Ficha Pokémon Plata

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Críticas de Pokémon Plata (1)




Raúl Rubio Peñas

  • 6 Feb 2016

10


Por lo que a mí respecta, este es el juego de Pokémon definitivo. Nunca olvidaré el día en que me lo compraron, en mi primera comunión, y podemos decir que fue mi primer gran acercamiento al mundo de los videojuegos. No por nada, aún sigo teniendo el cartucho, guardado en un cajón en mi cuarto, ya que le tengo mucho cariño, aunque no sé si a estas alturas seguirá funcionando.

Pokémon Plata fue la segunda serie de juegos de Pokémon que se lanzó al mercado y, si no me equivoco, fue la primera que se creó para Game Boy Color. En ella, el jugador se encuentra en Johto, una región con nuevos Pokémon, gimnasios en los que conseguir medallas, un interesante rival y por supuesto una trama con el desaparecido Team Rocket que me encantó de principio a fin.

Uno de los principales aciertos en este juego es que todos los personajes de verdad tenían personalidad, desde el profesor Elm, a la madre del protagonista, Bill el del sistema de almacenamiento, Lance del Alto Mando, y por supuesto todos los líderes de gimnasio, a los que dotaron de carácteres muy distintos, creando personajes originales y muy memorables.

Pero sin duda el gran acierto es el personaje del rival, un ladrón pelirrojo con el que te enfrentas varias veces a medida que va avanzando la partida. Aún a día de hoy, me parece genial este personaje, que en un primer momento es un tipo lleno resentimiento hacia ti, al Team Rocket al mundo en general, que utiliza a los Pokémon como si fueran herramientas. Al final, este personaje se dará cuenta de que los Pokémon tienen verdaderos sentimientos y que le quieren a pesar de ser un mal amo, por lo que acaba volviéndose buena persona y un buen entrenador. Dudo que en un videojuego tan simple se haya creado un rival tan complejo.

Por otro lado, la aventura que nos ofrecía Pokémon Plata era muy interesante, novedosa y vibrante, muy atractiva y no pecaba de estar sobrecargada (algo que sí ocurrió con las ediciones de Pokémon de tercera generación). Además, los Pokémon de Pokémon Plata aún eran agradables a la vista. Quien haya jugado a los últimos jeugos, entenderá a qué me refiero.

Respecto a los Pokémon en sí, me encanta este juego porque te ofrece tres Pokémon iniciales en igualdad de condiciones: Cindaquil, Totodile y Chikorita, a los cuales aún recuerdo con muchísimo cariño. Los tres me encanta y me hubiera encantado poder llevarlos a los tres al mismo tiempo, pero por desgracia solo te dejaban elegir uno.

Siempre recordaré mi primer equipo, integrado por Chikorita, Pidgey, Zubat, Weedle, Geodude y Togepi, que acabaron siendo unas bestias pardas brutales. También recordaré cómo estuve en una partida jugando durante un año entero, con un Typhosion en nivel 100 al que no había Pokémon capaz de vencerle y que llegó a tener una prole de diez o doce Cindaquil. Aunque lo más bruto sin duda era cogerse a Totodile y enseñarle el Puño de Hielo, con el que ningún Pokémon planta podía hacerle frente. Aunque sin lugar a dudas, lo que más me encantaba de Pokémon Plata era que me podía conseguir a Lugia, mi pokémon legendario favorito.

En definitiva, un juegazo. Siempre recordaré el evento para encontrar a Celebi, ese Sudowood que se hacía pasar por un árbol obstruyéndote el camino, Los concursos de cacerías de bichos para pillarte al Scyther, el complicado gimnasio de Morti, los tres perros guardianes legendarios que eran bien jodidos y siempre huían de ti, y tantísimas cosas más que traía este maravilloso juego.

Además, un detalle que me gustó mucho en su momento es que el juego tenía un claro mensaje animalista en el que te enseñaba a querer y tratar bien a los pokémon, como amigos y no como herramientas, lo que en la vida real se puede extrapolar con los animales. Sin duda, un mensaje muy educativo que yo, personalmente, no he visto en el resto de juegos de Pokémon.

Qué recuerdos, amo este juego.



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