Digamos que no es la adaptación de la leyenda artúrica que esperaba, ni por asomo. Quisiera empezar por el personaje principal, Arturo, que aquí se nos presenta como un chaval inexperto, y que dista del modelo de Arturo que se nos ofrece en otras mejores adaptaciones. Más o menos lo mismo puedo decir de Merlín, que no hace justicia al famoso mago, aquí casi no hace nada de lo que se puede esperar de él y deja mucho que desear. Mucho mejor la interpretación de Eva Green como Morgana, e incluso la monja (su aliada). No he leído el libro de Malory, sobre el que se basa, pero esta miniserie me ha dejado un poco frío.

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Una de las peores series basadas en el mito artúrico de la historia. Por lo que respecta al concepto de serie, creo que podía haber sido muy bueno, ya que iba a narrar la historia del rey Arturo desde su juventud hasta su muerte, contando todo lo que le ocurría, como por ejemplo el detalle de la espada en la piedra, la figuras familiares de Sir Héctor y Sir Kay, los nobles rebeldes, etc, es decir, lo que no suelen contarnos del rey Arturo en las películas, o en caso de que lo cuenten lo hacen siempre de una forma muy rápida y superficial. Aquí pretendían mostrarnos todo eso, cosa que me resultó muy atractiva, ya que me encanta el mito artúrico, pero la cosa empezó a desvariar muy pronto.

Para empezar, por mucho Clive Owen, muro de Adriano y pictos que le quieras meter para darle un aspecto histórico, si vas a mostrar otras cosas como la magia negra o las espadas mágicas, has de saber que esto es un mundo de fantasía y por lo tanto no hay el menor problema en que veamos a Merlín o Morgana lanzando hechizos, criaturas mágicas como dragones o grifos y similares. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que la serie peca de querer ser demasiado realista e histórica y al mismo tiempo meterle elementos sobrenaturales, pero de forma muy mínima, por lo que a medida que vamos pasando los capítulos el detalle de ver un unicornio en el openning nos parecerá absurdo y una tomadura de pelo, ya que nunca lo veremos en la serie. Y ese es el principal problema de la serie, su falta de identidad, ya que se queda en tierra de nadie, y es que no hay nadie que se crea que Merlín y Morgana son hechiceros sin verles realizar hechizos y al mismo tiempo no hay nadie que se crea que esto fue la Inglaterra real cuando hay magia oscura.

El otro principal problema de la serie es su cutrez y me explico: el primer capítulo está más o menos bien para sentar unas bases, pero a partir de ahí todo se viene abajo. En el mito artúrico, existe un personaje llamado el rey Lot de Lothian, una figura vital para la historia de Arturo. Básicamente, el rey Lot lidera a un grupo de doce nobles rebeldes que no acatan que Arturo sea el legítimo heredero y le hacen la guerra durante largos años, en los cuales pasan numerosos hechos destacados. Cuando Arturo vence a estos doce nobles ya no es un adolescente de 16 años, sino un hombre adulto y es a partir de ahí cuando Camelot se convierte en el reino próspero que todos conocemos. Pues en la serie no, en la serie el rey Lot muere de forma miserable en el segundo capítulo y no ha tiempo para que se convierta en un buen villano. ¿Y quién es el villano de temporada? Pues Morgana, interpretada por la grandísima actriz Eva Green, y una monja vieja. Y se siente claramente que la serie necesitaba un antagonista fuerte, capaz y físico como era Lot.

Por otra parte, la serie fue un fracaso porque a raíz del tercer o cuarto capítulo la serie empezó a tener tramas episódicas y poco más. También hay tramas que dan bastante verguenza ajena por lo ridículas que son, y es que se cagan en el mito. La espada de la piedra se encuentra clavada en una piedra, sí, pero una piedra que se encuentra en lo alto de una cascada, por lo que cuando Arturo va a subir a por ella, pues se cae en una escena ridícula que parece sacada de una escena cómica de Piratas del Caribe. Pero lo peor es la segunda espada, Excalibur, la cual tiene que ir a buscarla Merlín porque la primera se rompe. Hasta ahí vamos bien, pero en el mito lo que pasaba es que Merlín se la pedía a la Dama del Lago. En la serie, como se creen demasiado guays para meter elementos fantásticos, Merlín va a pedirle una espada a un herrero llamado Caliburnes y su hija Excalibur. Como no se la quieren dar, Merlín la roba y provoca la muerte del herrero y la hija. Para mear y no echar gota.

Pero sin duda lo peor de la serie es el reparto. Me gustó mucho Eva Green como Morgana, Clive Standen como Gawain, Peter Mooeny como Kay, y Claire Forlani como Igraine, pero el resto deja bastante que desear. Empezando sobre todo por Jaime Campbell Bower, que no me parece mal actor, pero no me pega lo más mínimo como actor, sino más bien como una estrella de rock juvenil en horas bajas y es que no te lo crees ni como hijo de sir Héctor ni como rey, y aun así no me parece el peor. Mucho peor me parece Joseph Fiennes, quien interpreta a Merlín y cuyo único esfuerzo interpretativo es el de poner cara de estar encabronado durante toda la serie, y lo peor no es solo que no sea un Merlín anciano y con una larga barba blanca, sino que es un Merlín que anda bastante escaso en sabiduría e inteligencia y que nada tiene que ver con el del mito. Pero sin duda, la que se lleva la palma es Tamsin Egerton, quien no dudo que podría hacer buenas comedias románticas o cosas similares, pero el papel de Ginebra le viene grande, en primer lugar porque es muy mala actriz, y en segundo lugar porque ni siquiera es guapa o tiene unos rasgos, sino que es bastante feucha.

En general, una serie muy prescindible. Si quieres ver una mejor representación del mito artúrico, pues te recomiendo la miniserie Merlin con Sam Neill, la genial película Excalibur de los años ochenta, la película de Clive Owen El Rey Arturo (una de las pocas donde salen más caballeros que Lancelot), Las Brumas de Avalon y la serie Merlín de Colin Morgan, que, a pesar de ser destinada a un público familiar, adapta de forma más o menos fiel algunos temas artúricos.

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Aunque la serie empieza bien y decae a lo largo de los capítulos, mantiene un cierto nivel y merece la pena ser vista. No es una serie histórica (ni tampoco completamente fantástica), pero mantiene el tipo.

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