Ficha En la Cuerda Floja

6.44 - Total: 82

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Críticas de En la Cuerda Floja (5)




Mad Warrior

  • 11 Dec 2018

8



Dos hombres que usan el mismo tipo de calzado merodean por las oscuras calles de una New Orleans atestada de luces de neón y fuerte olor a sexo. Pero una gran diferencia les separa.
Uno es policía, el otro un psicópata asesino. Aunque opuestos, entre ellos nacerá una extraña conexión; los pasos de uno acecharán al otro, y el cerco se irá cerrando peligrosamente...

En 1.983, Clint Eastwood sorprendió a propios y extraños poniéndose al frente de ¨Impacto Súbito¨, tanto detrás como delante de la cámara, cuarta y penúltima aventura del famoso inspector de San Francisco tras haber estado siete años alejado del personaje. El resultado fue un éxito. El actor/director renovaba la saga devolviéndole a Callahan la dureza que había ido perdiendo a partir de ¨Harry, ¨el Fuerte¨ ¨, además de ser el último en el que aparecería su mujer Sondra Locke, de quien se separaría oficialmente en 1.989.
Demostrando una vez más que era capaz de arriesgarse con cualquier papel, aunque eso destruyera su imagen de cara a un público que lo tenía como un héroe del cine, Eastwood encarnaría a un inspector de policía en un tergiversador ¨thriller¨ escrito por Richard Tuggle, guionista de ¨Fuga de Alcatraz¨ y realizador de ¨Fuera de Límites¨, e inspirado en casos de asesinatos reales sucedidos en Bay Area. Aunque éste asumió el papel de director, Eastwood le reemplazó por su incompetencia, tal como ocurriera con Philip Kaufman en el rodaje de ¨El Fuera de la Ley¨; de todas formas, para evitar problemas con la Directors Guild, el nombre de Tuggle se mantuvo en los créditos.

Ahora Eastwood encarna a Wes Block, un policía de New Orleans alcohólico, que ha fracasado en su matrimonio, con dos hijas de las que apenas se puede ocupar y con una afición: disfrutar las calurosas noches en compañía de jóvenes prostitutas. Por desgracia, los mismos lugares sirven de atracción para un peligroso asesino en serie muy escurridizo; Block deberá atraparle antes de que mueran más mujeres, y para ello tendrá que emplear métodos que nada tienen que ver con la ley, introduciéndose en los sórdidos barrios de la ciudad, mezclándose entre la chusma que por allí pulula...pero el asesino anda más cerca de lo que él se imagina.
Versión heterosexual del ¨thriller¨ de Friedkin, ¨A la Caza¨, al tiempo que disimulada variación del famoso relato de Poe, ¨William Wilson¨, ¨El Perro Rabioso¨ de Kurosawa y ¨El Asesino está en Mí¨, que dirigía Burt Kennedy adaptando la novela de Thompson, ¨En la Cuerda Floja¨ nos engaña desde el mismísimo principio, el cual abre con un espectacular plano aéreo de New Orleans haciendo que inevitablemente recordemos los comienzos de los films de Harry Callahan, aunque su ¨pariente¨ más directo sería ¨Ruta Suicida¨ (esa música de ¨jazz¨ suave y provocativo, esa ciudad llena de peligros sobre la que nos abalanzamos). Todo indica que vamos a volver a disfrutar de la clásica aventura policíaca de Clint Eastwood.

Nada más lejos de la realidad. Sí, hay un asesino y un inspector, y este último hará lo posible por cazarle, pero veremos cómo el actor se dedica a demoler, una vez más, la imagen del policía, del héroe del género, como cuando su Callahan arrojaba trece años antes su insignia al río, indigno de permanecer del lado del iluso sistema legal cuando se había inclinado del lado del ¨otro¨, del asesino. ¨En la Cuerda Floja¨ prosigue con esta mutación. Block se presenta ante nosotros con la más aparente normalidad: un maduro inspector con hijas, familiar, un tanto melancólico...pero que da salida a sus demonios interiores en la noche, entre tinieblas, cuerpos desnudos, morbo, sadomasoquismo, revelando así su otra cara.
Curiosamente, el asesino al que desea detener también recorre esos lugares, como si su propia sombra, la imagen aterradora de un inhibido liberado. Esa sombra hecha realidad empieza a tomar posesión de Block, a dominarle (la pesadilla en la que éste se ve como el criminal); la intriga opera en dos niveles, normalidad y monstruosidad, y a medida que la trama avanza se tornan cada vez más permeables hasta que el policía invade el territorio del asesino (su lugar de trabajo) y el asesino, a su vez, el del policía (su hogar, su familia). Cuando Block está en la fábrica va descubriendo sus demonios y ¨pecados¨ emerger a la superficie (el sonido de las máquinas, la espuma de la cerveza, las gotas cayendo lentamente sobre las botellas): sabe que el asesino ha estado en el mismo sitio que él, sabe que le atrae lo mismo, que le excita lo mismo. El policía ha pasado, finalmente, al otro lado.

Y es que en este ¨thriller¨ en el que se equilibra a la perfección el gusto por DePalma, Siegel y Hitchcock (la persecución final por el cementerio lleva su sello), lo importante no es el caso ni los brutales asesinatos perpetrados, sino la unión entre el policía y su perseguido, una figura que apenas existe, figura indiferente, una máscara, simple artefacto o copia del inspector, poco a poco vuelto a su espejo y a la verdad de su sola violencia; no la de su pulsión sexual y sus desviaciones, sino la que ésta oculta, su pulsión de muerte, goce tabú y fantasma de una inversión de roles.
Eastwood sorprende en uno de sus más complejos papeles; siniestro, duro y vulnerable, nunca le habíamos visto en un personaje así. A su sombra, unos decentes Dan Hedaya y Geneviève Bujold, bastante pazguata (Beryl se acaba volviendo una parodia de sí misma); fantástica la joven Alison Eastwood, hija del actor, en el papel de Amanda. En los aspectos técnicos sobresalen la magnética música de Niehaus y, cómo no, la fotografía del genio Surtees, quien consiguió aquí su mejor trabajo junto con el de ¨El Jinete Pálido¨.

Violento, macabro, incisivo, sórdido y a ratos perturbador, un ¨thriller¨ en apariencia sencillo pero repleto de intensidades y misterios.
Pocas obras de Clint Eastwood resultan tan atrapantes. Fácilmente, una pequeña gran joya del suspense.



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El loco de la colina

  • 2 Oct 2018

6


C. Eastwood vuelve a ponerse esas chaquetas de tweed que tanto le gustaban y placa de policia, en esta ocasion de N. Orleans, para enfrentarse a un maniaco que mata mujeres que de algun modo estan relacionadas con el.
Esta vez, y es una de las cosas que llama la atencion, el mitico policia tiene un cariz menos recto de lo que solia ofrecer en sus interpretaciones, viviendo de una forma laxa, frecuentando burdeles y otros lugares de perdicion, y no solo por exigencias de la investigacion, sino para, gustosamente, paladear los encantos de toda clase de fauna nocturna.
Sin ser una de sus cintas mas agiles y distraidas, cumple con ofrecer un suspense contenido a medida que la soga se va estrechando a su alrededor por su cercania con las victimas.
Poca accion, romances por doquier y final feliz para otra cinta de detectives.



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Gilles De Rais

  • 13 Jun 2014

3


La acabo de ver en antena 3 y la verdad es que me ha resultado soporifera.Una peli muy larga con un ritmo muy lento es lo peor que te puedes encontrar en el cine.La historia es bien simple:Un inspector de homicidios(Eastwood)separado con dos hijas,va tras un asesino que mantiene en jaque a la poli de Nueva Orleans,para ello se metera de lleno en el submundo de la noche y el sexo bizarro,lo unico que sabemos del psicopata es que utiliza zapatillas de tenis.Los tres primeros cuartos son una tortura,casi dejo de verla por la mitad de peli,luego ya el ultimo cuarto se pone mas interesante,ya que el asesino toma mas presencia,segun va avanzando hacia el final el ritmo va in crescendo,vamos,como pasa en todas las pelis,nada nuevo.Desde luego para mi gusto una de las pelis mas flojas de este grandisimo actor.Soporifera hasta limites insospechados



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Black Metal

  • 21 Feb 2013

5


No apostaba nada por ella después de la desilusión que me causó la saga de “Harry, el Sucio”, y por lo que imaginaba, en está película seguiría con esa estela de cine policíaco en el que Eastwood siempre repite un papel similar pero con distinto nombre.
En esté caso es Wes Block, otro duro inspector que se enfrenta a un asesino psicópata que le hará la vida imposible, llevándole a tal punto que incluso su profesión, su vida y la vida de sus hijas correrán un grave peligro.

La trama de está película recuerda a una no muy anterior, dirigida por William Friedkin que se tituló “A La Caza”.
El papel de Eastwood tiene cierto aroma al de Al Pacino en la citada película anterior. Pero personalmente puedo decir que Clint hace una actuación bastante destacable, pues como Harry Callahan no me convenció totalmente, sólo se le destaco por sus frases.
Aquí es un mundo muy distinto, en un ambiente malsano y más cercano al thriller psicológico que al cine negro.

Las actuaciones no son su fuerte, no hay actores ni actrices de renombre, pero las hijas de Wes Block son a diferencia del resto de reparto, lo mejor en interpretación.
Me gustó en el aspecto atmosférico, por sus escenas oscuras, su barrio bajero tan decadente y las secuencias de los asesinatos que no están mal.
De todas formas, esté no es un género que me apasione. Aún así prefiero esté estilo de thriller policíaco que al de “Harry, el Sucio” y por supuesto, Eastwood actuando mejor aquí.



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Mad Warrior

  • 13 Sep 2010

10


Una de las más impresionantes interpretaciones de Eastwood a lo largo de su carrera,un gran tributo al cine policíaco negro de suspense de los años 40.

Un enorme clásico,rezumando calidad por todas partes,casi en la misma línea de Eastwood en sus papeles policiales anteriores (¨Harry,¨el Sucio¨¨,¨Ruta Suicida¨,¨Impacto Súbito¨,etc.).



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Críticas: 5


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