En el primer libro de la extensa saga de Mundodisco, lo impensable sucede de golpe y porrazo: un turista ha llegado a la ciudad de Ankh-Morpork. Ignorante del sitio al que acaba de llegar, sin entender el idioma y con una caja andante de un material tan escaso como valioso en el Disco, Dosflores se adentra en la pintoresca ciudad con su caja de dibujos, acompañado de Rincewind, un mago expulsado de la Universidad Invisible a la que el Patricio le ha hecho una oferta que no puede rechazar.

Y la situación sólo puede empeorar.

Al principio se aprecia cómo la presencia del turista puede hacer arder toda la ciudad: y Rincewind, encadenado al loco con la cabeza llena de fantasías e ignorancia, y el cofre lleno de oro, sufre cada paso. Pasos que lo llevan a una montaña invertida con dragones que sólo existen si crees en ellos, a un templo temido por todo ser vivo, a ser elegidos como sacrificios para que un “barco que navega fuera del Disco� llegue a cumplir su misión...

Semejante cadena de sucesos no puede ser posible sin las divinidades de Mundodisco, que juegan rol con los protagonistas y se divierten de lo lindo con el resultado de los dados. Y quien lea este libro se encontrará con risas a cada página, por lo general a costa de sus personajes, algunos más curtidos que otros en las vicisitudes de ese mundo, creado con divinidades con bajo presupuesto y mucha imaginación. Y un escritor con talento, sin duda.

¿Que pasaría si, de golpe y porrazo, la botella te elije como Gran Presentador? Si logras sobrevivir a los asesinos que envían a por ti, puede que tengas una buena vida... por un tiempo. Desde un día a trece años, según las estadísticas históricas del sistema. Tienes Brigadas para protegerte de los asesinos, elegidos y presentados públicamente, para deleite del público que consume vía televisión tu lucha para no ser asesinado. Tus redes de telépatas puede que sean una enorme ventaja, pero cuidado: ¿le han jurado lealtad a tu cargo o a tu persona?

Puede que todo haya comenzado como una forma de paliar el exceso de consumo y el malestar creciente de los inks, inclasificados que venden sus tarjetas de poder por unos dólares para poder sobrevivir. ¿Qué oportunidad tienen de ganar, siendo que son más de seis mil millones de personas? Con tanta producción, lo único que se podía hacer era quemar los autos de lujo, los electrodomésticos y demás productos, en espacios cercados, con guardias armados para contener a esa marea de molestos inks, observando cómo se quemaban todo eso a lo que no podían aspirar. La solución evidente era hacer una lotería, para evitar que se les ocurriesen ideas raras.

Y así nació el sistema e la botella.

Con periodicidad, la botella elije a un nuevo Gran Presentador, que accede no sólo a bienes materiales, sino a poder y prestigio inmediatos. En esta ocasión le toca a un ¨guía¨ de un grupo que sigue las enseñanzas de un profeta que habla de un Disco de Fuego, fuera del sistema conocido de los Nueve Planetas, y que se prepara para realizar el viaje que cambiará sus vidas actuales por una mejor, en le Tierra Prometida. Su jefe espiritual ya tiene otra planeada.

El capitalismo es el sistema odioso, feudal y cuasi-esclavista que rige esta sociedad, con el circo de la botella como única esperanza de superar las dificultades y subir en la clasificación. Los grupos fieles a cada candidato pueden llegar a extremos impensados, las lealtades pueden costarte la vida y los amuletos de la suerte no te van a servir. Las mujeres, por lo general, llevan el torso descubierto, como pedazos de carne en exhibición, y a veces así son tratadas. Mientras se van desarrollando los acontecimientos con la elección del nuevo Gran Presentador, se evidencia que el sistema no es guiado del todo por el azar, y que hay vacíos ¨legales¨ que pueden ser aprovechados por más de un personaje avispado.

Siendo un libro corto (poco más de doscientas páginas) resultó ser una lectura interesante y refrescante entre tanta distopia adolescente en trilogía. Iré a por más títulos del autor.

Es notoria la diferencia entre los primeros libros de un autor y los más recientes (a menos que se trate de alguien como Coelho, claro está), en especial si se lleva décadas publicando. Sin embargo a menos que se trate de obras con un orden cronológico relevante, no tengo inconveniente en leerlos ¨en desorden¨. Fue por eso que, al leer ¨del autor se Carrie y El resplandor¨ supe que iba a leer al King de sus (relativos) primeros años.

El libro narra la historia de Arnie Cunningham, muchacho obediente, tímido y acosado por las bestias en forma de adolescentes malignos de siempre. Con una madre dominante, un padre resignado a obedecer a su esposa, un rostro que diste mucho de ser agradable y un amigo que parece estar allí para salvar su existencia (real o metafóricamente) en más de una ocasión. Arnie adora a los autos, y es ese el primer paso hacia los hecho que desencadenarán los acontecimientos. En un principio, parece que Christine es simplemente un objeto de deseo en el que manifiesta su rebeldía, su deseo de vivir su vida y no la que su madre ha planead para él. Deja escapar su furia, se vuelve más agresivo y violento, comienza a sentir dolores, a mentir y a hacer trabajos poco legales.

Y luego va a peor: deja de lado su ¨brillantemente planeado¨ futuro y decide que no quiere, que prefiere quedarse con Christine, su adorado auto, al que trata como una dama. Y qué pena que el mejor amigo tenga un accidente en uno de sus partidos, quedando imposibilitado de moverse durante meses. Y qué pena que Arnie manifieste aprecio por una chica de su edad. A Christine no le gusta compartir, ni siquiera a los cadáveres que lleva a cuestas. Porque, como se supone desde el principio, ese Playmouth no es uno común y corriente. Lo sorprendente es entender cómo dejó atrás las vulgaridad de un mero automóvil, y de qué forma afecta a Arnie.

Lo que menos me ha gustado es la forma en la que se presenta a Leigh. Casi a los apurones, no parece tener mucha personalidad más allá de la necesaria, y luego se parece más a una damisela en apuros que a un personaje importante. Es notorio que es uno de los primeros libros de King (a principios de los ochenta). Quizás si me gustase más el tema de los autos lo hubiese disfrutado más, pero me ha parecido un libro bastante ¨promedio¨. Eso me pasa por leerlos en desorden.

Luego de la rarísima ¨Solaris¨, me encontré con otro libro del mismo autor en la biblioteca. La elección fue muy fácil. Grande fue mi sorpresa al empezar a leer los viajes de Ijon Tichy y encontrarme con una serie de relatos inesperadamente graciosos. Y de los buenos.

Si alguna vez han disfrutado Homestuck (creado por Andrew Hussie) tendrán familiaridad con el tema de diversas líneas temporales. Dada la complejidad y la enorme cantidad de personajes de dicho webcomic, pensé que el concepto no podría expresarse en un relato corto, y aquí viene Lem a demostrare, en el ¨Séptimo viaje de Tichy¨ (primer ¨relato¨ del libro), que sí se puede, que puede ser entendible, creativo, gracioso y adictivo, en un género que, sin contar a Douglas Adams con su ¨Guía para el autoestopista galáctico¨, no me había sacado sonrisa alguna. Y Lem no es ni yanqui ni inglés, lo cual es una refrescante novedad en un mercado lleno de títulos de angloparlantes.

En el octavo viaje, nuestro protagonista presenta una petición a una entidad universal, solicitando se incluya a la humanidad en su ámbito. Su nerviosismo es el menor de los problemas que se le presentan, y más aún con el inesperado y desternillante final. Decir más es arruinarles la sorpresa. Luego vendrán viajes a planetas e donde sus habitantes se esfuerzan en ser catalogados como marinos, cerca de otro con un método infalible para combatir la corrupción. O quizás prefieran leer los motivos por los cuales la población de otro planeta se parece más a muebles o un collage de seres vivos que a humanos. Porque lo que más resalta en este libro es el antropocentrismo de la ciencia ficción, ya denunciado con ¨Solaris¨, y lo divertido que es un universo con más diversidad biológica. Y con otras visiones sobre, por ejemplo, la robótica y la forma en que una mente lidia con la soledad en el espacio, en especial si se rejuvenece a tiempo, digamos, ¨normal¨ tomando como parámetro la Tierra. Y la forma en que se lidia en otros con las lluvias periódicas de meteoritos merece mención especial. El señor Tichy puede dar fe de su éxito.

Terminada la sección de viajes, comienza la de memorias, en las que Ijon Tichy narra sus aventuras centradas en el planeta Tierra, no menos interesantes por tener personajes, más que nada, humanos. Los robots se observan desde otra perspectiva, las almas pueden materializarse en objetos, las máquinas del tiempo no son como las pintan, la clonación puede ser peligrosa, las máquinas para lavar la ropa pueden tener demasiadas ínfulas, y la locura puede afectar a los robots, de paso. Y todo culmina con la carta que llama a salvar el espacio del turismo, lleno de niños malcriados, adultos maleducados y sucios, desconsiderados e indeseables, en especial cuando una planta exótica decide que quiere coleccionar orejas de turistas, de la misma forma que un herbolario diseca hierbas.

Al leer libros de distintos países, se puede apreciar, como una pátina más o menos transparente, de qué forma el pertenecer a un sitio geográfico afecta a la forma de escribir. Y las formas en que reaccionan las personas al leer esos puntos de vista tan diversos puede enseñarnos cosas que ni siquiera ellas mismas quisieran admitir.

¨Solaris¨, una obra maestra de la ciencia ficción, es uno de esos libros extraños que me encantan. Es ciencia ficción, sí, pero una que aborda una pregunta que nadie había planteado antes en el género: ¿qué pasaría si, al encontrar otra forma de vida inteligente en el universo, ésta no fuese similar en absolutamente nada a la humanidad? Cuando se representan formas de vida extraterrestres, lo que se busca es la similaridad con quienes habitan la Tierra. Si bien hay una limitada cantidad de ¨seres¨ que podrían sobrevivir en determinados ambientes, el antropocentrismo da por sentado que la humanidad es un modelo a tomar en cuenta para ello.

Solaris plantea la existencia de un planeta (con un sistema binario de estrellas), el que da título a la obra, cubierto por un océano vivo. Sin sistemas reconocibles en un cuerpo humano, como el sistema nervioso, el digestivo, el óseo, el muscular o cualquiera que se les pueda ocurrir, es uno de los grandes misterios de la solarística, ciencia dedicada al estudio del planeta en cuestión. Y a intentar comunicarse con ésa extraña forma de ida, lo cual no ha dado mas que resultados confusos o nulos. El océano protoplasmático parece reaccionar, cuando quiere hacerlo, de diversas formas ante el mismo estímulo. Y cuando suben el nivel de agresión, ansiando obtener una respuesta a los estímulos que les dé un camino más marcado, algo que les indique el camino, la respuesta llega de forma inesperada.

La única estación espacial solariana de observación ha sido víctima de una serie de comportamientos extraños de parte de su tripulación, por lo que envían a un psicólogo, Kris Kelvin, a investigar lo que está sucediendo. Lo que se encuentra al llegar allí lo hace pasar del estupor al pánico, y luego a una parcial aceptación de la realidad que se le presenta. El desorden y el abandono reinan en el lugar. Uno de los tres tripulantes de la estación se ha suicidado unos días antes de su llegada, y Kris empieza a comprender la serie de sucesos que le llevaron a ello.

Decir más sería contarles toda la novela, que abunda en reflexiones sobre el contacto humano, los límites de la ciencia (¨¿Y para qué sirve todo esto?¨), la psique humana y la forma en que reacciona ente situaciones imposibles. Ni las simetriadas o asimetriadas causan tantas reacciones en la tripulación como lo que se encuentra Kris al poco tiempo de llegar.

Hay, además, algo que el libro ha demostrado, y es el abrumador anglocentrismo en el mundo literario. ¨Solaris¨ es, sin lugar a dudas, una obra maestra de su género, pero no es extraño que, en las listas y estudios realizados sobre ciencia ficción por yanquis, se la omita sin pestañear. Quizás por ser un nuevo enfoque al género (alejado del plástico fluorescente, de los contenidos clásicos yanquis, de eso que es cómodo de leer), o quizás porque Lem se atrevió a no ser estadounidense, o sólo porque el aceptar que el mundo tiene opciones es algo impensable para quien está borracho de poder.

Es una lectura recomendable para toda persona que haya leído ciencia ficción, a la que le gusten los relatos extraños, o aquéllos que ansíen pensar en algo más allá de lo que es conveniente que pensemos.

En el año 2012, me topé con un libro de hermosa portada, Sáfico. Lo compré sin saber que era el segundo de una saga, y cuando me di cuenta, decidí esperar para comprar el primero y poder leerlos en orden. Así fue que, en esta última Feria del Libro, pude adquirir Incarceron.

Lo primero que noté es que el arte de portada es uno de los mejores que he visto en años: con relieve, tinta dorada y plateada, según el libro, buen diseño de tapa. Te da una idea de lo que puedes encontrar dentro, y lo retrató bien.

Lo segundo que noté fue que parecía una historia dividida en dos, que irían reuniéndose conforme pasasen las páginas, y así fue. En el Exterior, un mundo medieval en donde se sigue un Protocolo riguroso y se prohíbe la innovación, todo parece un cuento de hadas a primera vista... Y poco se tarde en descubrir que las intrigas, las traiciones, las revueltas y las restricciones pueden llegar a sofocar a quien no tenga madera para ello. Claudia, la protagonista femenina, es una buena candidata a Reina, ya que es la hija del Guardián de Incarceron... una cárcel en donde está en protagonista masculino.

Finn es un habitante de la cárcel de la que nadie Escapa, una Escoria, y forma parte de la banda de los Comitatus, ladrones y saqueadores, a veces asesinos. En uno de los saqueos, en los que casi pierde la vida, captura a una Maestra, y a cambio de ella obtiene un Cristal, una llave que, como toda llave, puede abrir una puerta. Finn tiene visiones de una vida anterior, una en el Exterior, aunque su memoria empiece solo a los catorce, tres años atrás. Su hermano de sangre, Keiko, un muchacho astuto e inteligente, está más adaptado a la ida dentro de la cárcel, y es mucho mejor luchando que su hermano. Y su lazo es fuerte, más fuerte incluso que el que le une a los Comitatus. Y cuando Finn comienza el viaje para Escapar, termina acompañándolo.

Los personajes que mejor me han caído son secundarios: Attia, la ¨perro-esclavo¨ del despiadado jefe de los Comitatus, si bien no es simpática a veces, es astuta y se preocupa por Finn, llegando a salvarle la vida casi a precio de la propia. Y Jared, un Sapient (el equivalente a un sabio del medioevo) que apoya a Claudia y se preocupa por ella, lo cual despierta sospechas, no sólo en otros personajes del libro, que quizás sienta algo más que el afecto de un adulto hacia una avispada muchacha.

La historia de ¿amor? entre los dos protagonistas sólo se insinúa, y en algunos puntos no se distingue si lo que Claudia busca es algo de cariño verdadero de alguien de su edad, o el recuperar un pasado en el que ella fue feliz de verdad.

El Exterior es brillante y rico, aunque se deja entrever que la realidad para la inmensa mayoría de la humanidad es muy distinta a la que se nos ha mostrado. Y la cárcel es, de por sí, un personaje, pero no un personaje más, sino todo un personaje.

Incarceron es un sistema cerrado: si naces allí dentro, eres hijo de la cárcel. Si a la cárcel se le acaba la materia orgánica, empieza a utilizar partes robóticas, para economizar, quizás. Es un mundo inmenso, en los cuales hay túneles, celdas, bosques de metal que florecen con capullos de cobre, ciudades, misterios. Y sociedades en distintos estratos o clases, como la Escoria (los ladrones y criminales que viven en el subsuelo), los Cívicos (que viven en la superficie, intentan no caer en la violencia y ser algo más civilizados) y algún que otro Sapient que vuela por allí en su barco.

Algunos giros de la trama eran de esperarse, pero otros han sido una completa sorpresa. Si bien el libro no es una obra de arte, dista de ser algo insípido. En una forma similar a ¨La hechicera de las estrellas¨ de Sylvia Louise Engdahl, combina ciencia ficción y fantasía de forma tal que le gustará a quien disfrute de un género, o de ambos.

Libro corto, que se lee en una o dos tardes, te eriza la piel y te deja pensando. Un preso fugado llega a una isla perdida en el medio del océano, y se encuentra conque está habitada. O lo estaba. Poco a poco, descubre que lo que allí habitan no son ni personas ni fantasmas, sino algo completamente novedoso para la época. Este libro se adelantó décadas a la tecnología que podría hacer realidad lo que allí se narra, aunque fuese en parte.

Este libro me dejó la sensación de haber conocido algo similar, y fue entonces cuando tropecé con Myst. Leer el libro y jugar el videojuego al mismo tiempo fue como probar una delicia celestial en el medio de un paisaje soñado. Es, para quien ha leído y ama las letras, lo más similar a un éxtasis.

La historia de amor imposible, la idea tras todo el texto, la forma en que el narrador cuenta cómo descubre todo, y lo que hace en consecuencia, hacen que esta sea, sin duda, un libro perfecto. No le he encontrado falla alguna. Es uno de esos tesoros de la literatura argentina que enorgullecen las bibliotecas.

Hay libros que destacan por sus carismáticos personajes, otros por sus atrayentes historias, y otros por una combinación de los dos puntos anteriores. El primer tomo de la serie de Maze Runner destaca por lo segundo. Y cómo.

Todo comienza cuando el protagonista, Thomas, sube en un ascensor hacia una pequeña comunidad de adolescentes varones, en el medio de un laberinto, con lo necesario para sobrevivir. Allá afuera está el laberinto: cambia cada noche, y cuando las puertas se cierran, los Penitentes, monstruos orgánicos con apéndices mortales, merodean entre sus muros cubiertos de enredaderas. Su veneno puede matar, o devolverte tus recuerdos, o quizás sólo encuentres la locura.

La comunidad se reparte las tareas, entre las que están las de Corredores: muchachos que recorren los laberínticos pasillos que les rodean, para luego pasmaros en un mapa. Y serán los mapas una pieza mucho más importante de lo que se puede pensar en un principio.

La acción y la tensión no tienen descanso: cuando piensas que sabes lo que está pasando, una sorpresa cae en el medio de la comunidad, o sube por el ascensor.

Es un libro extraño, ya que si bien encaja dentro de ¨distopia¨, lejos, muy lejos está de las clásicas novelas juveniles como Los juegos del hambre, o Divergente. En el primer libro se nos darán pequeñas pistas, que no alcanzan a hacernos imaginar siquiera en lo que se ha convertido el mundo, y el final, sin adelantarles nada importante, te deja con deseos de leer más.

Conclusión: Imperdible. Para leer y releer, ya que con cada lectura notas cosas que antes pasabas por alto.

Por lo general, busco libros por sus títulos. El título es la primera línea del libro, y si no te atraen las primeras líneas o páginas del libro, es mejor buscar otro mejor. También busco por autoría, con cuidado. Pero a veces veo una tapa llamativa y decido echarle una ojeada.

Ese fue el caso de ¨Firelight: chica de fuego¨, aunque en otros países se ha traducido como ¨Firelight: alma de fuego¨. La tapa era llamativa, pero no me decidía a comprar un libro con un resumen tan repetido en la contratapa. Así que recurrí a la biblioteca (buena idea), en donde tenían ese libro disponible, y decidí darle una oportunidad (mala idea).

Todo comienza cuando Jacinda, la protagonista, decide romper las reglas de su comunidad, volando de día, junto con su amiga Azure. Como drakis, pueden cambiar su estructura física hasta una similar a los dragones, ya sean de agua, de ónice, de tierra o de fuego. Jacinda es de las últimas, una draki de fuego, de las que se creía extintas, y está bastante harta de la sobreprotección de su clan.

Por supuesto, todo lo que podía salir mal en ese día, sale mal, y Jacinda termina en su forma de draki, a solas en una cueva con un cazador. A sabiendas que podría terminar vendida en pedazos, se sorprende cuando Will, el cazador de drakis, decide no informar que la ha encontrado, salvándola.

En este punto es evidente cuál será uno de los intereses amorosos de la protagonista: el otro, como no podía ser de otra manera, es el príncipe de su clan, Cassian, quien no distingue entre lo que él quiere y lo que su clan quiere. También se adivina que los dos se enfrentarán al final.

Cuando Jacinda regresa a su clan, su madre escucha los planes que tienen para su hija y decide huir para salvarlas. Toma a Tamara, hermana gemela de Jacinda, y a la protagonista, y escapan al desierto. Tamara está feliz de, por fin, estar en un ambiente en que no la tratan ¨como una leprosa¨, ya que no se ha manifestado como draki. La madre de ambas decide, a propósito, mudarse al desierto, en donde la draki de la protagonista, al no tener vegetación, agua y niebla en abundancia, se marchitaría.

A partir de aquí, la novela toma la clásica curva de romance sobrenatural adolescente. Predecible, dramático y meloso.

Jacinda cansa con su egoísmo, su falta de visión y comprensión hacia su madre, y no piensa que su progenitora hace lo que hace por su propio bien, sino porque solamente quiere tener una hija que no se manifieste como draki. Empieza con un carácter fuerte, para luego pasar a ser una caprichosa, insoportable a veces, y no contenta con tener detrás al príncipe (flechazo no correspondido de su hermana) apunta hacia el cazador que la salvó, que mantiene con vida a su draki.

Tamara, dejada de lado cual deshecho enfermo en su comunidad draki, es feliz cuando logra, por fin, ser aceptada como es en el mundo humano. Reclama la normalidad, la aceptación y la alegría de todo lo que se perdió mientras vivía a la sombra de su hermana en las montañas, lo cual la lleva a ser impulsiva a veces. Ha visto cómo su hermana obtiene todo lo que ella desearía para sí, lo cual ha generado roces entre ellas.

Cassian es un príncipe autoritario, capaz de mentirle a su ¨prometida¨ a la cara, y de arruinar su felicidad con tal de hacerla volver a un sitio en donde podrían mutilarla para que no escape, obligándola a ser sólo una hembra de cría. Su prioridad es el bienestar del clan, y no le importa lo que tenga que hacer para lograrlo.

Will, el trágico muchacho de una familia de cazadores, que no desea seguir cazando. Enfrentado con sus primos, sufre por saber que lo que hace su familia está mal, y porque los miembros de su familia de su edad son depredadores en más de un sentido. Como no podía ser de otra manera, esconde un secreto que sólo se revela al final del primer libro.

Conclusión: casi todo podría ser mejor. Le pongo un seis por la originalidad de los drakis, pero todo lo demás carece de creatividad.

Oh, por Monesvol.

Hay libros malos porque quien los escribe no tiene talento, y hay libros malos porque están escritos en masa, sin suficiente contenido como para disimular hacia dónde va, o cuán previsible será su final. Este es uno de los últimos: poco original, previsible, se le ve el esqueleto desde el vamos y el único punto a su favor que tiene (una sociedad de la que apenas podemos ver unas pocas páginas) se pasa rápido, sólo para plantar lagrimones que no pasarán de resoplidos de desdén en quienes hayan leído más de un libro en su vida.

El libreto es tan soso que esperas que haya algo que te de una sorpresa, y te encuentras conque sí, así de malo es el libro. Adolescente nuevo con poderes llega a una nueva escuela, y en su primer día se encuentra con la chica más linda de la secundaria, con un muchacho algo torpe y un abusador que toda escuela yanqui tiene. La chica es la ex novia del abusador, y en el primer día ya se enemista con el protagonista. El muchacho torpe se hace su amigo, y sabe más de lo que aparenta sobre extraterrestres. Los malos-malosos merodean por las cercanías. El protagonista se enamora de la chica linda, quien le corresponde, la salva de la muerte, la pone en peligro. El muchacho torpe descubre su secreto y reacciona en consecuencia. El abusón es la estrella del equipo de deporte. El director es alguien que pone la notoriedad mediática antes que el sentido común y el bienestar de los estudiantes. El protagonista es de una raza que sólo se enamora una vez y para siempre, que tiene poderes como los superhéroes y que está siendo perseguido. Ah, su raza tiene tecnología y magia, de paso.

Me forcé a terminar el libro para poder destrozarlo como se debe. Quien está detrás de la serie de libros y de la aún más sosa película es una compañía literaria de las que no quieres que te empleen, quien a golpe de billetes nos bombardea con productos tan plásticos y carentes de personalidad como este. Si, aún así, quieres leer este libro, pídelo prestado o ve a una biblioteca. No vale ni el dinero que obtendrías reciclándolo.

¿Qué pasó con todos los libros que quedaron en D´ni? ¿Hacia dónde llevaban? ¿Por qué algunos fueron destruidos, otros sellados, y otros dejados sin llave? ¿Cómo podrían interactuar las diversas sociedades de los libros si se encontrasen?

En este libro se puede leer lo que pasa cuando se descubren bibliotecas de libros D´ni que han sido selladas durante décadas. Hay motivos por los cuales os D´ni no han puesto pie en ellos, y los protagonistas (que no son solo D´ni, sino un grupo heterogéneo) lo descubren con una simple adivinanza, que hace que todo lo que habían visto hasta el momento aparezca bajo una nueva luz.

Como los libros anteriores, es algo raro de leer y difícil de comprender si no se han leído los anteriores, dándonos una visión de una civilización y cultura perdidos hace mucho.

En este libro se puede apreciar con mayor profundidad la cultura y la historia de D´ni, vista por los ojos de una humana que se topa con dicha civilización por curiosidad. Esto desencadena una serie de acontecimientos que llevarán a un final conocido por quienes hayan leído el libro anterior, pero que amplía el cómo. Y es en ése cómo donde nos encontramos conque los D´ni y los humanos no son tan distintos, aunque no caminen bajo el mismo sol.

Si bien sólo se alcanza a rasquetear en la cultura, se aprecia que hay más cosas debajo de lo que podemos percibir. Es en ese misterio de las coas no dichas que se ve que los defectos humanos no son exclusivos de la especie, y que el amor de unos peude desencadenar el odio de otros.

Este es un libro raro, de una saga de videojuegos rara, con una publicación extraña. Quienes hayan jugado el videojuego Myst comprenderán mejor la cultura y a sus personajes, y si bien no es indispensable para comprenderlo, aporta muchísimo sabor a la historia.

Narra la historia de Atrus, un muchacho que vive con su abuela en el medio del desierto, aprendiendo y razonando sobre lo que le rodea, soñando y descubriendo. Un día, de golpe y porrazo, aparece su padre, quien lo lleva hacia las ruinas de una civilización casi diezmada, de la cual ambos son descendientes. Quiere recuperar su antigua gloria, y para eso le enseñará a Atrus todo lo que sabe, y cómo lo sabe. Poco a poco, Atrus comenzará a comprender lo que ha pasado, de qué forma, y qué hacer cuando se encuentre conque su padre no es tan sensato como dice que es.

Me pareció una muy buena extensión del videojuego (una de esas joyas exóticas de la época de los noventa) aunque, como libro, quizás no sea tan bueno por sí solo. Esto hace que sea disfrutado por un selecto grupo de personas, y qué delicioso es comprender cómo se extiende ese universo, esos libros.

Pocas, poquísimas veces, en mi larga vida de lectora, me he encontrado con un libro que me afecte tanto emocional como físicamente. De esos que te dan escalofríos, llenan de adrenalina tu cuerpo, te desean hacer saltar. Que te desvelan por las noches, te levantan por las mañanas deseando leer un capítulo más, que terminan siendo cinco, haciendo que olvides que necesitas dormir y comer.

¨Ready player one¨ es uno de esos libros.

Quizás porque nací a mediados de los ochenta (y porque en donde yo vivía, lo ochenta duraron varios años más de lo que indicó la década), quizás porque me identifico con el protagonista, quizás porque la historia está embebida en un mundo dentro de otro mundo con personajes carismáticos, con secretos, defectos, virtudes y mil y un mundos dentro de ese mundo. Quizás porque Cline escribe con amor, sabiendo de lo que cuenta y sintiéndolo.

Si bien empieza con una introducción algo larga, no aburre para nada, y te muestra el primer vistazo de un mundo destrozado, en donde el único escape es OASIS; un videojuego similar al Second Life, pero mil veces mejor, con miles y miles de mundos, e incontables referencias a ésos mundos a los que se acceden a través de la pantalla y un mando de consola, las páginas de un libro, los dados de veinte caras. Es un mundo friki lleno de frikis, creado por un par de frikis geniales que crean un universo en donde todas las personas pueden admirar lo que es la cultura friki, sus maravillosos multiversos, sus infinitas posibilidades.

Y entonces, Halliday, uno de los dos creadores de OSAIS muere, y anuncia el concurso con un premio tan fabuloso, que es casi imposible de imaginar. El ¨Huevo de Halliday¨, que atrae a todos los PJ de OASIS.

Quien quiera obtener las tres llaves, de Cobre, de Jade y de Cristal, deberá saber tanto como Halliday. Debe saber eso que sólo se sabe con la pasión de un friki en un tema, con el amor al que se llega después de años de saber que en esos mundos están quienes te acompañarán por años de tu vida, a veces, por el resto de la misma. Debe entender las referencias, resolver los acertijos, buscar en un mundo con miles de mundos distintos.

El protagonista, Wade, es el primer PJ en encontrar la llave de Cobre, y tras él cientos, miles de gunters (¨egg hunters¨ o ¨cazadores del huevo¨) van tras las pistas. Pero no sólo hay PJ, hay una corporación que desea apoderarse del premio a toda costa, llegando a hacer lo indecible con tal de hacerlo. Y a medida que avanza la competencia las apuestas son cada vez más y más altas.

A medida que avanzan las páginas, la historia te atrapa y no te suelta. Quieres leer más, saber qué va a pasar, y no quieres que termine nunca. Terminas sufriendo con los personajes, riendo con ellos, llorando con ellos, deseando que ellos sean quienes salven OASIS de las garras de una empresa que desea tener en su poder ese mundo lleno de mundos, y desnudarlo de todo lo que lo hace como es. OASIS es el foco de todo, y en OASIS sucede prácticamente toda la acción: el desolado mundo real sólo aparece cuando es indispensable, a veces ni eso, pero se pasa por alto con facilidad.

Aún me recorre la emoción, la adrenalina, el sentimiento de épica batalla final que se respira en las últimas páginas del libro. Escrito con amor y pasión por alguien que sabe mucho de lo que escribe, es lo más recomendado que se le puede dar a quien haya disfrutado de los ochenta, a quienes hayan perdido el sueño por un videojuego MMORPG, a quienes les haya emocionado el pasar el nivel final de uno de esos videojuegos que ya no se consiguen, a quienes deseen leer una historia muy buena embebida de todo eso que, alguna vez, hizo emocionar a las mentes y corazones frikis (y no frikis) de todo el mundo.

Es imposible escribir algo completamente original.

Dicho esto, lo que puedes hacer es escribir de forma original, aunque la historia no sea novedosa. Es por eso que libros como ¨Ready player one¨ o la saga de Harry Potter son tan populares: enganchan por la forma en que han sido escritas, con algunos detalles originales o personales, dejando la sensación de probar un sabor nuevo de algo conocido.

Este libro carece de ese sabor.

La temática de un trío de adolescentes que salvan el mundo (o el ¨otro¨ mundo) no es nueva. La chica inteligente, el amigo tonto y el héroe hijo de alguien notorio puede funcionar si se escribe con ganas de hacer algo bueno. Lo único memorable de todo el libro es la forma en que describen a la versión moderna de la isla del placer, adaptada a nuevos tiempos. Todo el resto, desde la misión encargada a menores (no se vayan a hacer responsables los papás y mamás divinidades, ah no, que eso está por debajo de sus altezas), la banda de seres que se encuentran (¿no se les ocurre leer sobre mitología, ya que han descubierto lo que descubrieron? ¿Ni siquiera Annabeth, la chica lista?), o el final para nada sorprendente, laburre.

Annabeth es una versión más pobre de Hermione, Grover es sencillamente idiota, y Percy es el héroe juvenil genérico. No pude sentir empatía por ninguno, no había sorpresas, la desidia de las divinidades es más que irritante, la historia no sorprende y me forcé a terminar el libro para confirmar mis sospechas de cómo finalizaría (acerté en todo). Hay muchos mejores libros con la misma temática, mejor escritos y más interesantes que este.

Cuatro puntos, y gracias.