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Pues no comienza mal esta comedia en que el protagonista es inducido a elegir una de las opciones de herencia, por un lado entregarle un talón a tocateja o por el contrario, gastar cierta cantidad de dinero aún más elevado que la otra opción, pues como casi todo ser humano, se decanta por la ambición y acepta el reto de gastarse el dinero en un mes respetando ciertas prohibiciones, pues la cosa no le sucede tan fácil y para cuando está a punto de conseguirlo siempre se meten en marrones que a decir verdad, no terminan de hacer reír como debieran, además, el final abrupto te deja cara de lelo. Para ser comedia, poco me he reído y no ha sido tan entretenida como esperaba.

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