Cuba,
25 de Mayo de 1932 91 años Un poco de su vida:
El Premio Nacional de Cine 2015 ha sido conferido al veterano productor Humberto Hernández (La Habana, 1932), quien cuenta en su filmografía con clásicos como Las aventuras de Juan Quinquin (Julio García Espinosa, 1967) y Cecilia (Humberto Solás, 1981).
El jurado estuvo integrado por los Premios Nacionales de Cine Raúl Pérez Ureta (2010), Eslinda Núñez (2011) y Juan Carlos Tabío...
+ (2014), además del productor Santiago Llapur, la documentalista Lourdes de los Santos, el escritor Reinaldo Rodríguez y el investigador Mario Naito.
Hernández ingresó en el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) en 1963 como productor asistente en dos largometrajes: En días como estos, de Jorge Fraga y La decisión dirigido por José Massip (Premio Nacional de Cine 2012). En 1964 se suma al proyecto documental de Rogelio París Nosotros, la música, primera película que realiza como director de Producción. A partir de ese año, en que trabaja también en Desarraigo, de Fausto Canel, desempeña esa responsabilidad en más de una treintena de largometrajes tanto de ficción como documentales, algunos dirigidos por los cineastas cubanos más importantes.
El 18 de julio de 1966 marca el inicio del rodaje de Las aventuras de Juan Quinquin, dirigido por Julio García Espinosa versión de la novela de Samuel Feijóo Juan Quinquin en Pueblo Mocho.
Con Humberto Solás, el productor Hernández trabaja en tres películas: Un día de noviembre, rodada en 1972; Cecilia, de 1981, adaptación libre de la novela homónima costumbrista escrita por Cirilo Villaverde, y Un hombre de éxito, en 1986.
Enrique Pineda Barnet ha contado con la eficacia de Hernández en la producción de tres de sus largometrajes. Dos de ellos, Mella y Aquella larga noche, por tratarse de la reconstrucción de personajes históricos, el líder estudiantil Julio Antonio Mella en los años 30, y la vida de Lidia y Clodomira, dos colaboradoras del Ejército Rebelde en la década de los 50, resultaron bastante complejos. Sin embargo, no quedó a la zaga La bella del Alhambra en 1989.
La tierra y el cielo, correspondiente a 1977, fue el único título en la filmografía de Manuel Octavio Gómez, en el cual desempeñó Hernández funciones de productor. Es la adaptación del relato homónimo de Antonio Benítez Rojo sobre la presencia de la emigración haitiana en el campo cubano antes de la Revolución.
Su única experiencia junto al realizador Tomás Gutiérrez Alea fue en Hasta cierto punto, en 1983 y con José Massip trabajó en documental Guantánamo, en 1967, y en 1971, en el largometraje de ficción Páginas del diario de José Martí.
En representación del ICAIC intervino en la coproducción con Francia y México de El recurso del método, versión de la novela de Alejo Carpentier, dirigida por el cineasta chileno Miguel Littin en 1978 y al año siguiente en Prisioneros desaparecidos, rodada por el director también chileno Sergio Castilla.
Ha producido varios cortos documentales, entre los que figuran: Miriam Makeba, de Juan Carlos Tabío; Un relato sobre el jefe de la Columna 4, dirigido por Sergio Giral; así como Crónica de la victoria, realizado por Jesús Díaz y Fernando Pérez.
Humberto Hernández tuvo a su cargo en 1983 la producción de Los refugiados de la Cueva del Muerto, la primera y única incursión en el largometraje de ficción por el célebre documentalista Santiago Álvarez. A continuación, intervino en la realización del docudrama Primero de enero por Miguel Torres.
Antes de integrar el equipo de La bella del Alhambra, dirigido por Enrique Pineda Barnet, y devenido un clásico en su género, el productor Humberto Hernández, inscribió otro título relacionado con el cine musical: Hoy como ayer, realizado en 1987 por el cineasta cubano Constante Diego y el mexicano Sergio Véjar.
En 1990, Hernández tuvo a su cargo la producción de la comedia Alicia en el pueblo de Maravillas, dirigida por Daniel Díaz Torres y en 1991 del largometraje de r Rapi Diego, en coproducción con Venezuela, de Mascaró, el cazador americano.
En el año 2000, Hernández encabezó la producción del ICAIC con compañías de España y Francia del filme Lista de espera, rodado por Juan Carlos Tabío, y tres años más tarde, Roble de olor, el primer largometraje de ficción realizado por Rigoberto López.
El viajero inmóvil, realizada por Tomás Piard en el año 2008, también exigió no poco del productor para recrear pasajes de la novela Paradiso, de José Lezama Lima, entrecruzados con testimonios sobre el escritor en medio de una de sus celebérrimas cenas y en 2011 produjo Sumbe, de Eduardo Moya.
Con posterioridad, Hernández volvió al cine musical, esta vez para colaborar con Jorge Luis Sánchez en su segundo largometraje: Irremediablemente juntos
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