Ficha Meshes of the Afternoon


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Críticas de Meshes of the Afternoon (2)




Mad Warrior

  • 13 Oct 2022

10



Sueños, oscuros procesos de la mente en cuyas difuminadas bifurcaciones a cualquier punto del inconsciente se deslizan las más incomprensibles formas, ajenas a cualquier discurso, saber o conocimiento unívoco, ya sea analítico, filosófico o místico...

Nacida como Eleonora Derenkowska en 1.917 y emigrada a los EE.UU. con tan solo cinco años, esta natural de Ucrania y ascendencia judía no podía ni imaginarse que algún tiempo después habría de convertirse en una de las figuras clave, si no la más importante, del movimiento surrealista surgido en el panorama cinematográfico americano en la década de los 40, un estilo que, de forma consciente o inconsciente, bebía a partes iguales del ¨avant-garde¨ europeo, el rupturismo e innovación de Luis Buñuel y Teinosuke Kinugasa y los clásicos parámetros del ¨noir¨ hollywoodiense (aunque algunas de estas influencias serían negadas por Deren).
¨Meshes of the Afternoon¨ sería la primera de sus muchas pequeñas obras, la mayoría realizadas junto al célebre director austriaco Alexander Hammid, responsable asimismo del nacimiento del ¨avant-garde¨ en su Checoslovaquia natal, con el que se casaría en 1.942; deseosos de implantar el susodicho movimiento en territorio americano, la pareja iniciaría el proyecto un año después de su matrimonio sirviéndose de un presupuesto irrisorio (al menos hoy día) de unos 300 dólares y ejerciendo funciones tanto delante como detrás de la cámara.

Curiosamente, Deren es la que más merito ha obtenido por sus trabajos, aunque hay datos sobre una implicación creativa mayor (al menos en el que nos ocupa) por parte de Hammid, relegado, incluso por ella misma, a un segundo plano; pero estas cuestiones de autoría que pronto provocarán tensiones en su relación aún no se hallan presentes en ¨Meshes of the Afternoon¨, donde la actriz/directora se atreve a interpenetrar en las paranoicas fisuras y confusos abismos que habitan en los sueños, cuyo planteamiento aparentemente se instala en la fobia doméstica, los problemas de coexistencia y, sobre todo, el conflicto de identidad.
Una mujer (la propia Maya) entra en una casa y extrañas pesadillas asaltarán su mente, pesadillas que se conforman como signo inequívoco de amenaza; apoyándose en una absorbente intriga y acumulando ciertos signos exteriores que parecen remitir a la imaginería del cine negro (el teléfono, el cuchillo, la llave, el tocadiscos), el cortometraje propone la fusión ininteligible de realidad y surrealidad y la confrontación o búsqueda de una verdad absoluta a través del movimiento del inconsciente (de ahí que los hechos sucedan en un sueño dentro de un sueño).

Esta verdad no será otra que la de adivinar cual es el origen del malestar y de un deseo de violencia interior que crece desesperadamente; en un momento dado la protagonista (tras una serie de repeticiones donde no cesará el encuentro con ella misma), se ¨desdobla¨, e incluso ¨triplica¨, con el fin de figurar y desenmascarar al ser único, aquel que representa esa parte del inconsciente cuya existencia no es sino una premonición de la muerte y el caos. Rostro metafórico y anterior espejo que encuentra su forma transmutada en un hombre (Hammid), del cual la protagonista pretenderá deshacerse...aunque quizás esa inestabilidad, desasosiego y sadismo siempre residió en ella misma.
Opacidad psicológica, mortificación lancinante, reversibilidad de las apariencias, desposeimiento absoluto; Deren y Hammid manifiestan aquí una de las más poderosas evocaciones del Mal a través de la articulación de una aniquilación total de los demás y de uno mismo, que veremos en un sensacional clímax/anti-clímax, mientras la creación de ambientes increíblemente sofisticados y la permanente fluidez de su encadenamiento gobiernan la percepción del espectador, llevándole a pensar que todo es misterio, que nada es racional y que se trata sólo de dejarse arrastrar por la pura sensorialidad. Pero en realidad esta dimensión sensorial también es un texto que merece leerse e interpretarse.

En esta ambivalencia entre ambos polos aparentemente contradictorios se abisma o desliza ¨Meshes of the Afternoon¨, logro a un tiempo irracional e inaprensible, cuya ¨trama¨ desfila como la estela espectral de un sueño, en un tiempo y un espacio descompuestos, donde tomará especial importancia una serie de recursos formales utilizados con gran habilidad para realzar la tensión y la sensación de este desfase espacio-temporal, como la saturación de luz en la fotografía de Hammid, el innovador manejo de cámara, elegante en ocasiones, vertiginoso a veces, o la música, añadida en 1.959 por el compositor Teiji Ito (tercer esposo de la actriz/directora).
Objeto de numerosas críticas y análisis aunque recibido con escepticismo en su época (Hollywood nunca miró con buenos ojos a su creadora, quien despreciaba los comerciales e insulsos productos que a cada momento salían de sus arcas), no hay duda de que este trabajo quedaría en la Historia como uno de los más influyentes en el cine moderno e independiente americano, inmortalizando además a Maya Deren como la madre del surrealismo.

Esa de cuya imaginería han bebido innumerables artistas futuros...



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krugerface

  • 20 Mar 2012

6


Una mujer -interpretada por la propia Maya Deren- explora sus propias imágenes interiores, a través de un sueño, donde los objetos ordinarios de su vida diaria consiguen un misterio sobrecogedor. Deren explicó que quería ¨plasmar en la película la sensación que experimenta un ser humano sobre un incidente, más que grabar el incidente con precisión¨. Una obra de importancia capital dentro del surrealismo cinematográfico.



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