Originalmente titulada ¨El Precio de Nuestra Sangre¨, línea mencionada durante la película.
Hay que estar muy, pero que muy pendiente.
Cuando Seagal (a 1 hora, 18 minutos y 47 segundos de metraje) agarra a un tipo y lo arrastra hacia él lo tira por un ventanal y luego se da contra la pared.
Es un decorado, pero de verdad, porque la pared con la que se estampa se dobla hacia adentro cuando choca contra ella.
Mad Warrior
¨...Dios no quiera que lo encuentre antes que usted, porque ya sabe lo que haré¨.
En la calle la ley se impone a base de sangre y plomo, y no hay lugar para la ética, la piedad o el perdón.
Es la ley de Brooklyn o, lo que es lo mismo, la de un hombre ciego de ira y en busca de venganza. Puedo jurar que esas palabras se me quedaron incrustadas en los oídos y ya no las pude olvidar, palabras pronunciadas por el protagonista de manera sosegada pero... (seguir leyendo)