Otro rumor de la época es que, harto de que los Marx corrieran de un lado a otro del set y desaparecieran cuando se les necesitaba, el director Victor Heerman - hombre muy formal - hizo poner ahí cuatro cubículos en plan oficina para cada uno y no se les dejaba salir sin permiso.
Durante una escena, el actor Louis Sorin no puede evitar entremezclar los nombres de Spaulding y el de su personaje, Chandler. Tras un rato incómodo en que ambos intérpretes aguantan la risa como pueden, Groucho acabó improvisando una línea diciendo directamente a cámara que álguien le pasara un programa del espectáculo. Sorin tiene que esforzarse mucho para no carcajearse.
TANO
Fieles a su estilo, nos encontramos con una película con sus partes musicales, sus alocadísimos diálogos por parte de Groucho, y con escenas memorables de pura locura donde Chico y Harpo la lían exageradamente (más de una vez).
En esta ocasión la trama gira alrededor del ¨robo¨ de un cuadro, y es tremendo el lío que se forma y lo complejo del follón.
Se hace realmente entretenida y pasas un buen... (seguir leyendo)