¿Qué tienen en común un viejo abogado de aburrida vida, una dicharachera ¨femme fatale¨, un asesino a sueldo pseudointelectual y un tartamudo amante de los animales?
Pues aparte de un jugoso puñado de joyas el participar en la que es una de las mejores comedias jamás realizadas.
No me cansaré de afirmarlo. Hoy no se hace cine de humor, y si se hace ha de ser zafio, escatológico, mayormente relacionado con lo sexual y cuajado de vulgaridades; como a otros esto me repugna, así que si deseo reírme de verdad echo la vista atrás y a rebuscar, y es en los 80 donde mejores comedias he encontrado. Pero es una lástima centrarse sólo en las producidas en EE.UU. (bueno, son las que más éxito han logrado); las británicas, aunque si nos remontamos a dicha década no hallamos tantas joyas como en otras anteriores, también merece la debida atención.
Estrella de la Ealing durante su época dorada y uno de los veteranos de la ¨british comedy¨ a raíz de su éxito con ¨Oro en Barras¨, aunque también demostró un gran talento como artesano al que le gusta nadar en todas las aguas (sirvan ¨El Tercer Secreto¨ o ¨Corazón Dividido¨ de ejemplo), Charles Crichton había pasado los últimos años de su extensa carrera apartado de la industria cinematográfica en el humilde mundo televisivo, hasta que el bueno de John Cleese, ya separado de sus compañeros Monty Python, lo rescató para realizar un proyecto que ambos habían estado preparando años atrás, si bien el actor ejerció de codirector en la sombra por la avanzada edad de Crichton.
El humor retorcido y los juegos de palabras, tanto implícitos como explícitos, con los que seremos bombardeados a lo largo de todo el metraje hacen acto de presencia en ¨Un Pez llamado Wanda¨ desde el inicio (más aún si uno de los protagonistas comparte su nombre y su condición con un pez que no tendrá ninguna función hasta casi llegado el final). Todo arranca con un consciente y sentido tributo a la farsa de atracos que tantos clásicos británicos ha ocupado en décadas pasadas; George, Wanda, Otto y Ken se las arreglan para robar con éxito una joyería, aunque no todo es confianza y honestidad en este pintoresco grupo.
Crichton se las arregla en este primer tramo para manejar con soltura y nervio la acción y la comedia, siempre presente, dejando paso a la intriga al desvelar los ladrones su condición de mentirosos, traicioneros y manipuladores; de hecho cada uno de los integrantes se servirá del otro para su propio beneficio (George de Ken, Otto de George y Wanda de todos). Es precisamente el enredo lo que hace del film una ingeniosa y divertida combinación, tanto más cuanto que la guapa Wanda, ya erigida en perfecta ¨femme fatale¨ tras su ingenua apariencia, ha de encandilar con sus encantos a Archie, abogado de George, pues éste acaba en prisión por las propias artimañas de la chica.
Artimañas organizadas por ella en compañía de su ignorante compinche Otto, elemento extraño que Crichton y Cleese añaden con intenciones algo perversas, pues se trata de un norteamericano ridículo, ególatra y estrafalario que no deja en muy buen lugar a su patria ante unos ciudadanos ingleses demasiado educados y acomodados. Pero si el guión sorprende es sobre todo por su capacidad de moverse de entorno y género; así, de la intriga propia del robo, asunto siempre presente aun en segundo plano, pasaremos a asistir a una farsa con todo el espíritu de las ¨screwball comedies¨.
La cárcel, los diamantes y los juzgados son reemplazados por lujosos escenarios, esposas estiradas, celos irrefrenables, amores insospechados y mentiras entre parejas. La intromisión de Archie, cuya vida no es más que una tediosa sucesión de acontecimientos sin importancia en el seno de un momificado hogar que desprecia, en tan alocado argumento no entraña un cambio abrupto pues no resulta forzada ni poco creíble, sino de lo más conveniente para continuar ofreciendo grandes dosis de humor, el cual, y a sabiendas de que el guión está firmado por John Cleese, tampoco será tan ligero como la modificación del ambiente nos sugiere a primera vista.
Sí, lejos de refinarse, la comedia sigue tan negra e irreverente como cabría esperar, y no sólo porque en los tejemanejes de Wanda para con Archie tomen partido los esperpénticos arrebatos de un Otto cada vez más desquiciado y celoso, sino porque entre medias de todo esto, veremos a Ken fracasando una vez tras otra en su misión de quitar la vida a una anciana que podría significar un problema para declarar a George inocente; son en estos intentos de asesinato por ese amante confeso de los animales donde más afilado se destapa el humor de Crichton.
Al final, la comedia romántica se une a la intriga y la acción con la locura de poseer el botín dominando a todos como si de una revisión de ¨El Mundo está Loco, Loco, Loco¨ situada en Londres se tratase, regalándonos el film algunos de sus momentos más memorables (la persecución en el aeropuerto o la mítica y no menos agobiante tortura a Ken). Mientras Jamie Lee Curtis cumple a la perfección su rol de sexy ¨femme fatale¨ y John Cleese y Michael Palin, unidos en pantalla tras algunos años, nos brindan unas actuaciones impagables (qué decir de ellos que no se haya dicho ya...), un Kevin Kline gesticulante e inesperado sorprende de tal forma en su caricaturesco villano que bien merecido tuvo el Oscar por su actuación.
Aunque su éxito en cines se fue fraguando poco a poco (tardó varias semanas en alcanzar el n.º 1 en EE.UU.), ¨Un Pez llamado Wanda¨ acabó logrando unos altos beneficios en taquilla además del amplio reconocimiento de la crítica.
Un guión con giros e intrigas bien hilados, unos personajes bien definidos, una dirección con oficio y un reparto soberbio hacen de esta mezcla de géneros una deliciosa, alocada y muy políticamente incorrecta comedia, de las más ingeniosas que hallamos en la década de los 80. Charles Crichton no pudo tener una despedida mejor del mundo del cine.
Excelente comedia. De lo mejor que se puede ver en el género. Sin duda, John Cleese redondeó su ya brillante carrera de ex Monty Python con esta obra redonda, demostrando su amplio registro como guionista cómico.
Genial su actuación, casi tanto como la del gran Michael Palin, impagable en su papel de tartamudo animalista.
¡ Si buscan una comedia de verdad, vayan a por ella !
De no gustarme un cristo a gustarme lo suficiente,es una comedia por la cual Kevin Cline fue nominado al Oscar como actor secundario y se lo llevó.Es una comedia británica(para mi sorpresa)sobre ladrones y enredos que mantiene el tipo hasta el final,será que los actores americanos le dan vidilla al asunto metiéndose con la personalidad pedante y embotada de los ingleses,el tito Cline se pasa el día recordándonos que tipo de personas son estas,yo no podía nada más que asentir continuamente y aplaudirle.Jamie Lee Curtis se luce bastante y da frescura,el resto de ingleses a lo suyo,a aburrir al personal,menos mal que la peli es ligera y se pasa en un suspiro gracias a los contratiempos que tiene la parejita para hacerse con el deseado motín.
En fin,que ha subido unos cuantos puntazos.
Y pensar que hay gente que se pirra por las ¨comedias¨ románticas de Julia Roberts, Jennifer Aniston, Hugh Grant o por las típicas de ¨chica conoce chico¨ para niñas adolescentes.
Esta sí que es una comedia romántica, y de las mejores que ha dado el cine en toda su historia.
¿Cómo no lo va a ser?
El guión es de John Cleese; él, junto con su compañero Michael Palin, aparecen en la cinta; la dirige Charles Crichton y, ¿quién se atreve a decir que la actuación de Kevin Kline no es soberbia? Pues lo es, por eso tuvo su bien merecido Óscar.
Y, por si fuera poco, 9 nominaciones a los BAFTA, otorgadas a Cleese y a Palin.
Pocas, muy, muy pocas, resultan tan divertidas, tan enredadas, tan originales y tan ofensivas como esta.
Tiene tantos momentos memorables que resulta imposible nombrarlos...mejor verla.
Una comedia de gran popularidad y éxito crítico, resultado del talento de los actores y de un guión del Monty Pytnon Cleese, bajo la batuta del veterano y solvente Crichton.
Film de humor corrosivo, negro y socarrón, es una sátira tan demoledora como divertida del sexo y de la corrección inglesas en particular, así como de la condición humana globalmente considerada. Es una sátira venenosa y magnífica, a veces hiperbólica y gruesa, pero muy bien trabada, ingeniosa e imaginativa. Acompaña al guión la idoneidad de un reparto en estado de gracia, con un perfecto trabajo cómico de cada uno de ellos, siendo especialmente afortunados los ¨sketchs¨ de las seducciones de la perversa y erótica Lee Curtis al apocado y correcto Cleese, y toda la relación del americano orgulloso Kline con el británico tartamudo.
Se trata, pues, de una comedia magnífica y bien medida, caústica y sangrante, pero que entronca a la vez con la comedia clásica americana (el éxito USA es fácilmente explicable, pues pese a que la esencia de la historia es británica se parodia sobremanera a éstos; qué cosa mejor para los patrióticos yanquis) a la que se da, eso sí, un aire más libertino y grueso de lo más agradecible.
Divertidísima comedia, de lo mejor que han podido hacer los ingleses. Tiene momentazos épicos del cine, un diamante en bruto. 8/10
Divertida, con momentos muy bien logrados y actuaciones estupendas, como la del siempre sensacional Kevin Kline y John Cleese personificando al típico inglés. ¡Véanla!
Divertida película, con un guión tan loco como enrevesado, personajes muy carismáticos y situaciones inverosímiles. Digna de verse.
Divertidísima película! Con caras super conocidas y unas situacioes delirantes, y a veces absurdas. Frases memorables y un final apoteósico. Una ora de arte!
Críticas: 10
lmbc
7
No suelo ver comedias antiguas ya que en mi opinión el humor es muy generacional y lo que hace 30 años era gracioso hoy puede estar desfasado. Esta película echa por tierra mi teoría; es más ¿Por qué ha bajado tantísimo actualmente la calidad del humor? Entiendo que la película sale de parte de Monty Python y de ahí la calidad tan alta, pero no se me ocurre ninguna comedia (americana y/o británica) de los últimos 10-15 años que llegue ni siquiera a hacerle sombra: es lo que tiene apostar por el humor para todos los públicos y que lo que haya ganado sean los chistes para imbéciles.
Un pez llamado Wanda es una comedia bastante inteligente, con humor negro bien metido y lo justo de absurdez y comedia culta para resultar muy entretenida y sobrellevable (especialmente para los que la comedia no es nuestro género cinematográfico favorito)
Los personajes son muy buenos, todos en general aunque con especial interés por Otto y el tartamudo, que son dos personajes completamente carismáticos. También me ha gustado mucho Jamie Lee Curtis como la femme fatale que se aprovecha de los tios.
Una gran comedia que hace un humor un poco más complejo y trabajado que los clásicos chistes de pedos y subnormales de EEUU, algo que personalmente agradezco ya que ese tipo de comedia (que es la que predomina en la actualidad) es insufrible.
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