¨Let¨s Get Fiscal¨ es uno de los muchos títulos del catálogo de juegos indie de XBox Live en tener como portada chicas con poca ropa con el fin de atraer la atención del jugador. Pese a este detalle, el juego, para nuestra sorpresa, resulta ser un beat¨em up de gran calidad, en lugar de uno de los muchos juegos de novela visual con toques eróticos que pululan en el catálogo.
Claramente la portada no tiene nada que ver con el juego en si. Las chicas que aparecen en ella no tienen ninguna aparición en el juego, aunque si que es cierto que uno de los enemigos habituales en el juego es una chica con bikini. La portada, junto con el título, el cual parece ser una parodia de la canción ¨Let¨s Get Physical¨, tratan de atraer la atención del jugador, y este termina cayendo aún más en la trampa cuando descubre que tiene asociado el género de lucha y es de los escasos juegos con puntuación.
En verdad llega a ser toda una joya. Los gráficos, con enormes sprites de personajes y unos escenarios completamente detallados, además de las graciosas animaciones de los personajes, hacen que el juego tenga vida propia, aunque a decir verdad, lo que llega a destacar es la historia y el carisma de los personajes, especialmente del protagonista, aunque también es una delicia el repartir hostias con nuestro personaje. El juego cuenta con cinemáticas estilo cómic, y con actuación de voz, que nos impresionarán con sus personajes y la ida de olla que resulta ser su historia y el desarrollo de esta.
El juego trata de que somos una especie de contable, pero el termino ¨contable¨ en el juego vendría a ser ¨ajustador de cuentas¨, por lo que deberemos realizar los encargos de nuestro paranoico jefe de ajustar cuentas con empresas de todo tipo. Los diálogos, la actitud paranoica del jefe y los caretos que pone nuestro personaje, junto con la forma dinámica en la que se cuenta la historia y el uso de los efectos de sonido y la música para acompañar esta, harán que vivamos una experiencia única y pasemos un rato inolvidable jugando al juego.
Dentro del juego, este sigue siendo hilirante a más no poder, especialmente cuando hablamos de los jefazos, los cuales vale la pena comentar. El primero de ellos es un par de hombres que lanzan rayos láser de uno de sus ojos mientras imitan el sonido de estos (al ser dos llegan a ser muchas veces un incordio, y entenderemos el porque de los créditos infinitos); el segundo jefazo, el dueño de un restaurante es, quizás, el más ¿¿¡¡WTF!!?? de todos, puesto que lo derrotaremos de un soplido, aunque igualmente no es recomendable dejarle tiempo para actuar, puesto que sus ataques son algo letales; el tercer jefe, y último, será el que decidirá si amaremos o no el juego, de hecho, vale la pena comentarlo en un parágrafo aparte.
En la cinemática de presentación del tercer y último jefazo, nos temeremos lo peor. Es aquí cuando cosas raras empiezan a suceder, y una sensación de que algo va jodidamente mal recorrerá todo nuestro cuerpo. Por algún extraño motivo, la calidad de las viñetas ha decrecido notablemente en esta cinemática (ahora tienen un tufo a Paint que la flipas), y ya no hay actuación de voz. Nuestros temores se volverán realidad cuando descubramos que el tercer jefazo suelta un escudo protector y se regenera sin poder hacerle nada. En un principio parecerá que el creador nos ha timado, y que el juego no tiene fin, pero si que hay una forma de derrotar al jefazo, y dependerá el que la descubramos o no el si amaremos o no este juego. Yo por mi parte di con la solución, por lo que al final he terminado amando el juego pese al chasco de las últimas cinemáticas. El truco está en obviar a nuestro oponente, evitando cualquier tipo de contacto con él, lo que implica esquivar sus ataques, hasta que la broma final del creador se revela. La cinemática final vuelve a ser de pésima calidad.
Sinceramente, el hecho de que la calidad de las cinemáticas pegue un cambio brutal en la presentación del jefazo final, le da un buen toque al juego, ya que la sensación de que algo anda mal es evidente, pero ver como el juego termina con otra cinemática lamentable baja mucho la moral, además de hacerte sentir estafado y quitarte las ganas de jugar de nuevo al juego hasta el final (por suerte las cinemáticas se pueden omitir), por lo que lamentablemente no le puedo dar al juego más nota de la que quería. Todo por tontería del creador del juego, que quería tener el juego listo para una fecha determinada y para ello cortó con el talentoso dibujante mexicano de las primeras cinemáticas (las cuales, como ya he dicho, tienen personalidad propia) para rematarlo todo con unos dibujos sin gracia hechos con Paint. También tiene el problema de que llega a ser muy corto, pero ese poco tiempo que dura el juego llega a ser tan intenso y divertido que es fácil perdonarlo, y además, todo hay que decirlo, la broma final es jodidamente buena y hace del juego aún más difícil de olvidar. Hay también poca variedad en los enemigos, pero siendo el juego tan divertido es algo que resulta ser fácil de perdonar, de hecho es posible que ni nos demos cuenta.
Puede que la nota siga pareciendo exagerada para algunos, y aún más tras el bajón del final, pero es que la experiencia que he vivido con este juego ha sido inolvidable, tanto para bien como para mal, y las sensaciones que he tenido jugándolo no las he tenido en ningún otro juego, tanto que dudo que vuelva ha encontrarme con algo igual. Es algo difícil de describir. En el fondo espero que, en el caso de que terminen sacándolo para PC, corrijan sus errores y le añadan más contenido. Solo en este caso, le aumentaré la nota con mucho gusto.
Jack el Destripador
8
¨Let¨s Get Fiscal¨ es uno de los muchos títulos del catálogo de juegos indie de XBox Live en tener como portada chicas con poca ropa con el fin de atraer la atención del jugador. Pese a este detalle, el juego, para nuestra sorpresa, resulta ser un beat¨em up de gran calidad, en lugar de uno de los muchos juegos de novela visual con toques eróticos que pululan en el catálogo.
Claramente la portada no tiene nada que ver con el juego en si. Las chicas que aparecen en ella no tienen ninguna aparición en el juego, aunque si que es cierto que uno de los enemigos habituales en el juego es una chica con bikini. La portada, junto con el título, el cual parece ser una parodia de la canción ¨Let¨s Get Physical¨, tratan de atraer la atención del jugador, y este termina cayendo aún más en la trampa cuando descubre que tiene asociado el género de lucha y es de los escasos juegos con puntuación.
En verdad llega a ser toda una joya. Los gráficos, con enormes sprites de personajes y unos escenarios completamente detallados, además de las graciosas animaciones de los personajes, hacen que el juego tenga vida propia, aunque a decir verdad, lo que llega a destacar es la historia y el carisma de los personajes, especialmente del protagonista, aunque también es una delicia el repartir hostias con nuestro personaje. El juego cuenta con cinemáticas estilo cómic, y con actuación de voz, que nos impresionarán con sus personajes y la ida de olla que resulta ser su historia y el desarrollo de esta.
El juego trata de que somos una especie de contable, pero el termino ¨contable¨ en el juego vendría a ser ¨ajustador de cuentas¨, por lo que deberemos realizar los encargos de nuestro paranoico jefe de ajustar cuentas con empresas de todo tipo. Los diálogos, la actitud paranoica del jefe y los caretos que pone nuestro personaje, junto con la forma dinámica en la que se cuenta la historia y el uso de los efectos de sonido y la música para acompañar esta, harán que vivamos una experiencia única y pasemos un rato inolvidable jugando al juego.
Dentro del juego, este sigue siendo hilirante a más no poder, especialmente cuando hablamos de los jefazos, los cuales vale la pena comentar. El primero de ellos es un par de hombres que lanzan rayos láser de uno de sus ojos mientras imitan el sonido de estos (al ser dos llegan a ser muchas veces un incordio, y entenderemos el porque de los créditos infinitos); el segundo jefazo, el dueño de un restaurante es, quizás, el más ¿¿¡¡WTF!!?? de todos, puesto que lo derrotaremos de un soplido, aunque igualmente no es recomendable dejarle tiempo para actuar, puesto que sus ataques son algo letales; el tercer jefe, y último, será el que decidirá si amaremos o no el juego, de hecho, vale la pena comentarlo en un parágrafo aparte.
En la cinemática de presentación del tercer y último jefazo, nos temeremos lo peor. Es aquí cuando cosas raras empiezan a suceder, y una sensación de que algo va jodidamente mal recorrerá todo nuestro cuerpo. Por algún extraño motivo, la calidad de las viñetas ha decrecido notablemente en esta cinemática (ahora tienen un tufo a Paint que la flipas), y ya no hay actuación de voz. Nuestros temores se volverán realidad cuando descubramos que el tercer jefazo suelta un escudo protector y se regenera sin poder hacerle nada. En un principio parecerá que el creador nos ha timado, y que el juego no tiene fin, pero si que hay una forma de derrotar al jefazo, y dependerá el que la descubramos o no el si amaremos o no este juego. Yo por mi parte di con la solución, por lo que al final he terminado amando el juego pese al chasco de las últimas cinemáticas. El truco está en obviar a nuestro oponente, evitando cualquier tipo de contacto con él, lo que implica esquivar sus ataques, hasta que la broma final del creador se revela. La cinemática final vuelve a ser de pésima calidad.
Sinceramente, el hecho de que la calidad de las cinemáticas pegue un cambio brutal en la presentación del jefazo final, le da un buen toque al juego, ya que la sensación de que algo anda mal es evidente, pero ver como el juego termina con otra cinemática lamentable baja mucho la moral, además de hacerte sentir estafado y quitarte las ganas de jugar de nuevo al juego hasta el final (por suerte las cinemáticas se pueden omitir), por lo que lamentablemente no le puedo dar al juego más nota de la que quería. Todo por tontería del creador del juego, que quería tener el juego listo para una fecha determinada y para ello cortó con el talentoso dibujante mexicano de las primeras cinemáticas (las cuales, como ya he dicho, tienen personalidad propia) para rematarlo todo con unos dibujos sin gracia hechos con Paint. También tiene el problema de que llega a ser muy corto, pero ese poco tiempo que dura el juego llega a ser tan intenso y divertido que es fácil perdonarlo, y además, todo hay que decirlo, la broma final es jodidamente buena y hace del juego aún más difícil de olvidar. Hay también poca variedad en los enemigos, pero siendo el juego tan divertido es algo que resulta ser fácil de perdonar, de hecho es posible que ni nos demos cuenta.
Puede que la nota siga pareciendo exagerada para algunos, y aún más tras el bajón del final, pero es que la experiencia que he vivido con este juego ha sido inolvidable, tanto para bien como para mal, y las sensaciones que he tenido jugándolo no las he tenido en ningún otro juego, tanto que dudo que vuelva ha encontrarme con algo igual. Es algo difícil de describir. En el fondo espero que, en el caso de que terminen sacándolo para PC, corrijan sus errores y le añadan más contenido. Solo en este caso, le aumentaré la nota con mucho gusto.
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