Abortamos misión. | Alien: Covenant

Ridley Scott no sabe hacer otra cosa que repetir la misma película veinte mil veces. Te aplaudimos una vez por tu emblemática Alien: El Octavo Pasajero pero ya está, no pretendas que te aplaudamos más veces con tu mediocridad de trabajo. Se te ha subido demasiado a la cabeza tu único clásico del que te has agarrado toda tu vida, tanto es así, que has repetido la misma película tres condenadas veces, cada cual hundiéndose con mas intensidad, donde tus nuevas ideas brillan por su ausencia. ¿Hay algo que diferencia Covenant de Prometheus?. Si es así que alguien me lo explique.

Has tardado cinco años en realizar una nueva entrega y lo único que has hecho es imitar una y otra vez tu éxito que te sirvió a finales de los setenta, pero que ahora según tus resultados obtenidos en taquilla, te obligarán a que la próxima vez te lo tengas que currar un poquito más si quieres salvarte el culo. Coventant es tan predecible y tan descarada, que imita el mismo procedimiento que sus anteriores entregas. Tenemos la cansina introducción que dura casi hasta la hora de duración, luego tenemos el nudo donde los sucesos hacen que el ritmo se acelere y veamos más muertes y un largo etcétera y finalmente, tenemos un desenlace que hace que te replantees porque te has pegado dos horas viendo este pedazo de truño.

La verdad es que lo mires por donde lo mires, Covenant es insulsa y poco adaptable a un público que quiere ver algo más aparte de la típica persecución de siempre, cansa muchísimo de verdad. Ni siquiera los efectos especiales me han parecido los mejores. Poco más que decir de Alien: Covenant, que no nos engañen, es una versión extendida de Prometheus que carece de originalidad y lo único que aporta son algunas escenas gore y una buena fotografía que deslumbra por encima de toda la mediocridad empleada. Si esperas algo más de Ridley Scott que no sea una nave y un alien dentro, mejor quédate en tu casa y si estas en ella vete a acostarte.

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Me gustó más ¨Prometheus, 2.012¨, aunque esta no desmerece de aquella. Continúa la serie que Ridley Scott pergeñó allá por la década lustrosa de los 80 y por la que tanta gente aficionada a la ciencia ficción sigue con marcada predisposición. .IDEAL. .3 sobre 5. ..PICARD..

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Interesante y entretenida secuela directa de “Prometheus” (2012), nuevamente a cargo del gran Ridley Scott (“Gladiator”, 2000).

Año 2104. La nave colonial Covenant, con 15 tripulantes, 2 mil colonos y 1 mil 140 embriones a bordo, se dirige al remoto planeta Origae-6, con el fin de estudiarlo y establecer una colonia permanente. Sin embargo, este nuevo paraíso inexplorado resulta ser un mundo oscuro y hostil.

Incluso antes del lanzamiento y éxito comercial de “Prometheus” (2012), Ridley Scott había comentado la posibilidad de una secuela que abordara el viaje que la Dra. Shaw y el androide David había iniciado en el epílogo del film hacia el planeta natal de los Ingenieros, en un intento de entender por qué crearon a la humanidad y más tarde trataron de destruirla. Además, el director de “Legend” (1985) creía necesario explicar en el nuevo film los acontecimientos ocurridos entre “Prometheus” (2012) y “Alien” (1979) y, de esta forma, terminar de ensamblar narrativamente la cronología de la franquicia de “Alien” (1979-2017), a pesar de que en ese momento había descartado la aparición de los xenomorfos. Hasta agosto de 2012 Fox buscaba que la secuela no sólo fuese dirigida por Scott y guionizada por Damon Lindelof, sino también protagonizada por Noomi Rapace y Michael Fassbender.

No obstante, el primer cambio importante en el proyecto se produjo cuando Lindelof optó finalmente por no participar, y Scott debió contratar al guionista de “Transcendence” (2014), Jack Plagen, en junio de 2013 para el primer borrador, el cual fue reescrito por Michael Green en marzo de 2014.

Inconforme con este borrador y su reescritura, encargó a Dante Harper otro guión el cual terminó reescrito por John Logan, quien había trabajado con el director en “Gladiator” (2000). Logan era un gran admirador del clásico original de fines de los 70s, que consideraba una de las películas de terror espacial más importantes de la historia, por lo que creyó importante que el nexo entre “Prometheus” (2012) y “Alien” (1979) volviera a incluir elementos terroríficos, a modo de homenaje, por un parte, y de lógica narrativa, por otra, para ensamblar la trama narrativa de ambos films. De esta forma, se propuso incluir y desarrollar armoniosamente ambos enfoques, es decir, los aspectos filosóficos de la primera y los terroríficos de la segunda, cambiando así el tono del film.

En consecuencia, en “Alien: Covenant” (2017) Ridley Scott continuaría explorando y profundizando en las cuestiones filosóficas que aborda en “Prometheus” (2012) y que definen el modo en que nuestra sociedad concibe el pasado, el presente y el futuro de la humanidad, concentrándose en uno de nuestros mayores anhelos, conocer y comprender nuestro origen, a partir de la presencia de los ingenieros, su hipotético rol en el origen de nuestra especie y la creación de las aberrantes y letales criaturas alienígenas que protagonizan las primeras cuatro entregas de la franquicia. Sin embargo, el principal aliciente en “Alien: Covenant” (2017) estará en la concreción del elemento conspirativo y rol fundamental del androide que presenta “Prometheus” (2012) y que Scott concibió a partir de elementos narrativos que ya había abordado, por ejemplo, en el clásico de ciencia ficción “Bladerunner” (1982). Recordemos que el sugerente concepto de la villanía del androide encuentra inspiración en la historia de los replicantes y su visión destructiva de la especia humana en un futuro hipotético, que Cameron había abrazado en las dos primeras entregas de la franquicia “Terminator” (1984-2020).

De este modo, en “Alien: Covenant” (2017) el guión termina trabajar la idea del androide como villano, cuyo primer cuestionamiento Scott lo introduce de forma magistral en el diálogo de Peter Weyland y el recién activado androide David, a modo de flashback de “Prometheus” (2012) sobre porqué él, su creador, es mortal y él, la criatura, es inmortal. Así, en la misma línea que las franquicias “Terminator” (1984-2020) y “Matrix” (1999-2003) y, por supuesto, de la clásica novela de horror “Frankenstein; or the Modern Prometheus” (1818) de Mary Shelley de la cual proviene todo este concepto de la criatura artificial que pretende destruir a su creador, “Alien: Covenant” (2017) abraza una idea que incluso el físico teórico británico Stephen Hawking pronosticó, que las creaciones artificiales creadas por el hombre se volvieran conscientes de la imperfección y vulnerabilidad de nuestra especie y no sólo planearan nuestra destrucción, sino que también la justificaran. David asume, entonces, el control de una misión de la cual parece haber estado siempre consciente y preparado, generando las condiciones necesarias para concretarlas cuando haya llegado el momento.

Hay otros críticos y analistas que creen advertir en la figura de David otros conceptos ideológicos cercanos a nuestras creencias religiosas. Este enfoque toma como referencia la figura de Satanás, principal antagonista en el cristianismo de la figura creadora Dios, que comparte interesantes rasgos con el androide. Al igual que Lucifer, David fue creado para servir a su creador y su figura evoluciona en gran medida gracias a cómo lo concebimos los humanos, también Satanás resulta castigado por Dios al permitirle acceder al conocimiento al hombre, como Prometeo, más allá de la referencia a la nave espacial. Sin embargo, el androide tiene la capacidad de crear algo que Satanás no y sólo utilizará ese poder para destruir. Desde la perspectiva del poeta y filósofo John Milton y su obra “El Paraíso Perdido” (1667) Satanás no tiene ninguna necesidad de volverse contra su creador ya que ha heredado la sensibilidad de éste, pero su naturaleza demoníaca termina por imponerse, puesto que donde fuere que vaya no dejará de ser un ángel inmortal, pero si llevará el infierno consigo mismo. Lo mismo para David, que sabiendo que es indestructible utilizará su poder para crear criaturas que proyecten sus deseos de dominar el mundo.

Por lo tanto, si hay algo que “Alien: Covenant” (2017) toma sus propios derroteros a pesar de la evidente y lógica insistencia en conectarse con “Alien” (1979) y eventualmente con el resto de la franquicia, es precisamente la evolución del personaje interpretado brillantemente por Michael Fassbender (“Unglourious Bastards”, 2009). Una de las cuestiones que caracterizó la franquicia desde el comienzo, entendiéndose desde “Alien” (1979) del propio Scott hasta “Alien IV: Resurecction” (1997) de Jean-Pierre Jeunet, fue la figura predominante de la teniente Ellen Ripley como heroína vencedora en el conflicto contra y con las criaturas espaciales, a través de la metáfora de la fuerza femenina más allá de su referencia maternal, un elemento que Scott cambió radicalmente en “Prometheus” (2012) y que termina por dejar en un segundo plano en “Alien: Covenant” (2017) en favor del tratamiento del villano, verdadero protagonista de las dos precuelas/spin-offs del clásico de 1979.

Este enfoque, lamentablemente, no terminaría por ser bien comprendido y asimilado por los fanáticos más puristas de la franquicia, pero indudablemente surge como una vuelta de tuerca que termina por ofrecer a la narrativa cronológica una inteligente expansión y profundización del universo filosófico y narrativo de la franquicia. Este punto también ayuda a explicar el nombre del film, que inicialmente llevaba el título de “Alien: Lost Paradise” y que finalmente cambió a “Alien: Covenant”. La palabra “Covenant” se traduce como “pacto” y tiene interesantes referencias a la tradición bíblica que habla del pacto entre Dios y el pueblo de Israel en que el primero protege al segundo a cambio de su lealtad y adoración y que se replica evidentemente en la relación entre los ingenieros y los humanos, siendo el protagonismo de David, una alegoría a Satanás, como lo indiqué en el párrafo anterior, determinante en la puesta a prueba de esta vinculación.

Si bien Ridley Scott había en un principio descartado la inclusión de los xenomorfos en “Alien: Covenant” (2017) siguiendo la línea argumentativa de “Prometheus” (2012) que se enfocaba más bien los Ingenieros y su hipotético rol en el origen de nuestra especie, finalmente optó por incorporarlos a partir del enfoque integracionista que el guión terminó por abrazar, retomando de esta forma todos los códigos fundamentales del género de terror. En consecuencia, a los ya míticos ovoides, abrazacaras, rompepechos y criaturas alienígenas que protagonizaron las primeras cuatro entregas de la franquicia, se sumarán otras criaturas conocidas como neomorfos, una clase de xenomorfos de color blanco, que han surgido gracias al ecosistema del planeta al cual llega la nave Covenant. Inspirados en el extraño tiburón duende que vive a más de 1.400 metros de profundidad, estas criaturas regalan varias secuencias brutales y representan una mejora de la versión del diácono de “Prometheus” (2012) y una “primera” versión de los xenomorfos de “Alien” (1979), siempre a partir de los bocetos diseñados por H.R. Giger.

Al igual que su precuela “Prometheus” (2012), artística y visualmente “Alien: Covenant” (2017) es una experiencia extraordinaria, gracias al notable trabajo del diseñador de producción y arte Chris Seagers (“Saving Private Ryan”, 1998) y la fotografía del polaco Dariusz Wolski, quien repite tras “Prometheus” (2012) . En la línea de Arthur Max (“Seven”, 1995) reconstruyó todo el arte de la franquicia y le dio una correcta continuidad respecto a “Prometheus” (2012). Seagers se basó en más una docena de obras de arte, la mayoría de ellas, como el nombre de la película, vinculadas a la iconografía religiosa, específicamente las imágenes que tienen que ver con la caída de Lucifer, la expulsión de Adán y Eva del Edén, y una serie de viajes por el infierno. De esta forma, podemos advertir varios grabados extraídos de la “Divina Comedia” de Dante Alighieri (1304-1321) realizados por Gustave Doré en 1866 como “The Fall of Lucifer” para el aterrizaje de la Covenant, “Dance meets the panter” para el encuentro de la avanzada con el neomorfo y “Beatrice and Virgil” para la escena en que aparece David para salvarlos, y “The Lost Paradise” (1677) con “The Red Dragon” (1803) de William Blake para la salida del neomorfo de la espalda de uno de los tripulantes y “Adan and Eve driving out the Paradise” (1908) de John Martin para la exploración de los tripulantes por el planeta, entre muchos ejemplos, que también incluyen a “L’ultima cena” (1494) de Leonardo Da Vinci.

Los efectos especiales y visuales estuvieron a cargo de Charles Henley y su equipo, quienes por encargo del director de “The Martian” (2015) privilegiaron la utilización de efectos prácticos como animatrónicos los cuales tardaron 6 meses en construirse y un equipo de 30 personas. También se fabricaron prótesis, cabezas animatrónicas y trajes para recrear a los xenomorfos y neomorfos para actores de entre 10 y 40 años, altos, delgados, fuertes y ágiles, cuyas performances fueron retocadas por efectos digitales para dar mayor naturalidad y agilidad a sus movimientos. Ridley repitió con la empresa MPC con la que había trabajado en “Prometheus” (2012) y más recientemente “The Martian” (2015) y con Animal Logic que había creado los hologramas para la precuela de “Alien: Covenant”. Además, dado que la fotografía principal se realizó en Australia y Nueva Zelanda entre abril y julio de 2016, Scott también incorporó a compañías de efectos con sede en el País de los Canguros, como Luma y Rising Sun.

La estructura interpretativa de “Alien: Covenant” (2017) continúa con la línea de todas las entregas de la franquicia, es decir, un reparto coral con una protagonista femenina a modo de heroína, sin embargo y en una profundización de lo que se utilizó en “Prometheus” (2012), se incorpora un nuevo androide Walter, que junto a David simbolizan la eterna lucha del bien y el mal. El alemán Michael Fassbender se desdobla magistralmente para entregar una interpretación tan similar como dispar al mismo tiempo, siempre al servicio del guión y los rasgos de cada androide, siendo a todas luces lo más destacable del reparto. El problema es que Fassbender opaca prácticamente a todo el elenco, comenzando con Katherine Waterston (Saga “Fantastic Beasts and Where to Find Them”, 2016-2018) quien encarna a “Danny” Daniels, terraformista y tercera al mando de la Covenant, que queda al debe como heroína, por más que parte en desventaja desde el inicio al ser comparada con Noomi Rapace y, principalmente, Sigourney Weaver.
Billy Crudup (“Spotlight”, 2015) como Oram, Danny McBride (“Tropic Thunder”, 2008) como Tee Faris, Demián Bichir (“A Better Life”, 2011) como Lope, Carmen Ejogo (“It Comes at Night”, 2017) como Karine, Amy Seimetz (“Pet Sematary”, 2019) como Maggie Faris, Callie Hernández (“La La Land”, 2016) como Upworth, Jussie Smollett como Ricks, Nathaniel Dean (“The Rage in Placid Lake”, 2003) como Hallett y James Franco (Saga “Spiderman”, 2002-2007) como Branson interpretaron al resto de la tripulación. Guy Pearce repitió como Peter Weyland, fundador y CEO de Weyland Corporation y Javier Botet encarnó al xenomorfo principal.

Inicialmente, Harry Gregson-Williams confirmó que repetiría como compositor para “Alien: Covenant” (2017) luego de haber colaborado con Scott en “Kingdom of Heaven” (2005) y la propia “Prometheus” (2012). No obstante, desistiría, llevando al director de “Bladerunner” (1982) a reclutar a Jed Kurzel, líder del dúo de blues australiano The Mess Hall. Kurzel realizó una extensión de la partitura clásica de Jerry Goldsmith para “Alien” (1979) e incorporó algunos cortes de Gregson-Williams para “Prometheus” (2012) como “Life” y “We were right”. Además, trabajó utilizando instrumentos de sonido orgánico que estaban corrompidos por sonidos extraños o por ellos mismos, de forma tal de sugerir una presencia amenazante, como respiraciones y pulsos, en definitiva, oscuro.

“Alien: Covenant” (2017) se estrenó en Londres el 4 de mayo de ese año, recaudando un total de US$241 millones a partir de un presupuesto de US$97 millones. Si bien la crítica se mostró reluctante a sentirse satisfecha por las respuestas a las interrogantes pendientes que había dejado “Prometheus” (2012), alabó nuevamente su factura técnica y visual, sus efectos especiales y fotografía y la interpretación dual de Fassbender. Sin embargo, a pesar de ser rentable, terminó recaudando la mitad que “Prometheus” (2012), por lo que se rumoreó que la tercera precuela que Ridley Scott había sugerido en 2015 había quedado suspendida. No obstante, el propio Scott en 2019, en el aniversario 40° de “Alien” (1979) confirmó la redacción del guión de que será “Alien: Awakening” cuyo estreno se espera para 2021.

En resumen, una satisfactoria e interesante segunda precuela al clásico “Alien” (1979) que nuevamente brilla por su espectacular factura técnica y visual y, al mismo tiempo, se alza como una acertada y eficiente propuesta que rinde homenaje a las antiguas entregas, sin dejar de ahondar en cuestiones existencialistas, logrando sin duda el anhelado equilibrio.

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Ante todo, un excelente film de ciencia ficción-terror, aunque desde luego no llega a cubrir del todo todas las expectativas que generó la otra precuela, Prometheus. Me decepcionó todo lo relacionado con los ingenieros, que aquí pierden casi por completo el aura de raza superior casi divina que ostentaban en la anterior entrega, quedando reducidos a una simple raza humanoide. Y la forma en que son exterminados tampoco me convence.
Obviando estos aspectos tenemos una película con momentos verdaderamente terroríficos, muy conseguidos, y un hilo argumental bastante sólido que nos va desvelando algunos de los enigmas más importantes de la saga. Cuenta también con un ritmo que no decae en ningún momento, con un final que recuerda demasiado a la obra de 1979, que para mí sigue siendo la mejor.
El apartado técnico es una vez más brillante, y en el apartado artístico pues los actores cumplen muy bien, destacando como no Michael Fassbender, en su doble papel de los dos androides.
En resumen una muy buena precuela que sin llegar a ser brillante y sin llegar al nivel de Prometheus es una digna continuación de ésta, encajando de forma correcta algunas de las piezas más importantes de la saga en su conjunto.

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Alien: Covenant se estreno en el año 2017. Esta dirigida por Ridley Scott y protagonizada por Michael Fassbender, Katherine Waterston, Billy Crudup, Danny McBride, Demián Bichir y Carmen Ejogo.
Rumbo a un remoto planeta en el otro extremo de la galaxia, la tripulación de la nave Covenant, compuesta por varias parejas además del androide Walter, tiene como objetivo ser la primera misión colonizadora a gran escala. Al aterrizar en un extraño lugar descubren lo que parece ser un paraíso desconocido. Pero los integrantes de esta expedición pronto descubrirán que no están solos allí, y su misión acabará convirtiéndose en una lucha por su supervivencia en un ambiente hostil y peligroso. Los temibles xenomorfos no se lo pondrán nada fácil a los miembros de la nave Covenant.

Alien: Covenant es la secuela de la pelicula Prometeo del 2012 y tambien es la segunda precuela de Alien, El Octavo Pasajero de 1979, y pues como paso con Prometeo esta pelicula se ha ganado el odio de muchas personas pero el aprecio de otras, ya que para muchos no es tan mala como la hacen algunos y yo estoy en ese grupo, no es una pelicula perfecta pero me gusto un poco mas que Prometeo, esta si se ve como una pelicula de Alien pero al igual que Prometeo tiene grandes agujeros en el guion y momentos verdaderamente estúpidos, no es una mala pelicula de Alien pero me ha dejado un poco frió y ya explicaremos porque.

En una de mis anteriores criticas dije que estas precuelas de Alien me habían parecido decepcionantes, en estos dias me dispuse a revisar Prometeo y Alien Covenant y pues la verdad es que ambas me dejaron un buen sabor de boca, siguen teniendo fallos eso si pero en cierto punto eso de expandir el universo de Alien me parece muy interesante pero pienso que Ridley Scoot no sabe exactamente cual es el propósito de estas peliculas y lo unico que esta haciendo es echar a perder una de las sagas mas famosas de la historia con entregas verdaderamente innecesarias.

Dije que Alien Covenant me habia parecido mejor pelicula que Prometeo, y pues es verdad, Prometo y Covenant son dos peliculas totalmente distintas pero pertenecen a la misma saga, lo que pasa es que Covenant es una pelicula mas entretenida, con mas accion y mas gore, técnicamente lo que todos querían ver en la anterior en Prometo que era a la criatura matando a todos los tripulantes de la nave.

Ahora, las actuaciones estan correctas, vale que los actores no lo hacen para nada mal pero el gran y unico problema que hay es que el guion les hace cometer una cantidad de estupideces y por eso es que se ven bastante estúpidos. De todo el reparto, el unico que saca la cara por la pelicula es Michael Fassbender, un estupendo actor que aquí interpreta a dos personajes, o mejor dicho a dos androides, a Walter y a David, el androide que sobrevivo en la anterior pelicula y que aquí nos enteramos que se cargo a la otra sobreviviente de la Prometeo, a Noomi Rapace en sus peculiares experimentos. Me gusto mucho la actuación de Michael Fassbender, aquí y en Prometeo, un papelón y es una pena que un actorazo como este no tenga un Oscar y otros actores verdaderamente malos como Javier Bardem tengan uno y con una pelicula de mierda.
La Ripley de turno es Katherine Waterson, que ya sabemos que sera una de las sobrevivientes, me gusto tambien porque interpreta a un personaje mas humano, su cara de terror, angustiada por todo aunque en verdad se hace un poco pesada poniendo cara de asustada en toda la pelicula. El resto de elenco es bastante pésimo, empezando por Danny McBride, y en verdad no me explico como este sujeto llego hasta el final, bueno al final hay una sorpresa pero sobrevivo a los aliens y con eso ya es para asombrarse. La pareja de gays, Demian Bichir y el otro que ni se quien es no dicen nada de nada, al igual que el cameillo de James Franco, y juro que en un momento llegue a creer que este actor tenia un papel mas importante pero no, se lo cargan al principio.

Lo mas destacable de la pelicula serian los aliens quienes se comen la pantalla cada vez que salen, pero lo unico que me molesto fueron esos efectos especiales tan patéticos, muy pobres y hasta se parecen a los efectos de Alien 3. Una cosa que me llamo la atención es que la pelicula es muy pobre visualmente, no hay decorados y en Prometeo eso era lo que llamaba la atención. un paso atrás pero que nos va a importar.

La pelicula esta repleta de errores infantiles, uno de ellos seria en la escena de la enfermería, en donde un alien le destroza la espalda a un tripulante de la Covenant y empieza a acosar a las dos chicas, dos mujeres bien estúpidas, ambas se resbalan con la sangre y una de ellas hace explotar la nave, gracias a Dios que se cargaron muy temprano a esas dos inútiles aunque todavía quedan mas, como los dos tipos que se infectan por no llevar ningún tipo de protección en un planeta desconocido, ese error se cometió en Prometeo y aquí se comete otra vez. Hay muchísimos errores en esta pelicula pero no quiero alargar la critica con eso, pero cabe mencionar algunos mas y es que los tripulantes llegan a una especie de ciudad y ven un montón de cadáveres y siguen como si nada, dichos cadáveres son de los ingenieros, pero lo mas triste de todo es que nadie se preocupa por nadie y les da lo mismo si se mueren o no, como el capitán que ve el cadáver de uno de sus compañeros y le vale madres o al final, en donde una pareja de cachondos estan en la ducha follando después de que mataran a sus amigos, vaya errores tan mediocres.

Pero claro que lo que tiene en errores lo recompensa con entretenimiento, ya que la pelicula en si no es aburrida, tiene uno que otro momento flojo pero la pelicula no es aburrida en su totalidad, ademas tiene buen gore y escenas un tanto brutales que no impactan pero si son muy sangrientas y hasta creo que es la pelicula mas sangrienta de la saga Alien.

Alien Covenant se sitúa 18 años atrás que Alien, El Octavo Pasajero, ahora tendremos que esperar para saber como se conectara con la gran Alien y espero que esta tercera precuela sea la ultima y no echen a perder mas la saga, no es una mala pelicula pero hubiera preferido ver Alien 5 que esta.

En definitiva Alien: Covenant me ha parecido una pelicula decente la cual es recomendable solo para aquellos que quieran ver de nuevo a los aliens en accion y en eso si cumple, ya que dichas escenas estan muy buenas. Es una pelicula totalmente innecesaria al igual que Prometheus, pero al menos esta es mas entretenida y con mas accion, una cosa que se me olvidaba mencionar fue esa espantosa pelea entre los dos Fassbender, ridícula a mas no poder.

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Me sumo a quiénes lo han pasado bien con el film. A mi juicio, uno de los puntos de mayor interés deriva del aislamiento y la progresiva locura que afectan al androide -que se erige en el auténtico villano-, y de su reflejo insano en esa meticulosa colección o catálogo lúgubre de experimentos
que se revela como una especie de museo de los horrores y subraya el
tono argumental oscuro.
A pesar de que la inclusión de los llamados Ingenieros es algo rudimen
taria -pues lo poco que vemos de ellos en el momento de su aniquila
ción, su forma de proceder, no es propia de una civilización tan inteli
gente y avanzada y sí más bien de una tribu o de una cultura arcai
ca-, y de que algunas incoherencias en el guión traicionan el realis
mo y el horror frente a lo incomprensible, santo y seña, ambos, del
film original, Alien: Covenant es un vehículo de clase B perfecto pa
ra gozar. El brillante prólogo con un acertadísimo Guy Pearce cuyo
rol, es curioso, tras ver el film nos hará reflexionar -de tal palo tal as
tilla..-; esa mezcla de horror y humor en la escena de la ducha, y el fi
nal pesimista, son, entre otros, ejemplos que así lo atestiguan.
Naturalmente poco que objetar al apartado técnico -a efectos especia
les y fotografía-, sobresaliendo esa nueva ola de xenomorfos neona
tos, quizá mejor resueltos en el film que el viejo espécimen.
Lejos de la perfección absoluta de su golpe maestro en 1979 -un verda
dero hito-, las intenciones de Scott en pos de la expansión de ese uni
verso son más o menos plausibles, y asimismo, los resultados logra
dos.
Y eso a pesar de que a mí, particularmente, me parece más seductora
y romántica la idea -inicial..?-, de una criatura alienígena o forma de vida desconocida, que el producto de un malintencionado experimento en el laboratorio..

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Menudo despropósito de película. Se han cargado el misterio de los xenomorfos de forma inimaginable. Si ya en alien 3 se les empezó a ir la pinza, aquí estamos ante un delirio épico.

El nacimiento del primer bicho me ha recordado al de la loca historia de las galaxias. Le faltó el sombrero. Cosa mala (ahora, cuando revisiones las dos entregas clásicas, será inevitable recordar de donde y cómo vinieron estos entrañables bichos).

....y el final de videojuego es de traca.


Totalmente prescindible. Ni la puntúo.

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Excelente! Es una muy buena película, llena de grandes efectos visuales y un diseño impecable. Me llamo mucho la atención la filosofia detrás de los orígenes del Alíen. La actuación de Fassbender esta muy bien realizada y, ya en una opinión más personal, no le veo nada de negativo al guión. La trama mantiene su suspenso a pesar de que, como en entregas anteriores de Alíen, el final parezca muy predecible (Exceptuando la escena con la que concluye la película; a decir verdad, eso no me lo esperaba). Pienso que fue una de las mejores películas del 2017, aunque a muchos no les haya gustado.

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Si “Prometeo” dejó a algunos insatisfechos, y las críticas estaban muy divididas, ya con “Covenant”, Ridley Scott logró despertar las iras de los hard fans de su saga “Alien”.

No deja de producir cierta perplejidad e impotencia, al constatar, una vez más, la falta de ideas del cine comercial actual, y su obsesión por exprimir ganancias a costa de las supuestas “sagas”.

Y bueno, la trama de “Covenant” está ambientada en 2104, diez años después de los trágicos hechos de “Prometeo” y dieciocho años antes de los sucesos que veremos en “Alien, El octavo pasajero”. En realidad Scott realiza maromas argumentales para intentar unir y dar sentido a la historia de este film con lo que vimos en “Prometeo” y en “Alien”. Lo logra? Mmmmm.

Michael Fassbender es el gran protagonista, repitiendo como androide, y por partida doble. De hecho, los diálogos con pretensiones filosóficas que mantienen David y Walter son de lo mejor del film. Y el xenomorfo recupera presencia, pero nunca logra en realidad impresionar, ya no digamos asustar.

El recurso para poder disfrutar de este film, (igual que debes hacer con “Prometeo”), es olvidarte de “Alien”, y limitarte a visionarla como una obra de suspenso y CI-FI autónoma, pues se trata de un film interesante, que ofrece reales posibilidades de disfrute para cualquier fan del cine fantástico.

A los hard fans de la saga original solo les queda la resignación.

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Ridley Scott nos trae la secuela de Prometheus, de la cual esperaba bastante de ella, y me ha dejado decepcionado, donde la veo inferior a su antecesora, y de la cual solo tiene de referencia a los ingenieros, aún así, es una película bastante entretenida y disfrutable con sus muertes.

Las actuaciones, son bastantes buenas y cuenta con muy buen reparto, en primer lugar tenemos a Katherine Waterston, esta genial, se marca muy buen papel y ha buscado la misma formula que hizo con Noomi Rapace, Michael Fassbender, en su línea, siempre cumple y siempre da ganas de verlo en la pantalla, por otro lado tenemos Billy Crudup, Danny McBride, Demián Bichir, Carmen Ejogo, Amy Seimetz, Callie Hernandez y Jussie Smollett, están correctos y para rellenar la trama, por último tenemos los cameos de James Franco, Guy Pearce y Noomi Rapace.

El guión, muy mediocre, y nada original, sigue expandiendo el mundo de Alien, pero es un quiero y no puedo, cuenta con muy buenas intenciones y con gran potencial, pero al final se queda en una mera película más del montón, la historia esta bien, pero sigue dejando más incógnitas de las que resuelve, a su favor cuenta el buen ritmo que conlleva, y con una trama algo desarrollada y que profundiza un poquito más en los ingenieros pero sigue dejando muchas dudas, sin duda donde más destaca es en su grandes escenas de muertes, llegando a ser violentas, y recreando buena atmosfera de tensión, pero me han parecido un poco mediocres las caracterizaciones de los Aliens. Los efectos son muy buenos, la fotografía impecable, el montaje muy bueno, los escenarios impresionantes y la música acompaña muy bien. El final esta bien, siendo previsible y dejándola muy abierta.

Película recomendable, muy entretenida, no se hace pesada, cuenta con buenas muertes, y merece la pena verla.

Mi puntuación: 6 de 10.

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