Hablemos de dinero: Se le ofreció el papel de coronel Stawart a Christopher Plummer, pero el canadiense se descolgó con unas exigencias económicas desmesuradas. Por su parte, Laurence Olivier recibió la nada despreciable suma de 250.000 dólares de la época por solo 8 días de trabajo.
Como estrella de la película, Charlton Heston tenía derecho a solicitar director: éste eligió a Carol Reed (que rechazó el proyecto), a Guy Hamilton (que estuvo a punto de aceptar, pero prefirió hacer ¨Alfie¨) o a Ken Hughes.
Con los tres sin disponibilidad, los productores pusieron al excelente Basil Dearden (¨El extraño caso del Dr. Longman¨) al frente, pero a Heston no le gustaba nada y nunca quedó contento con el resultado final de la película.
Bajo la responsabilidad del bestiajo de Yakima Canutt resultaron muertos en las estupendas escenas de batalla alrededor de un centenar de caballos y de camellos, aunque la publicidad de la época anunciara que ningún animal había salido herido.
Es una suerte que en esto estemos yendo a mejor.
El barco de vapor que se ve muy repetidamente en la película ha tenido una azarosa historia: Llamado Princess Elizabeth, se botó en 1927 e hizo servicio de transporte de tropas en la II G.M. En 1970 se reformó como pub y fue anclado cerca del Tower Bridge. Tras cerrar el pub en 1987, el barco fue trasladado a París y fue usado como galería de arte amarradito al Sena. En 1999, una empresa de Dunkerque lo compró y aún hoy día es una atracción turística en la zona.
Curiosidades: 6
bigladiesman
El guionista Robert Ardrey casi no participó en el proyecto. Lo tenía escrito de hacía años y por entonces se había retirado del cine para centrarse con enorme éxito editorial y económico a escribir libros sobre su verdadera profesión: la antropología.
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