En la Milla 81 de la Autopista de Maine hay un área de descanso cerrada, un lugar donde los chicos del instituto beben y donde se meten en el tipo de problemas que siempre se meten los chicos de instituto. Es el lugar donde Pete Simmons va cuando su hermano mayor, que se supone que está cuidando de él, va al cascajal a jugar a “paracaidistas por la borda”.
Pete, armado solo con la lupa que le + regalaron para su décimo cumpleaños, encuentra tirada una botella de vodka en el puesto de hamburguesas clausurado y bebe lo suficiente como para desmayarse.
No mucho después, un coche familiar cubierto de barro (lo cual es extraño porque no ha llovido en Nueva Inglaterra desde hace aproximadamente una semana) gira para entrar en el área de descanso de la Milla 81, ignorando la señal que dice “cerrado, sin servicios”. La puerta del conductor se abre pero no sale nadie.
Doug Clayton, un vendedor de seguros de Bangor, conduce su Prius yendo a una conferencia en Portland. En el asiento de atrás lleva su portafolios y maletín y en el asiento del acompañante lleva una Biblia del Rey Jaime, que Doug llama “el manual de seguros definitivo”, pero no va a salvar a Doug cuando decide ejercer de buen samaritano y ayudar al tipo del coche averiado. Se detiene detrás de él, pone las luces de emergencias, y luego se percata de que el coche no tiene matrícula.
Diez minutos después, Julianne Vernon, que lleva un camión con caballos, ve el Prius y el otro coche, y se detiene. Julianne encuentra el teléfono móvil de Doug Clayton roto cerca de la puerta del otro coche – y se acerca demasiado. En el momento en que Pete Simmons se despierta de su siesta de vodka, hay media docena de coches en el área de descanso de la Milla 81. Dos niños – Rachel y Blake Lussier – y un caballo llamado Deedee son los únicos que quedan vivos. A menos que cuentes al coche.
Sinopsis:
En la Milla 81 de la Autopista de Maine hay un área de descanso cerrada, un lugar donde los chicos del instituto beben y donde se meten en el tipo de problemas que siempre se meten los chicos de instituto. Es el lugar donde Pete Simmons va cuando su hermano mayor, que se supone que está cuidando de él, va al cascajal a jugar a “paracaidistas por la borda”.
Pete, armado solo con la lupa que le + regalaron para su décimo cumpleaños, encuentra tirada una botella de vodka en el puesto de hamburguesas clausurado y bebe lo suficiente como para desmayarse.
No mucho después, un coche familiar cubierto de barro (lo cual es extraño porque no ha llovido en Nueva Inglaterra desde hace aproximadamente una semana) gira para entrar en el área de descanso de la Milla 81, ignorando la señal que dice “cerrado, sin servicios”. La puerta del conductor se abre pero no sale nadie.
Doug Clayton, un vendedor de seguros de Bangor, conduce su Prius yendo a una conferencia en Portland. En el asiento de atrás lleva su portafolios y maletín y en el asiento del acompañante lleva una Biblia del Rey Jaime, que Doug llama “el manual de seguros definitivo”, pero no va a salvar a Doug cuando decide ejercer de buen samaritano y ayudar al tipo del coche averiado. Se detiene detrás de él, pone las luces de emergencias, y luego se percata de que el coche no tiene matrícula.
Diez minutos después, Julianne Vernon, que lleva un camión con caballos, ve el Prius y el otro coche, y se detiene. Julianne encuentra el teléfono móvil de Doug Clayton roto cerca de la puerta del otro coche – y se acerca demasiado. En el momento en que Pete Simmons se despierta de su siesta de vodka, hay media docena de coches en el área de descanso de la Milla 81. Dos niños – Rachel y Blake Lussier – y un caballo llamado Deedee son los únicos que quedan vivos. A menos que cuentes al coche.