Ficha Veredicto Final

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Críticas de Veredicto Final (2)




Mad Warrior

  • 24 Apr 2019

10



Corrupción, apariencia, interés...elementos que nunca juegan a favor de los inocentes. Pero sin duda hay alguien que va a hacer todo lo que esté en su mano para ganar.
Un hombre caído en desgracia con una oportunidad única de alcanzar la redención y demostrar que la justicia sí existe, que es muy distinta de la ley y que ha de lucharse por ella, hasta el final.

El drama judicial, que siempre había pasado desapercibido para mí, de repente captó mi atención gracias a dos películas: ¨El Proceso Paradine¨, que dirigía Alfred Hitchcock, y ¨La Noche cae sobre Manhattan¨, en mi opinión de las mejores obras de Sidney Lumet, a la vez compendio y resumen de su maestría en dicho género, el cual había estado practicando desde el inicio de su carrera; tras descubrir títulos como la antes mencionada, ¨Declaradme Culpable¨ o ¨Doce Hombres sin Piedad¨, creo que ningún otro cineasta se ha desenvuelto tan hábilmente en las salas de juicios como él.
¨Veredicto Final¨ es otra muestra más de su talento, para muchos un clásico de su filmografía y lo mejor que realizó en los 80, etapa que no había comenzado con buen pie y donde su capacidad para producir grandes trabajos daba signos de agotamiento. Por suerte tuvo todo a su favor: un excelente guión que firmaba el futuro director David Mamet, basado en la novela homónima del escritor y abogado Barry Reed, y un actor veterano que era una apuesta segura de cara a la taquilla: Paul Newman. Lumet llegó tras sopesarse directores como Arthur Hiller y Sydney Pollack, y, tras ver el sinfín de cambios y reescrituras por los que había pasado el guión, decidió retornar al original de Mamet.

Rodeado de oscuridad al fondo de un bar con una máquina de pinball delante de él y una jarra de cerveza a su lado; desde el primer momento podemos adivinar en qué estado se encuentra. Frank Galvin, otrora eficiente abogado defensor, vio su vida arruinada precisamente por defender aquellos principios que demandaba su profesión, pero descubrió que el dinero y la posición predominan en ésta, mucho más que defender a los débiles. Incapaz de emerger de las tinieblas, ha terminado hundido en ellas, intentando sobrevivir con lo poco que le sale, cual buscavidas.
Una negligencia médica será lo que necesite para despertar y salir de la miseria: cuatro años atrás una joven fue asistida durante el parto en un hospital católico, pero los doctores le aplicaron incorrectamente un anestesiante quedando ella en coma. Galvin ya no piensa sólo en el dinero, aunque sabe que es un gran caso, y si lo pierde lo perderá todo; ha jurado llevarlo hasta el final, por lo que debe enfrentarse a los muchos problemas que irán surgiendo durante éste, al juez y al prestigioso abogado Concannon y, sobre todo, a su alcoholismo, pero si puede ganarlo es porque cree que la verdadera justicia aún existe.

Gran lucha la que mantiene este hombre que poco a poco se ha ido metiendo en un pozo sin fondo del que a todas luces parece imposible salir, una lucha a muerte con los monstruos con toga, elegantes trajes y corbatas que le rodean, monstruos que están dispuestos a todo para desacreditarle y humillarle, pues, como él sabe, el dinero y la corrupción se extienden y son los privilegiados los que tienen las de ganar; el otro monstruo es su adicción, la que le mantiene en tinieblas, la que ha hecho de él un hombre débil, incapaz de soportar la presión y en busca constante de la compasión.
Galvin, revisión del abogado alcohólico que interpretara Spencer Tracy en ¨El Caso OHara¨, ha de hacer frente a un puñado de desalmados y manipuladores (¨deben borrar el testimonio de sus mentes¨, dice el juez) y a un jurado neutro e impersonal, sirviéndose de los principios de la justicia por un inocente que clama a gritos ser defendido. Un personaje que acostumbra a poblar los dramas judiciales, una máxima del género, como también lo es la capacidad que debe poseer el mismo para absorber al espectador en el drama y la intriga y hacer que se identifique con los personajes.

Pero Lumet, director de actores y defensor, como sus protagonistas, de las causas justas y nobles, consigue ir más allá de los estereotipos de dicho género y facturar una obra brillante en todos los aspectos, llena de suspense al tiempo que tremendamente descorazonadora, pues pocos rostros expresan tan bien la caída en el abismo y retratan la figura del perdedor como el de un magnético Paul Newman en uno de los mejores papeles de su carrera (¿exagerado?).
A su sombra, unos también portentosos James Mason y Milo OShea, detestables a más no poder, Jack Warden y esa preciosa Charlotte Rampling cuyo papel será mucho más significativo de lo que a simple vista aparenta (como dato curioso, un jovencísimo Bruce Willis aparece como extra entre los miembros de la sala en el memorable discurso final de Galvin). A la puesta en escena, sobria, intimista y de gran detalle, se suman el trabajo de fotografía de Andrzej Bartkowiak y, cómo no, el talento de Mamet al guión.

Como dije antes, uno de los logros más duraderos de Sidney Lumet, que le valió cinco nominaciones a los Oscar, incluido el de Mejor Película (aunque ese honor se lo acabó llevando ¨Ghandi¨).
Como el mismo Frank Galvin repite, ¨No habrá otros casos, éste es el caso¨.



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  • 12 Sep 2018

8


Muy buena película!!! Me encantó!!!
Un drama policial de juicios realizado a la perfección! Sidney Lumet sigue demostrando que es un genio haga lo que haga!
Pese a que la película tiene un ritmo bastante lento, no aburre en ningún momento.
Paul Newman está excelente en su papel!!! Quizás fue la edad avanzada la que lo convirtió en un mejor actor de lo que ya era.
La fotografía es excelente! Está llena de lindas imágenes.
Es un film bastante sobrio y oscuro.
Sinceramente me gustó mucho! Recomendable!



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