De cómo una moza da a luz y sufre depresión postparto y como ha de hacerse cargo de su hijo en tanto que su novio acepta un trabajo que lo aleja de ellas, por lo que decide ir con sus padres a un pueblo de la costa bizkaina(me suena de algo, ejem…) de la cual también ha de hacerse cargo, descubriendo que su madre fue infiel a su padre en la mocedad y cuidando de ella cuando sufre un infarto que la acerca a la muerte.

De madres que se desenvuelven de diferente forma, dejando entrever que ninguna es perfecta y que pasados los años, todas toman los mismos malos hábitos, a saber: no dejar mover las cosas de sitio, los reproches y demás. Perfecta interpretación de la enorme Susi Sánchez que espero esté nominada a los Goya, y en consecuencia, sea la película escogida que represente a España en los Oscar.

Es este film una adaptación de una novela Almudena Grandes que hace aguas cuasi desde el inicio que es lo más destacable de esta, pues describe la niñez de la protagonista y su adolescencia, donde descubre la magia del amor y consecutiva desilusión que va arrastrando a lo largo de su vida, encadenando escarceos y relaciones que no culminan y me agotan de solo verlas. Por otro lado, su relación con su melliza Reina no es nada fluida y discuten bastante por las relaciones que las tienen cuasi obsesionadas(detesto este mal de la sociedad). Pues tal película no satisface en absoluto, entre otras cosas por la horrorosa fotografía noventera, y que pasada ya a la madurez, el desarrollo de la misma cuéntase a trompicones, sin encanto ni chispa, por lo que la cosa va degradándose y desecantándose, ahora bien, Ariadna Gil interpreta mejor que nunca en la primera parte, que ya es mucho decir, al césar lo que es del césar.

Da comienzo con una cuadrilla de a tres en la cual a uno de ellos que es necio le toman el pelo constantemente. Los años pasan y las cosas siguen igual, el necio sigue siéndolo padeciendo aires de grandeza de los cuales sus amigos se ríen a mandíbula batiente constantemente, y es que amén de eso sigue viviendo con su madre y lo peor de todo, se mete en danzas de las cuales no puede salir, por otro lado, sus amigos, intentan timarle una vez más sin obtener el resultado esperado, por lo que se meten en más berenjenales, haciéndose la cosa interminable, todo ello contado con humor callejero y natural que es más convincente que el pretendido, buen punto este, al igual que la inclusión de la relación de amor entre octogenarios que pelan la pava con la jerigonza de la mocedad actual, lo cual le suma aún más chispa a la cosa que no está nada mal. Contiene momentos realmente desternillantes, amén de eso, escúchanse piezas de Barón Rojo y Rosendo.

Una moza huye del internado inglés maleta en mano en la cual lleva prendas modernas, entra a una cabina de teléfono en la cual se cambia de ropa y presto telefonea a su madre a la cual visita en un teatro que está a punto de ser liquidado, por lo que su madre vedette que está dispuesta a crear su propio espectáculo y a que su primogénita se matricule en otra escuela en la cual la mujer, su hija y sus súbditas, se enclaustran en ella para poder ensayar la obra, en tanto que el tío canario está a punto de visitar a su sobrina que está expectante de la herencia, por otro lado, aparecen un señor y su sobrino virgen a punto de casarse, al cual le hace una despedida de soltero para que se desflore, empero confunden el recinto con una casa de lenocinio dando pie a que se convierta en un enredo cuya idea es de ingenio mas no resulta del todo desternillante, por otro lado, la moza reencuéntrase con el mozo inglés con el que se cruzó en el aeropuerto que es destinado al colegio como maestro, entre tanto, el film hace honor a su título rindiendo tributo a la mítica revista deleitándose con momentos musicales tan célebres como, a saber; “Los nardos” o “El pichi”, al tiempo que la pizpireta, pícara y aguda Rocío Durcal, dota a la película de su frescura, si bien la película no me resulta redonda, pues hay cosas que no funcionan, así como la directora del colegio que dispara frases sin ton ni son intentando causar risa…

¡Trebole!

Basada en hechos reales cuenta la historia de hermandad de un león y un lobo que salvados y adoptados por una moza que se prepara para ser pianista de una importante orquesta sinfónica, los cría en la cabaña de su abuelo animalista que está lejos del mundanal ruido. El león es perdido por un circense que lo quiere desdentar y desgarrar para domarlo a placer, mientras que unos científicos quieren hacerse con un ejemplar de lobo blanco cuyo lobezno cría. En eso, surgen los contratiempos de tuno para terminar armoniosamente, dejando en claro el porqué se llevan tan bien esas dos especies, si bien yo no estoy muy de acuerdo con su dialéctica. La peli entraña momentos realmente entrañables, y es de sumo agrado ver rebosante amor entre dos diferentes especies dando otra muestra de tolerancia que no se da mucho en la humanidad.

Con un can al servicio de la película pocas veces puede salir mal, y este es otro de los casos que aprueba. Aquí se desarrolla la lealtad y apoyo que supone el can para con su amo y resto de la familia sintiendo el peso de la indiferencia en momentos críticos de la familia y de como asume su papel con suma paciencia sin llegar a ser desleal sino todo lo contrario. El final, con tanto sermón se torna un tanto soporífera, por eso le endoso tal nota, por otro lado, el can hace referencia a una leyenda hindú a la cual obedece reencarnándose en humano una vez descubre y se ilustra sobre el comportamiento humano.

No tiene mal comienzo, un niño viaja a Murcia a casa de su familia a pasar el verano con cuya prima estrecha lazos y descubre las historias que llevan a cuestas el resto de integrantes de la familia, uno de sus tíos encubre su homosexualidad estando casado con una mujer, en tanto que en el sótano tañe el violonchelo y tiene encuentros con un mozalbete que pasados los días le da cuenta de que ha descubierto que gusta de mujeres, por lo que aquel entra en histeria hasta el punto de sufrir un infarto tal que lo deja postrado en silla de ruedas, por otro lado, el abuelo sufre de demencia senial y hace referencias a la guerra en tanto que se descubre como un obsesionado de su hijo Antoñito, que a su vez lo confunde con su nieto. Pues, como venía diciendo, el inicio no está mal, mas según pasan los hechos más aburrida se torna, menos enjundiosa y en consecuencia menos interesante, tanto como el final que pretende ser dramático y a mi capote, no lo es.

En plena noche, en los aledaños de Madrid, adentro de una diligencia, tres traficantes entran en una pendencia con camellos, en la cual muere Santos por hendidura de daga, que a su vez es hermano de Sira, la ilusión de Luis, y asimismo, componente de la banda “Los capitanes” de la cual forman parte sus acompañantes Lanas y Luis, el primero es un heroinónamo que muere en un palomar bajo un torrencial de lluvia, y el segundo, Luis, que quiere dejar de formar parte de aquel tinglado y conquistar a Sira, que descubre que ha formado parte en la reyerta en la cual ha muerto su hermano, por lo que le jura sin mucho fuste y sin cumplir palabra, hacerle la vida imposible. Entre tanto, el hermano adolescente de Luis comienza sus escarceos amorosos con la hermana de su mejor amigo y pinta graffittis en tiempos de esparcimiento, y a Sira, le empieza a tontear, Lobo, otro de los componentes de la banda de tráfico de drogas. Película noventera protagonizada por el icono de aquella era Fele Martínex, si bien es cierto que lo que se cuenta no veo que responda a la pregunta de la película, y eso me ha dejado algo mosca…

En un litoral ibérico se erige un colegio de varones cuyo director Don César posee creencias arcaicas, en tanto que en otro lugar, se sitúa otro de hembras, cuyas directoras son dos monjas que quieren inferir valores de admirar a las mozas que allá pasan los días llorando su negra suerte por las vicisitudes de sus padres que discuten y no las atienden. Una de ellas es Rocío que bajo su aparente fortaleza guarda la pena y el anhelo para con su padre concertista de piano que no repara en ella por estar de gira desde hace ha, y en cuyo lapso en virtud de viudo, se consagra a encontrar una nueva mujer que alegre su corazón. Un día, las mozas en tiempos de esparcimiento, se encaminan en moto hacia el colegio de los chicos, con los cuales se cruzan y chocan, por lo que directores ponense de acuerdo para ir de excursión en el cual encuentran una ermita medio derruida para la cual llegan al consenso de hacer teatro para recaudar monedas y poder restaurarla. En eso, los chicos y las chicas se prometen amistad y respeto, y por otro lado, las chicas muéstranse empoderadas, que carácter tienen y no se amilanan a la hora de construir sino todo lo contrario.

Laureada por crítica y audiencia, la ya clásica ¡Ay, Carmela!, me ha supuesto una decepción, y es que amén de lo poco que se cuenta, en tres actos, se desarrolla de forma tan desabrida que no me alienta. Una pareja de cómicos a punto de contraer el himeneo es arrestada por los fachas por ser rojos, uno de los jefes italianos aliados con España, les convida a representar una obra para el deleite de los déspotas. Las interpretaciones son correctas y Gabino Diego a la demostración de que no sabe ni estar con la boca cerrada.

Lo que suponía, una historia hueca carente de intensidad y emoción. La jefa trata sobre una relación entre una jefa que no puede quedarse encinta y su súbdita que en una crisis con su novio queda embarazada y a escondidas de él se ofrece a la sugerencia sórdida de aquella de quedar presa en su fortaleza hasta dar a luz a cambio de buenas bolsas de monedas. Pues Aitana como siempre sobreactuada no transmite absolutamente nada, y el resto del elenco pues más de lo mismo. Olvidable.

En la que fuera la primera edición de los Goya, esta vacía y soporífera película alzó las estatuillas a mejor película, guion y dirección, lo que es paradójico, pues ninguno de estos aspectos hace gala en las sempiternas dos horas y diez minutos que parecen doblarse ya que no hay enjundia que magnetice al espectador. El personaje principal, un actor itinerante encarnado por un cansino José Sacristán(dicen es bueno, a mí salvo en ¨Las furias¨ nunca me ha convencido), que de tan intenso se cree gran actor, es insulso, al igual que el resto de cómicos carentes de interés. En eso, a base de pequeñas anécdotas que se cortan abrúptamente de forma vulgar que no van, como bien reza el film, a ninguna parte. Un cerolo como la Luna.

A bajado mucho de puntuación respecto a la primera vez que la vi, y es que la película es tan monótona, redundante y lenta, que no terminó de encantarme. La historia versa sobre un hombre que no ha faltado nunca al trabajo en nada menos que 30 años(inverosímil cuando menos) que no ha vivido la vida, y al diagnóstico de un cáncer comienza a darse una segunda vez con la misma actitud con la que ha vivido toda su vida, pues como puede observarse, el hombre que acude a clubs de mujeres bailonas y demás, no cambia de semblante en toda el maldito metraje, hasta que decide volver a trabajar erigiendo un puente(muy lógico todo). Lo dicho, redundante y vacía, con un final de lo más soporífero que podamos contemplar. Tengo a bien no la veáis.

A decir verdad, esta secuela que hace guiños a la original con una historia sencilla pero bien ejecutada mediante imágenes aéreos espectaculares, me ha agradado muchísimo más que la del 86, si bien consiste únicamente en una estrategia militar, está ejecutada de forma entretenida. Las escenas aéreas dan verdadero vértigo y los efectos especiales son excelentes. Para rozar las 2 horas no se hace larga en absoluto.

Típica película contemplativa de lo que sucede en un lugar concreto, en unas tierras cuyo ¨amo¨ no tiene firmado el contrato, sino que fue un contrato de boca, por lo que el dueño va haciéndose con el lugar, salvo la casa, que es cosa de la familia, que va contando el día a día de la familia y sus problemas. Se deja ver, pero no es de esas de las que puedes extraer sabiduría. Supongo que estará nominada en los Goya.

propuesta sencilla y poco emotiva la que nos ofrece acá el gran Lon Chaney que con cuyos semblantes expresivos no es suficiente de conmover al espectador ya que la película y su propio desarrollo son insustanciales, por lo que no termina de cautivarme. Versa sobre una historia de amor imposible entre un payaso que en su mocedad adoptó a una niña cuya familia abandonó y el se la encuentra haciéndose cargo de ella. Lo mejor la actuación de Lone, como no.

Una vez más queda retratado la vacuidad intelectual y musical de Elvis, pues si no hubiera grabado canciones escritos por otros tantos autores, no hubiera llegado a ser considerado el mito que es hoy en día, que con gran publicidad han caído en tal farsa, y que sin Parker, que por muy negrero que fuera, es quien movió TODOS los hilos para que hiciera lo que hizo. ¿Qué es un cantante sin canciones? Sin composiciones no hay nada que cantar ni nada con lo que cautivar a la gente. De hecho se ve que lo que más atrajo fue su movimiento de cadera y su imagen, nada más. Me lo quieren vender como un mito completo cuando no lo es, puesto que lo fundamental no lo hizo, componer, ni mover los hilos de su carrera ni imponerse para ella. Lo único que hacía era despilfarrar el dinero, drogarse y hacer el tonto. Fue un títere que a día de hoy gracias a la publicidad manipulada, ha quedado como un mito. Sobrevalorado.

La película, tiene partes muy aburridas ya que Elvis no tenía gran trasfondo y está montada como un videoclip, con grandes saltos en el tiempo. Va tan rápido el movimiento de la cámara que apenas da tiempo a ver lo que sucede.

Drama con cierta dosis de comedia en la cual un chaval que padece cáncer, se cruza con un hombre que sufre una crisis de pareja, da una lección de vida de forma que las personas comienzan a dar un giro a sus respectivos actos. Está bien dirigida, entretiene y deja buen sabor de boca. Amparo Baró como siempre, genial.

Si gustáis de películas opresivas, personajes grotescos y de argumentos ciertamente lisérgicos, esta es la vuestra, pues todo sucede en un edificio en el cual conviven tres personajes cuyo entramado gira entorno al bedel que sufre de insomnio y su carácter se va agriando por tal causa, de forma que ve ovejas donde no hay y demás. Es intensa e interesante. Eneko, como siempre, redondo. Gran debut del cineasta Jose Corral.

Una vez más Channing Tatum deja evidencias de su poco arte interpretativo. Acá interpreta a un militar con trastornos mentales acometidos por las guerras y una perra con la que ha de viajar hasta el entierro de un compañero que muere chocándose contra un árbol. Es una especie de road movie en el cual Tatum no deja de ser el protagonista y la perra una mera compañera, que bien podrían haberla dado mucho más protagonismo.

Un drama pseudofamiliar en el cual una mujer cuyo padre fallecido estuvo en pareja con una mujer con la que pretende unir lazos para abrir un billar y seguir con su herencia, para ello une a varios hombres para luego ir a competiciones entre los cuales se encuentra un hombre que siempre ha estado enamorado de la viuda. La película sencilla está bien diseñada, entraña buen ritmo y no tiene pérdida. Papelazo, si bien es breve, de Amparo Baró.

Película sencilla e intimista en la que dos emigrantes en Venecia se van conociendo, de forma que aflora la envidia y rechazo de todos sus conocidos. Sin llegar a entablar una relación realmente profunda, la relación se va destapando con sutileza y buenas maneras. No es para como para verla todos los días. Se deja ver.

Un niño actor es maltratado por su padre drogodependiente y como el primero cae en lo mismo viendo sus predecesores. La película es cruda, y muestra como un padre lucha contra sus fantasmas para ser mejor sin conseguirlo. No es comercial, y se deja ver.

Necesaria película que trata sobre la esquizofrenia, un desajuste de química en el cerebro que al afectado hace ver gente que no existe y escuchar voces. Aquí un muchacho quiere hacer una vida normal, se somete a un nuevo tratamiento cuyos efectos secundarios son peores, por lo que decide dejar de tomar el medicamente que le devuelven los fantasmas. En el transcurso de la historia el chaval conoce a una zagala que esconde su verdadero linaje. Lo mejor de todo es que podemos sentir lo que él siente mediante las imágenes que evocan la patología. Muy buena, interesante, entretenida y sin cae en la pena.

Un thriller en el que el juego entran policías, como bien indica el título, infiltrados que van mordiéndose la cola unos a otros. lo mejor de todo es que el entramado no tiene pérdida y no está atestado de nombres inmemorables. Los actores hacen un trabajo muy bueno, los giros son plausibles y el final, que me ha pillado completamente desprevenido e impactado me ha parecido de los mejores que he visto en el cine. Excelente.