Mamá, ese edificio se está quejando.
Es sólo un sueño. Un sueño.
Ten, abre la boca, comételo. Si no comes algo de este mundo desaparecerás.
Apesta a humano. ¡Qué olor!
Si no trabajas, Yubaba te convertirá en un animal. Ella es la hechicera que controla nuestro mundo.
Soy Kamaji, esclavo de las calderas que calientan los baños.
¡Termina lo que empezaste!
Este es un baño público al que vienen ocho millones de dioses a descansar.
Nunca verás tu mundo nuevamente.
Tus padres fueron unos descarados. ¡Mira que robarle la comida a nuestros invitados!
¡Déjeme trabajar aquí!
¿Porqué debería dejarte trabajar aquí? Se nota que eres floja, consentida y chillona... y además, tonta.
Que promesa tan ridícula hice. Darle trabajo a quien lo pidiera.
Desde ahora te llamarás Sen.
Papá, Mamá, ¡Les prometo que los rescataré! ¡No engorden demasiado o se los comerán!
Yubaba tiene poder sobre los demás porque les roba sus nombres. Guarda en secreto tu nombre verdadero. Si te roba tu nombre, nunca podrás volver a casa.
Algún día llegaré a esa ciudad. Un día me iré de aquí.
Si salgo de aquí me enfermaré. - No, si te quedas aquí enfermarás.
Todos los dragones son buenos y tontos.
El cliente espléndido resultó ser un temible monstruo: un Sin Cara. Yubaba dice que tú lo trajiste.
Antes había un tren de regreso pero ahora es de un solo sentido. ¿Aún quieres ir?
¿Qué es lo que está pasando aquí? - ¿No lo entiendes? Se llama amor.
Regresa por donde viniste. No puedes ayudarme en lo que necesito.
¡Estoy solo!
Mi hermana y yo somos dos mitades de lo mismo. Pero no nos llevamos bien.
Nada de lo que ya pasó es olvidado. Incluso si ya no lo recuerdas.
Si haces llorar a Sen ya no te querré.
Vete, has ganado. Largo de aquí.
¿Nos volveremos a ver? - Seguro. Lo prometo.
¿Qué? ¿Una humana?