Santiago Segura se desvincula por un momento de su saga de Torrente por un y nos deleita con este remake de la chilena SIN FILTRO. No sé como será de buena aquella pero lo que ha conseguido plasmar aquí Segura me ha parecido de auténtico lujo, ¿por qué? Porque Santiago hace una crítica al agilipollamiento de la sociedad producido por la tecnología que da muchísimo asco y vergüenza. Maribel Verdú, interpreta a una mujer que está a punto de entrar en los 40, que todo le sale mal y para colmo todo lo que le rodea es insustancial. Su hermana sobreprotege a su gato, sus vecinos no respetan el horario nocturno, los servicios telefónicos y técnicos son unos tocapelotas y unos vagos de la verga, su novio se cree artista cuando tiene menos inspiración que una cagalita y sus amigas no la atienden porque están siempre pegadas al móvil elucubrando fantasías sobre su ex novio, lo que vive Paz no tiene nombre, un agobio, un mundo de locos impresionante. Por no hablar de el papel de Cristina Pedroche que interpreta a una influencer que se pasa todo el día subiendo videos a Instagram y reemplaza las virtudes de Paz, y aquella escena tan real como la vida misma en la que le roban el móvil, todo el mundo ve como la roban y corre tras el ladrón y nadie pone remedio al asunto pero con dos cojones se ponen a grabar con sus móviles lo sucedido. Acojonante en que se está convirtiendo la humanidad, si antes ya daba asco, ahora con estos actos tan superficiales que atontan más si cabe a la mugrienta sociedad, produce miedito y mucho asquito.

Un merecidísimo 10 por reflejar tan fielmente la realidad y por la magnífica interpretación de Maribel Verdú que nos brinda un final de lo más molón.

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