Robert Shaw rebajó su caché de los 350.000 $ que había cobrado por “La Batalla de las Ardenas� a 15.000 $ para esta. Eso sí, se aseguró un 2,5 % de la recaudación. Se forró.

El Vaticano puso esta película en su lista de “45 mejores películas sobre religión�.

Robert Shaw y Orson Welles se conocieron en el rodaje de esta película. Ello resultó desastroso para Welles: en 1970, Shaw, al que Welles le había alquilado su finca de Madrid, provocó accidentlmente un incendio que destruyó la propiedad y con ella montones de guiones y metraje inéditos (en algunos casos películas enteras).

Orson Welles aseguró que echó a Zinnemann de sus escenas para dirigirlas él mismo. Como Tomás Moro, Zinnemann guardó silencio sobre el tema.

Para rodar un par de breves secuencias se trajeron camiones de nieve falsa, solo para que se pusiera a nevar de verdad a su llegada.

Zinnemann quería que su amigo John Huston hiciera el papel de Duque de Norfolk, pero éste rechazó.

Zinnemann deseaba contar con David Warner para el papel de Richard Rich, pero el actor declinó por estar haciendo una producción teatral de Hamlet.

Richard Harris y Peter OToole fueron considerados como Enrique VIII.

Charlton Heston, fan de la obra de teatro, se ofreció repetidamente para el papel de Tomás Moro, pero fue rechazado. Finalmente se autoprodujo, dirigió y protagonizó una versión televisiva de la obra en 1988 (con Vanessa Redgrave como Alice), también re-escrita por Robert Bolt, la cual es también es tenida en considerable estima por su fidelidad a la obra de teatro,

Que se lograra que una estrella ya consolidada (al menos en el teatro) como Vanessa Redgrave hiciera un cameo gratuito en la película se debe a que Zinnemann ya la había incorporado en pre-producción como Meg. Sin embargo, le salió otro trabajo en el teatro que le gustaba más y solicitó que se la liberara de su contrato. A cambio, y porque de todas maneras le hacía mucha ilusión salir en la película, hizo el cameo.
Lo que hace pensar en algo curioso: Vanessa Redgrave y Corin Redgrave, hermanos en la vida real, hubieran interpretado a una pareja de prometidos.

El único gran decorado que se realizó para la película fue una copia de la antigua fachada de la Gare de Montparnasse, que ya por entonces ocupaba el enorme edificio brutalista que ocupa ahora. Se construyó en unos estudios de París.

Se realizaron dos rifles-muleta desmontables personalizados para el Chacal. Funcionaban de verdad. Uno fue entregado a las autoridades británicas para que hicieran con él lo que les pareciera oportuno. El otro fue obsequiado a la Filmoteca Francesa en agradecimiento por la colaboración del Gobierno en el rodaje de la película..

Se descartó una escena donde el Chacal mataba al armero para probar una de las balas de mercurio. Se consideró gratuita, y más sabiendo que en la novela el armero es el único personaje ciertamente más listo que el Chacal, ya que impide que lo asesine gracias a que tiene escondidas ciertas pruebas intimidatorias que delatarían enseguida al asesino. Un admirado Chacal lo deja entonces en una vacua amenaza.

Los únicos FX de la película son el impacto de bala sobre los adoquines justo detrás de De Gaulle. Esa fumarola que aparece se sobreimpresionó en posproducción.

Uno de los motivos por los que Edward Fox fue elegido era que tenía un cuerpo esbelto pero fibroso. Fox llevaba muchísimos años practicando natación como hobby y tenía el aspecto físico ideal.

Por la parte del reparto, Robert Shaw mostró un enorme interés en el papel protagonista, pero Zinnemann buscaba a una persona esbelta y ágil. Todo lo contrario de lo que representaba el actor irlandés.

John Frankenheimer mostró un enorme interés en dirigir esta película. Cuando el productor John Woolf no lo eligió, se le quedó la espinita clavada.
Estas ganas de Frankenheimer de desquitarse haciendo un thriller político culminaron en la extremadamente popular ¨Domingo Negro¨ (1977).

Una vez la película cobró fama, Zinnemann y Forsythe expresaron ciertas preocupaciones.
En el caso del director, quedó bastante tocado cuando miembros destacados de la Sureté lo felicitaron y le mostraron su gratitud por el magnífico retrato que había hecho de su metodología, cuando su intención no era otra que la de demostrar que sus métodos no eran mejores ni menos crueles o criminales que los de la mismísima OAS.

Por su parte, a Forsythe le disgustó que el Chacal se convirtiera en un imán de féminas. El retrato que dio del asesino en la novela resultó tan sensual que ésta tuvo un éxito enorme entre el público femenino, cuando su intención era la de retratar a un monstruo con apariencia humana.La película aumentó esta percepción pese a su relativo fracaso en taquilla.
Por lo que a Edward Fox respecta, el anciano actor mantenía en una relativemente reciente sesión para los fans que si Chacal no tuviera encanto, ¿para qué haces una película sobre él? Que encanto vende es un concepto básico para un actor.

El Gobierno francés prestó plena colaboración al equipo de rodaje, permitiéndoles rodar con bastante manga ancha el clímax de la película en medio de los fastos del 14 de julio. Rodaron de manera tan discreta que durante las escenas de detenciones se tuvo que parar los pies a varios quijotescos parisinos que pretendían ayudar a gendarmes de pega a detener presuntos delincuentes de mentira.

Laszlo Carreidas, el magnate de “Vuelo 714 a Sydney�, puede ser visto en la terminal del Aeropuerto de Klow.

La película fue un taquillazo en Bélgica, siendo la cuarta en recaudación de 1972 tras “El Padrino�, “La naranja mecánica� y “El último tango en París� que la desbancó del tercer puesto en el último momento.

United Artists distribuyó la película en varios países europeos (aparecen acreditados al inicio de la película bajo el nombre de su delegación en Francia: Les Artistes Associés) e iba a hacerlo en EE.UU.
Raymond Leblanc estaba tan entusiasmado con la idea que declaró a un periodista americano que Belvision plantaría cara a Disney en la industria internacional del largometraje animado.
Sin embargo, United Artists acabaría renunciando a sus derechos sobre la película pocas semanas después del estreno, y no llegó a estrenarse en tierras yanquis.

Se hicieron dos adaptaciones en cómic de la película: una en formato tira a cargo de Bob de Moor que se publicó en un periódico y otra en álbum con los dibujos de de Moor modificados para que parecieran fotogramas de la película.

Esta aventura original escrita por Greg era en realidad la tercera que escribió para Tintín. Anteriormente, supongo que para descargarse de trabajo, Hergé le encargó un proyecto de álbum llamado “Le Thermozéro� (junto a una segunda historia completa que fue descartada) para que lo guionizara.
Pero a las 8 páginas, Hergé abandonó. Se sentía costreñido al tener que adaptar la historia de otro, aunque la idea original era suya, y también incómodo, pues consideraba que Greg, en lugar de aportar ideas frescas, se había limitado a imitar su estilo.
Sin embargo, con sus defectos, el guion le seguía encantando y lo propuso como base para la tercera parte de las películas de imagen real de Tintín. La renuncia al papel de Jean Pierre Talbot para dedicarse a la docencia lo dejó en agua de borrajas.
Dicho sea de paso, Casterman planea publicar “Le Thermozéro� como proyecto inacabado al igual que “Tintín y el Arte-Alfa�.

Una vez puestos en antecedentes, nos centramos en esta película. Con carta blanca para hacer lo que quisiera (el único miembro del equipo de Hergé que trabajó activamente en la película volvió a ser Bob de Moor), Greg ideó una historia alrededor de un tema que le fascinaba: los pueblos que eran sumergidos en los pantanos artificiales, con las casas, calles y señalización casi intactos. Cogió varios elementos sueltos de diversos álbumes (Syldavia, el submarino-tiburón, la Castafiore...) y planeó un clímax espectacular con una batalla de submarinos que por falta de presupuesto no salió nada bien: “Parecía una batalla de burbujas en un bote de conservas�, diría Greg.

Por lo que a Hergé respecta, nunca quedó satisfecho de la escena inicial donde un avión se hace trizas tras caer de un barranco. Tras verla, le confió a su secretario que aquello le parecía una vulgar copia del final de “El diablo sobre ruedas� (no es necesario decir que a toro pasado parece una broma del destino que Spielberg haya acabado dirigiendo y produciendo una - quién sabe si dos - película de Tintín).

Justo al empezar la película, entre el público que presencia la conferencia que nos pone en antecedentes, podemos ver claramente de espaldas a Bianca Castafiore.