bla.
Esta película merecía un final más crudo, que dejara mal cuerpo y no tan políticamente correcto para que todos salieran satisfechos al verla.
Ese es el único pero que le veo a la película y que impide que le ponga la nota máxima, porque en lo referente a todo lo demás solo tengo palabras mayores.
Me han encantado las actuaciones, el humor negro de sus personajes, en el caso de John Dell, muy macabro, los cambios dramáticos que van sufriendo cada personaje en consecuencia con sus caracterizaciones, y sobre todo, me ha encantado la ambientación que es quizá el mayor fuerte, ya atrae desde el primer fotograma y la misma ambientación en tiempo real en un plano cerrado le da ese toque que provoca que La Soga sea una de las películas de suspense más tensas de todos los tiempos.
Una de las obligadas de Alfred Hitchcock, principalmente por su innovación y la originalidad de la historia. La forma en que está rodada se puede catalogar de experimental, como si fuera un único plano-secuencia. Aún sin serlo, las tomas son largas y los cortes disimulados. Ya hay que tener talento para hacer algo así. La cámara se mueve, se centra en unos personajes, luego en otros, se centra en objetos, se sigue moviendo... Todo en una única secuencia sin cortes, pero cuidando la imagen al mismo tiempo. Se consigue así una película en tiempo real, con aspecto intencionado de obra de teatro, y en la que los actores tienen un papel fundamental...
... que cumplen a la perfección. Especialmente el trío protagonista. John Dall como el asesino frío, inteligente, metódico. No solo se cree superior, si no que quiere demostrarlo y que los demás lo reconozcan. A tal punto quiere llevar su juego que invita a los familiares de la víctima y al profesor que admira, el único al que considera lo suficientemente inteligente como para descubrir el pastel.
Luego está Farley Granger, como el compañero con remordimientos que va perdiendo los papeles según avanza la velada. El nerviosismo y la tensión se apoderan de él. Es interesante ver el contraste entre los dos asesinos, mientras el compañero se desmorona poco a poco y se refugia en el alcohol, el cabecilla se mantiene frío, un poco nervioso, pero conserva la compostura, sigue con su juego e incluso bromea sobre la situación.
Y por último James Stewart, el profesor de los alumnos, observando las rarezas de la fiesta, el comportamiento de los anfitriones, metiéndose donde no le llaman. Gracioso, coqueto. También suspicaz, teme que sus alumnos hayan llevado demasiado lejos sus teorías.
La estupenda dirección e interpretaciones hacen única la película. Se plantea el tema del ser superior de Nietzsche y se lleva un punto más allá al sugerir que los seres superiores tendrían derecho al asesinato de los inferiores, pues sus vidas no importarían. ¿Y quién es apto para decidir que ser es superior o inferior? Hay un momento de debate interesante sobre el tema. Aunque como se concluye al final, al convertir esos argumentos en realidad toman una forma horrible, sirviendo tan solo como justificación de un deseo homicida, por lo que el profesor se avergüenza de sus teorías de seres superiores e inferiores. El ser humano funciona como individuo, con derecho a vivir, pero debe responder ante la sociedad. Una inteligencia superior a la normal no te convierte en un Dios ni te da derecho a decidir sobre la vida y la muerte.
Es una buena conclusión, aunque no me gusta del todo el final. Yo habría apostado por indagar más en la naturaleza perversa del ser humano, quizás por la comprensión del profesor ante la obra de los alumnos, el propio asesinato del profesor por los mismos para no ser atrapados, o incluso el asesinato de los alumnos por parte del profesor. Serían finales más retorcidos y no tan correctos, abriendo líneas de debate que, con este final, quedan bastante cerradas.
De todos modos es muy buena película. Difícil de imitar. Hay que verla.
Excelente película, me gustó mucho la idea de matar a alguien, pero la idea de sentirte bien contigo mismo es escalofriante y, sobretodo, la película te atrapa.
Lo que no me gustó mucho fue el final, sobre como brandom tira el revolver en la mesa sabiendo que si hacia eso el juego se acababa. Brandon era muy profesional para cometer semejante estupidez, pero bueno, la película me gustó mucho.
Puntuación final 8/10.
Que gran peli, da mucho gusto ver este tipo de films, muy bien hecho, el guion increíblemente elaborado, todo se desarrolla en un solo escenario, tal vez el desenlace sea algo predecible, pero tiene una gran enseñanza, don Alfred es un genio total.
Cuando pensabas que Alfred Hitchcock no podía sorprenderte más, aparece el tipo con una película que te vuelve a agarrar el corazón, retorciéndolo hasta límites insospechados ¡Es el más grande! Cada película nueva que veo de él, más le admiro, que forma de hacer cine.
Lo primero que me llama la atención es el cartel, como siempre, Alfred hace gala de su ego exacerbado y se pone en medio del cartel, dejando en un segundo plano a una estrella de la talla de James Stewart (Se podría decir, que junto a Cary Grant, dos de sus actores fetiche) Dicen que los genios son egocéntricos por naturaleza (De hecho, eso mismo se le atribuye a Quentin Tarantino, otro genio, aunque bastante diferente a Alfred, en muchos sentidos).
Ya con ¨Psicosis¨ el tipo destruyó todos los cánones del cine, y a mi me dejó totalmente loco, sin embargo, me quedaba por ver ¨La Soga¨, una película de la cuál me habían hablado maravillas, pero que nunca había visto, así que me animé de una vez y me dispuse a ver una de las obras maestras de Alfred.
Había leído por ahí, que escucháramos los cinco primeros minutos de la soga, sin mirar a la pantalla, y que trates de imaginar lo que está sucediendo en pantalla.
Vemos a dos hombres cometiendo un crimen, pero no oímos a dos hombres cometiendo un crimen, (A lo mejor es mi mente ensuciada por los años, pero se oye a dos hombres después de mantener relaciones sexuales, frases como ¨Teniamos que hacerlo a oscuras, no podíamos hacerlo a plena luz del día¨ y los contínuos jadeos de los protagonistas, me llevaron a pensar eso) solo un maestro de la talla de Alfred Hitchcock, es capaz de hacer esto en una película.
Pero es que esto no acaba aquí, la película, casi en su totalidad, está rodada en un ¨Plano Secuencia¨, sencillamente, a esto es lo que llamo maestría.
Ciertamente, ¨La Soga¨ me recordó al relato de Edgar Allan Poe, conocido como ¨El corazón delator¨, pero pasado por el tamiz de Alfred, quienes hayan leído el libro, posiblemente estén de acuerdo con mi razonamiento.
Dos chavales, convencidos de sus superiores capacidades mentales, deciden realizar un asesinato, básicamente, para ver que se siente, acto seguido, para seguir con su macabro juego, optan por esconder el cuerpo del amigo en un arcón, en el salón, allí encima del arcón, montan la mesa para una fiesta que van a montar horas después.
Estos avispados chavales cometen la gran imprudencia de invitar a su profesor (James Stewart) un inteligente hombre, que comenzará a sospechar cosas pronto.
Stewart está de lujo, así como en ¨La ventana indiscreta¨ o en ¨Vértigo¨, vuelve a regalar una interpretación cautivadora, en la que posiblemente sea su obra más difícil, por parecer más una pieza teatral que una obra cinematográfica.
Quizás, a los que no les agrade demasiado el cine teatral, por así decirlo, les parecerá una película un poco lenta, pero a los que sabemos apreciar el cine con mayúsculas, ¨La Soga¨ estará entre nuestras imprescindibles, ¡Qué grande eres Alfred!.
Un guión que fluye de una forma muy natural e intensa durante todo el metraje. Una sola localización que no hace más que darle más fuerza y emoción a la trama. Y unos personajes que se mezclan de una forma brillante sospechando unos e ignorantes otros.
Un James Stewart estelar durante toda su aparición, tenemos como punto más espectacular la doble vertiente de los dos asesinos, uno con su nerviosismo y miedo y el otro con su tranquilidad y la sensación de tener todo controlados. Esa dualidad hace que película nunca decaiga y estemos expectantes al próximo movimiento de cada unos de ellos.
Hitchcock impresionó con esta obra corta que obliga a los actores a dar lo mejor de ellos sin salirse un ápice de su cometido, no dejando nada al azar ni a la casualidad.
No puedo creer que esta película sea tan vieja, las actuaciones son bastante buenas y la trama es bastante entretenida, al verla creí que era como de los 70´s.
En si no hay mucho que criticarle a esta película, como mencione anteriormente la historia es buena y te mantiene entretenido a lo largo de toda la película a pesar de tener un paisaje monótono. La actitud de Brandon es excepcional y la de Phillip todo lo contrario no deja de desesperarte en todo el filme.
La vi hace mucho tiempo, y me encantó, el estilo de Hitchcock aquí es brutal, sublime, galante, limpia y todos los adjetivos posibles pero para bien. ¿Con un único plano-secuencia? Nos enseña una historia con una introducción muy soleada y que de repente a la, “guantá” en la cara, y entramos de lleno en el desarrollo, si es que no sé cómo describirla, es como estar en directo en esa casa, sentado detrás del baúl viendo todo el percal, un invitado más que está flipando con la telenovela que se ha encontrado. Todo es con un detalle suave y dulce pero poco a poco como es habitual en Alfredo se va yendo al garete todo el plan que nos presentas los “protagonistas” con desenlace multi-nervioso que nos hace cagarnos en todo para que llegue el final y por fin descansar de la tensión
Esta película me parece increíble en bastantes aspectos, en los cuales están su originalidad, algunos actores en concreto, el desarrollo, algunas escenas en particular y lo bien pensada que está el film, ya que creo que otra persona si hubiera tenido la idea de hacer una película con ese argumento no la podría haber sacado tanto jugo como lo ha hecho Hitchcock.
La originalidad de la película es bastante importante, es bastante novedosa, y tiene un argumento muy personal.
Los actores me han encantado, en particular James Stewart y de John Dall, me han parecido actores muy a la altura de la película.
Algunas escenas son verdaderamente tensas, destaco cuando la señora de la limpieza (como yo la llamaría) comienza a quitar todo lo que hay encima del baúl y pone libros y está a punto de abrirlo, me ha encantado y tiene bastante tensión.
Esta película, a pesar de tener un argumento muy original y llamativo, o al menos para mí, tiene una trama que podría desarrollarse en una historia más corta de la que ha hecho Hitchcock, ya que lo importante es la cena, el baúl y el asesinato, sin embargo -Hitchcock- ha sabido llenar gran parte de la película sin aburrir y llenando de tensión y suspense.
No es la mejor obra de este director, pero he de decir que me ha encantado.
Sin ser una de sus mejores películas, ni de las más conocidas, sí que es realmente original. La película transcurre entre 2 habitaciones contiguas, donde se realiza una fiesta en la cual hay diálogos realmente buenos, y en donde James Stewart hace un papel excepcional. ¿Como un tema tan simple te atrapa de esta manera? Pues ahí está el genio de Hitchcock.
Críticas: 59
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ivankiller
8
El contexto importa: ¡La película!
¨Rope¨ es una cinta de suspenso basada libremente en un crimen real cuyas interpretaciones sobresalientes y su sólido melodrama hacen que sea un espectáculo atractivo de principio a fin, independientemente de si adivinas su conclusion o no.
A pesar de que comienza bastante retorcida para 1948 y conlleva una buena cantidad de tensión, el estilo de la película hace que las cosas sean hasta acogedoras, ya que todo ocurre en la misma habitación y esta filmada solamente con un puñado de tomas largas; aunque las nubes falsas son una vista extraña. No estoy seguro de si esta forma poco convencional de hacer cine funcionaría si se incorporara a muchas otras películas, pero funciona muy bien aquí.
Y sí, James Stewart es genial, pero aqui la estrella es John Dall (Brandon). Es excelente como el villano principal, y su sinergia con Farley Granger (Phillip) es fuerte desde el principio.
No me sorprendería que éste sea una gran inspiración para Patrick Bateman muchos años después.
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