Decente peli de serie B que ofrece un rato de diversion tontilla en su corta duración.
Comienza con un tema musical sobre el monstruo, lo cual siempre esta genial. Su ridícula premisa y su ritmo rápido dejan claro que no se toma muy en serio, aunque de por si esta ejecutada de forma lineal y sin elementos parodicos, con la suficiente seriedad como para que me haya preocupado por los personajes principales.
Este monstruo siempre ha sido un concepto divertido para mí, y esta colorida película no solo lo creó, sino que usa de el bastante bien.
Me hizo falta que aparezca mas el bicho, pero entiendo que se estaban quedando sin presupuesto para hacer la animacion y sin creatividad para hacer creer a la gente que la gelatina que estaban filmando era tan grande como un edificio e invadia las calles.
The Blob (La Masa Devoradora)
Sinopsis:
Una masa amorfa llegada del espacio que consume a todos los que cruzan en su camino. Cada vez que se alimenta aumenta de tamaño de forma espectacular, poniendo en peligro a un pequeño pueblo. A pesar de las burlas de la policía, Steve Andrews , su novia y sus compañeros intentarán alertar a todo el mundo de la amenaza que supone ¨la masa devoradora.
¨The Blob¨ es una película de terror y ciencia ficción de serie B que fue estrenada a finales de los años cincuenta, es una película cutre pero entrañable y con el paso del tiempo se ha convertido en una película de culto. Es un film de consumo rápido que con apenas 83 minutos de duración entretiene de principio a fin ya que es bastante dinámica aunque claro que en estos tiempos puede que no impresione tanto o que en vez de dar miedo lo que cause es diversión pero la película es un clásico del cine de terror de la época y aparte de eso fue la primera película de Steve McQueen cómo protagonista así que indiscutiblemente estamos ante una obra de culto.
¨The Blob¨ cuenta con una trama sencilla, un meteorito cae en la tierra específicamente en un pequeño pueblo de los Estados Unidos trayendo consigo una masa viscosa y gelatinosa que sembrará el terror entre los habitantes del pueblo ya que a medida que va devorando personas su tamaño aumenta más y más así que la policía y los habitantes del pueblo enfrentarán a la criatura probando diferentes formas para destruirla hasta que Steve McQueen descubre que la masa no soporta el frío así que utilizan los extintores y esparcen el CO2 sobre la masa hasta que logran congelarla dejándola prácticamente inofensiva.
El ritmo está bien pero en ocasiones la película se torna algo aburrida con tanto diálogo y poca acción pero tampoco llega a hacerse pesada. Las actuaciones estuvieron bien, no hay muchas caras conocidas en el reparto a excepción de Steve McQueen quien más adelante se convertiría en toda una estrella protagonizando éxitos y grandes clásicos como ¨Papillon¨, ¨La Gran Evasión¨, ¨El Coloso en Llamas¨, entre otros. Los efectos si son bastante cutrecillos aunque eso es obvio ya que se trata de una película de finales de los años cincuenta y más encima de bajo presupuesto así que eso no tiene que ser motivo de quejas.
Una cosa que no me gustó fue que las muertes estuvieron muy flojas y algunas no se vieron en pantalla así que eso hace que le reste puntos pero afortunadamente este detalle se aprovecha y se le saca jugo en el remake que se hizo en los años ochenta que para mí como para muchos supera con creces a la original y eso tampoco tiene discusión, además para los que no sepan la original tuvo una secuela oficial que se estrenó en 1972 y se título ¨Beware! The Blob¨, que por cierto no la he visto y ni me interesa ya que tampoco es que tenga buenas referencias de ella así que por el momento la paso por alto y a esta le doy una más que justa y merecida aprobación.
Para fines de los cincuentas está muy bien pero el terror aéstas alturas por momentos se convierte en comedia, un meteorito cae en un poblado y de él sale una gelatina viscoza que va aumentando de tamaño a medida que engulle a sus víctimas, es previsible, vemos a un Steve Mcqueen joven que tiene un protagonico interesante, el final es precipitado pero cierra bien, efectos de la época muy buenos y actuaciones acordes, un clásico para ver nuevamente.
La Tierra había sufrido ya incontables invasiones alienígenas.
Parecía que ya lo habíamos visto todo hasta que llegó, dentro de un meteorito, algo capaz de arrasar el Planeta.
¡Es indescriptible!, ¡es indestructible!, ¡y nada puede pararlo! Así rezaba el cartel de una de esas pequeñas joyas de la ciencia-ficción salida de los años 50, llegada a finales de una década llena de títulos del mismo estilo y situados en la serie ¨B¨, de esos tan perseguidos por los arqueólogos (¨La Tierra contra los Platillos Voladores¨, ¨Asesinos del Espacio¨, ¨El Monstruo de otro Planeta¨) y otros más memorables (¨La Guerra de los Mundos¨, ¨Ultimátum a La Tierra¨). Sin embargo el mítico Jack Henry Harris tuvo mucho ojo en la que fue su primera producción.
Escrita por Theodore Simonson y la célebre actriz Kay Linaker a partir de una idea de Irvine Millgate, ¨La Masa Devoradora¨ aprovechó todos los estereotipos con los que contaba el cine del momento para satirizarlos mientras innovaba la manida obsesión de las invasiones influenciada por las tensiones que la Guerra Fría generó en la sociedad americana y la carrera espacial entre EE.UU. y la U.R.S.S.. Para ocupar la cámara no fue curiosamente elegido un experto en el género (ni en ese ni en ninguno porque debutó aquí como cineasta...), sino el nativo alemán Irvin S. Yeaworth Jr., prolífico realizador de vídeos educativos y temática religiosa para la juventud (incluso firmó algunos de los especiales televisivos de Billy Graham).
Lo único que se le puede acreditar antes de ponerse al frente de esta producción de moderado presupuesto (poco más de 100.000 dólares) fue ¨The Flaming Teenage¨, anodino film pensado directamente para concienciar a los chavales sobre los peligros terrenales, quizás este enfoque fue lo que atrajo a Harris y se convirtió en uno de los revulsivos de su proyecto, inspirado también por un suceso real: el descubrimiento a principios de década en los bosques de Pennsylvania de restos de ¨gelatina de estrella¨. Ahí se sitúa esta historia y así empieza cuando la típica pareja de enamorados presencia la caída de un meteorito en el bonito paisaje arbolado.
La pequeña charla inicial entre Steve y Jean y la posterior escena en la que un anciano encuentra dicho meteorito y de él emerge una sustancia gelatinosa que se adhiere a su piel es el mejor ejemplo de cómo la película nos lanza interacciones perfectamente olvidables entre personajes y factura secuencias realmente elaboradas en términos de efectos especiales y contenido fantástico. Porque el pueblo donde se nos sumerge es ese reducto seguro y biempensante de la América profunda en el cual los adultos son ariscos y susceptibles y los chicos rebeldes y temerosos; la audiencia que perseguía Harris con el film era sin duda la adolescente.
Este gran desnivel lo lastra sin remedio. Por un lado tenemos un ser llegado del Espacio que huye de los convencionales ¨humanos disfrazados¨ y marionetas de la ciencia-ficción de entonces, un ser amorfo y horripilante que engulle a sus víctimas y las digiere, y que guarda no poca relación con el extraterrestre ya presentado por el mítico John W. Campbell Jr. en su relato ¨Who goes There?¨ (base para una tergiversadora adaptación). La exposición de esta rojiza gelatina espacial y sus originales ¨ataques¨ aportan los mejores momentos a la estereotipada trama.
Cabe recordar el que se da en el interior del cine (durante el visionado de ¨Dementia¨, joya para los amantes del horror surrealista, y que puede venir a sugerirnos, según la visión de Yeaworth, los peligros de ir al cine...) o el intenso clímax en la cafetería, donde los efectos y trucos visuales de Bart Sloane crean un espectáculo delicioso. Pero por otro seremos castigados (y así la propia película) con una muy irrisoria caracterización de personajes, demasiado mojigatos o detestables, y cuyas líneas de diálogo acumulan tal cantidad de torpezas o frases inútiles que se van olvidando conforme se escuchan.
Los jóvenes, presentados como unos buscalíos de poca monta y amantes de la la juerga (siguiendo el patrón de las cincuenteras ¨rebel teen movies¨), acaban, gracias a las piruteas que hace el guión y sobre todo el director, convirtiéndose en la voz de la razón, pues sólo ellos saben el peligro que corren los habitantes (confiemos en nuestros jóvenes, el futuro de la nación, básicamente); los adultos, padres y agentes de la ley, son expeditivos, cabezotas o simplemente patéticos, pero con ello Yeaworth (quien además critica el sentimiento reaccionario de las fuerzas del orden) persigue una imagen perfecta de comunidad contra el peligro exterior (ese pueblo unido hacia el final, de manera dudosa).
Por eso cuesta al espectador asimilar a un Steve McQueen de 28 años dando vida (bueno...) a un personaje tan rematadamente insulso, aun si eso implica disfrutar de su magnética presencia; y es que aquí McQueen, en su primer rol protagonista, aún no era él tal y como lo conocemos, a pesar de los problemas que dio durante el rodaje y de que intuyamos en su Steve Andrews particularidades muy propias como la afición por los coches y la velocidad o su personalidad melancólica, solitaria y marginada. Lo secunda una guapa pero limitadísima Aneta Corsaut en su debut y un puñado de actores bastante flojos; sólo se me ocurre destacar a Olin Howland, el anciano que encuentra el meteorito.
Con todo la película, de primeras relegada a las sesiones dobles y pese a que le llevó su tiempo despegar, fue todo un éxito de taquilla (en contra de las premoniciones de los críticos y del mismo McQueen, quienes afirmaban que sería un desastre...).
Aunque hoy sus artesanos y baratos efectos sólo provoquen la carcajada, son lo que la convierten en un entrañable título del género a descubrir; eso, su idea y que está McQueen, claro. Su conclusión abierta dio pie a una horrible secuela y tres décadas más tarde llegaría una nueva versión, mucho más espectacular.
Correcto film de terror y ciencia ficción, dirigido por Irvin Yeaworth (“The Flaming Teenage”, 1956) y protagonizado por Steve McQueen (“Papillon”, 1970).
Un grupo de adolescentes hará frente a una extraña masa amorfa proveniente del espacio que devora cuanto ser vivo encuentre en su camino.
Los orígenes de “The Blob” (1958) se remontan a mediados de los 50s cuando el productor Jack H. Harris se interesó en un supuesto descubrimiento de una sustancia gelatinosa alienígena encontrada en Pensilvania y planeó hacer una película de terror y ciencia ficción. El encargado de escribir el guión fue Theodore Simonson (“4D Man”, 1959), sin embargo, fue la actriz y guionista Kay Linaker (“Black Aces”, 1937) quien realizó los retoques finales y propuso el cambio de nombre del film, que originalmente se iba a llamar “The Molten Meteor”, a “The Blob”, a partir del título del libro infantil “The Glob” (1952) de John O’Reilly y Walt Kelly. Harris lograría conseguir financiamiento de una asociación religiosa indeterminada, que aportó US$120 mil de presupuesto y que vió con gran beneplácito que el productor escogiera a un director afín a films comerciales, religiosos y educativos, Irvin Yeaworth, quien recién había debutado en Hollywood con el drama juvenil “The Flaming Teenage” (1956).
No cabe la menor duda que “The Blob” (1958) es un producto de su tiempo, y si menciono especialmente el origen de su financimiento es porque es importante de tener en cuenta para comprender la esencia narrativa del guión. A fines de la década de los 50s, la cultura popular que había cambiado para siempre a la sociedad estadounidense con la consolidación de la televisión, daría paso al nacimiento de la música rock and roll y con ello la aparición de figuras juveniles que, con cierta actitud rebelde, representaban a una juventud cada vez más inquieta y participativa de los procesos sociales. Sin embargo, estas figuras a pesar de su actitud rebelde y contestataria ante el sistema, no dejan de proyectar valores que la sociedad estadounidense (y las autoridades políticas y civiles) no dejaba de pregonar y fomentar, como el respeto por la ley y la autoridad policial, la colaboración social en situaciones de adversidad y la defensa de los ideales civiles a manos de la gente y no del ejército.
Por otra parte, también es reflejo de la amenaza y horror atómicos que la Guerra Fría (1947-1991), el conflicto entre Estados Unidos y la Unión Soviética suponía y que había dividido el mundo arbitrariamente en capitalistas y comunistas. El cine de ciencia ficción, entonces, coqueteaba fuertemente con el género bélico y catastrófico en que la humanidad corría constantemente el peligro de autodestruirse en el afán de conquistar al enemigo. Sin embargo, con la advenimiento y consolidación de la era espacial, que se traduciría en otro ejemplo de las tensiones y competencias tecnológicas entre ambas potencias mundiales, este género había tomado diversos elementos del cine de terror para crear el subgénero de alienígenas invasores, cuyos seminales y principales ejemplos habían sido los clásicos “The Thing From Another World” (1951) de Christian Nyby y “Invasion of the Body Snatchers” (1956) de Don Siegel, de las cuales “The Blob” (1958) bebe directa y evidentemente.
Este rasgo nos lleva al personaje alienígena del film que se convierte en una de las cuestiones narrativas más interesantes de la trama. De forma similar a lo que se expone y desarrolla en “The Thing From Another World” (1951), se trata de un agente extraterrestre desconocido sobre el cual la trama sólo entrega información básica conforme interactúa con los personajes “humanos” en forma de amenaza o ataque con resultado de muerte. Se trata de una masa gelatinosa contenida en una suerte de meteorito cuyo núcleo la recubre, que asimila físicamente y devora brutalmente todo ser viviente que se le cruce por delante, aumentando de peso conforme devora a sus víctimas y que resulta inmune a todo tipo de armas, como balas, proyectiles y bombas, y que sólo tendrá como debilidad la exposición a las bajas temperaturas. Por cierto, desde ya mencionar el paradójico e irrisable epílogo en la Antártica, que da cuenta cómo los estadounidenses conciben el resto del continente americano, “su patio trasero”.
De esta forma, nos encontramos con un grupo de adolescentes en actitud rebelde con sus padres y con el sistema, pero principalmente en cuanto a temas de diversión y permisión, después de todo, se trata de jóvenes y quieren divertirse. De hecho, al margen de la típica actitud de “pasarse de listo” que algunos jóvenes tienen, la relación de los adolescentes con la policía es bastante fluida y hasta paternal, casi alcahuete. De hecho, el único elemento policial que tiene una actitud y relación áspera y tensa con los jóvenes es aquel que tiene un pasado militar y que más bien se comporta así con ellos por una cuestión de frustración profesional. En general, se trata de jóvenes de buena familia que tienen una conducta civil correcta y que incluso no tienen problemas para dejar de hacer lo que están haciendo para liderar el enfrentamiento de la comunidad contra la amenaza exterior.
Sin duda que éste es el rasgo narrativo más interesante respecto a los personajes “humanos”. De hecho, a diferencia de la propia “The Thing From Another World” (1951), en “The Blob” (1958) no son las Fuerzas Armadas ni la Comunidad Científica las que enfrentan, controlan y eventualmente vencen a la amenaza, tampoco existen conflictos entre ambos estamentos para imponerse y sacar el mejor provecho posible según les convenga, es la sociedad civil, los ciudadanos normales y corrientes los que no sólo deciden enfrentar el peligro, sino que se unen para finalmente deshacerse de la amenaza. Ya mencioné la actitud de los jóvenes, pero también ello se replica en los adultos, desde el médico y la enfermera que intentan ayudar al desgraciado viejo que es atacado por la masa gelatinosa estando fuera de su horario de trabajo, hasta la policía, los bomberos y otros organismos civiles que unen fuerzas para sobrevivir.
Sin embargo, el guión contiene los habituales vicios narrativos de su época, a decir el obligatorio romance que conduce gran parte de la trama por derroteros poco interesantes, intrascendentes y hasta pragmáticos desde un punto de vista de relleno literario. Las primeras escenas del film dan cuenta de ello con la pareja de Steve y Jane perdiendo minutos en la carretera antes y después de que el meteorito caiga en la Tierra, pero sobre todo en la secuencia en que se encuentra con sus amigos carreristas y luego tiene una lección de responsabilidad con el jefe de policía, y la escena en el cine. Sin duda, se trata de elementos culturales típicos de la cultura estadounidense de aquellos años que debían retratarse y requieren de un espectador paciente y consciente que están ahí porque dan cuenta de una época y un estilo de vida.
Por supuesto que la gran estrella del film no serán sus protagonistas, contra todo pronóstico para los productores, sino la sustancia alienígena devoradora cuya presencia hace que el film trascienda y sea recordado hasta la fecha. Puede que en la actualidad parezca un monstruo o abominación de movimiento lentos, predecibles y poco terroríficos, y en ese sentido el remake de los 80s resulta bastante más eficiente al ofrecer una masa horrorosa, implacable y rápida, sin embargo, para el tipo de film del que se trata y la época en que fue producida, resulta muy eficiente y fuertemente simbólico si tenemos en cuanta que se trata de una velada referencia a la ideología comunista, que devora a la gente y la incorpora a su masa amorfa y peligrosa.
Harris concebió al monstruo a partir de una base de gelatina de silicona mezclada con algún tipo de combustible para darle ese aspecto viscoso distintivo, y empleó maquetas para simular las escenas en las se esparce, desplaza e inunda diferentes locaciones de la película, como la clínica, el supermercado, el cine y el restaurante, entre otras. Por ejemplo, para la secuencia del restaurante, se usó iuna fotografía del edificio en una mesa con un sistema giroscópico que tenía las cámaras montadas, y que, al sacudirla, permitió que se le colocara la masa, como si estuciera deslizándose sobre él. Después de eso, sólo se tuvo que imprimir al revés el negativo de la escena para lograr el efecto deseado. Ciertamente, el hecho de que la película fuera filmada en color le significaría convertirse en toda una novedad para su época, pero al mismo tiempo un gran desafío técnico.
En el reparto encontramos a la debutante y futura estrella de Hollywood, Steve McQueen (“The Towering Inferno”, 1974) quien con 28 años evidentemente no cumplía con el perfil de adolescente de 17 años que el papel protagónico exigía, además de entregar una interpretación deslavada. La bella Aneta Corsaut (Serie “The Andy Griffith Show”, 1963-1968), que interpreta a Jane, la novia de Steve, no lo hace mejor, aunque es importante señalar que gran parte de ello se debe a la tendencia crónica y machista de los guiones de los 50s en Estados Unidos que otorgaban papeles prácticamente insignificantes a las mujeres. El resto del reparto lo integraron Earl Rowe (“Gattica”, 1980) como el jefe de policía teniente Dave, Stephen Chase (“Macbeth”, 1972) como el Dr. Hallen, John Benson (“Route 66”, 1960) como el sargento Bert y George Karas (“4D Man”, 1959) como el oficial Ritchie, y Robert Fields (“The Stepford Wives”, 1975) como Tony, el líder de la pandilla amiga de Steve.
La banda sonora fue compuesta por Burt Bacharach y Ralph Carmichael. La irónica canción principal ¨Beware of The Blob¨, fue escrita por Bacharach y Mack David, convirtiéndose en un éxito en los Estados Unidos al alcanzar el puesto 33 del Billboard en noviembre de 1958. Fue interpretada por el grupo Five Blobs. En tanto, el score fue escrito por Ralph Carmichael, músico que al igual que el director Irvin Yeaworth, había trabajado en especiales de televisión para la Asociación Evangelística Billy Graham. Carmichael también compuso el tema original de la película, “Violence”, de esencia seria y aterradora.
“The Blob” (1958) fue rodada en Valley Forge, Pensilvania y sus alrededores, y en las localidades de Chester Springs, Downingtown, Phoenixville y Royersford, incluido el sótano de un restaurante local que hoy se llama Downingtown Diner. Se convirtió en un destacable éxito comercial al recaudar US$4 millones y tuvo una secuela cómica “Beware, The Blob” (1972) de Larry Hagman y un notable remake homónimo (1988) de Chuck Russell. Su influencia en la cultura popular se replicó en varios ámbitos, por ejemplo, en las historias “Goosebumps” (1992) de R.L. Stine, en el capítulo “Threehouse of Horror XVII” (2006) de The Simpsons y en la película “Monsters vs. Aliens” (2009) de Rob Letterman y Conrad Vernon. Por último, desde el 2000, se realiza en el pueblo de Phoenixville el “Blobfest” en que una de las actividades principales es salir corriendo del Colonial Theater simulando estar aterrados como se ve en la película.
En resumen, una entretenida e icónica película de terror y ciencia ficción, que destaca por su propuesta narrativa de colocar como protagonistas a un grupo de jóvenes y unos eficientes efectos especiales que la convierten en una experiencia a explorar.
Buen clasico me parecio aceptable la trama es entretenida pero en ciertos puntos es algo aburrida pero eso no quita que sea buena las actuaciones y como se lleva la trama estan bien sus efectos no son tan buenos pero es entendible por la epoca en que se hizo por mi parte la recomiendo mi nota es 8 porque le falto mas para ser perfecta
la pelicula se hizo a finales de la decada de los 50s asi que no podemos quejarnos de sus efectos cutres y de otros de sus apartados aunque no deja de ser una de esas curiosidades de antaño que tiene su merito por haber sido de las pioneras en presentar una historia con bichos extraños que caen del espacio para atemorizar a la humanidad como en este caso en donde vemos a una masa extraña y sin forma invadiendo una pequeña comunidad ,es un film que envejeció considerablemente pero tiene su valor y contó con un remake bastante superior gracias a los ideales que tomo de esta pelicula clasica
La Masa Devoradora es una buena película de Ciencia-Ficción con toques de terror en la que cabe resaltar 3 cosas:
1 - La originalidad del monstruo.
2 - Es la película que catapulto al estrellato a Steve McQueen.
3 - gracias a este film existe uno de los mejores remakes (para mi) de la historia junto con ¨La Cosa¨ de Carpenter: ¨The Blob (El Terror No Tiene Forma)¨.
Dicho esto analizare este clásico poniendo sus cosas buenas y malas.
Si con algo me tengo que quedar de esta peli es con su historia, muy bien contada y con cierta originalidad que en el cine de hoy día parece que va decayendo, poner a una masa viscosa hambrienta de carne como monstruo me parece realmente valiente, ya en su inicio nada mas que aparece la criatura acapara la visión del espectador, generando cierta duda de desconfianza hasta que vemos su modus operandi, el cual es muy sencillo y consiste en devorar toda la carne humana que encuentre a su paso.
Los FX de la criatura están muy bien para la época, regalando momentos muy buenos, es una lastima que tenga poca presencia y se la vea en contadas ocasiones.
Algo que llamo mi atención y que menos me gusto es ver a Steve McQueen y demás actores protagonistas interpretar a adolescentes cuando para nada lo son. Lo cierto es que hace gracia, pero me parece algo sin sentido la verdad, eso no quiere decir que sus actuaciones sean malas, lo cierto es que me parecieron correctas.
Buena BSO, fotografía aceptable y unos escenarios variados donde el monstruo hará de las suyas.
Esta claro que no se trata de la mejor película del mundo, pero para pasar un buen rato esta bien, además personalmente recomiendo ver este clásico, mas que nada para que veáis de donde salió la idea de la bestial ¨The Blob¨.
Coco 1.
Maravilloso clásico camp de la década de los 50s, sin ningún tipo de pretensión intelectual o metafísica, y que además es el debut cinematográfico del gran Steve McQueen.
The Blob ha logrado sobreponerse a sus propias limitaciones, que no son pocas hay que reconocerlo, y se ha convertido con toda justicia en un inolvidable clásico. Una de las anécdotas más divertidas del film es que fue producido con capital aportado por los feligreses de una iglesia evangélica, que fueron engañados haciéndoles creer que aportaban dinero para un film con mensaje religioso (!).
El director Yeaworth y los guionistas Kate Phillips & Theodore Simonson no pasarán a la historia del cine por su talento pero logran varias escenas memorables, como el descubrimiento de la “masa” por parte del pobre anciano, el violento ataque al Dr. Martin y a su enfermera o el apocalíptico ataque en el cine.
Yo adoro esta película, una de mis primeras experiencias con la Ci-Fi cuando era niño, y para mí, es un film de culto absoluto.
Esperaba mas de este ¨clásicazo¨ del cine de los 50s, es simplemente tonta. Con pocas actuaciones aceptables, un guión nefasto y escenas ridículas es una película terrible. Las muertes son malas y con efectos cutres, nada que ver con su remake. Que es mas bestia y mejor realizado, ese si me encanto.
clasicazo del cine cinquentero donde una masa viscosa devora todo a su paso. mantiene toda la magia de su decada y es altamente recomendable a los amantes del cine del hoy y del ayer.
es muy disfrutable, aunque su remake no tiene nada que envidiarle. recomendable ambas.
LA MASA DEVORADORA
Indigesta hasta decir basta.Que cosa más aburrida pardiez!Todas las escenas son estáticas,no contienen tensión ni avivez que le de candela al asunto,los ¨actores¨parecen maniquíes,apenas se mueven y expresan nada,están para decorar y punto.Hay que hacer especial mención a la infame interpretación de Steve McQueen que para ser joven en aquella época aparentaba 50 años y da pena verle hacerse pasar por joven,sus gesticulaciones son exageradas y se las da de héroe de la amenaza dando más pena y vergüenza ajena que otra cosa,viéndole en una de las primeras escenas donde le para la policía casi caigo al suelo como tocado por un rayo,que cosa más exagerada macho!Muy ridículo el tío.Luego está la novia que no para de llamarle a llantos.STEVE!STEVE!STEVE!La tía me saca de quicio.Y la verdad que el doblaje que le han puesto no les beneficia nada en absoluto,que doblaje más feo!Luego está la música para poner supuesta tensión,pues vaya turrada!La famosa masa es una especie de membrillo grande que a caído del cosmos y va matando a la gente,pues bien,ni crea tensión ni nada por el estilo,yo me río del blandimblue este jajaja.Me río de los efectos especiales,momento ataque membrillo a la caravana...Madre santa,és alquien cogiendo el membrillo atacando a una caravana pintada en papel!!!Jajaja.Ah!El desenlace,Mcqueen se da cuenta por inspiración divina en el último momento de que és lo que mata al membrillo,en ese momento supuestamente la tensión és máxima...pues bien,la policía se toma una calma que ni los koalas colegas y nadie se pone nervioso :S
La peli és una tufarada grandilocuente que no hay por donde pillarla y lo único que te suscita es monumental aburrimiento e impaciencia absoluta.Muy mala.Bochornosa a tope.Turrón!
Por su gran éxito en taquilla en la década del los 50´s en Estados Unidos tuvo una secuela llamada Beware! The Blob que también tuvo un éxito y la posibilidad de otra secuela,pero la secuela de Beware! The Blob no se hizo a favor de una remake de la original del mismo título estrenada en 1988.
Indiscutible clásico de ciencia Ficción de fines de los 50, hoy considerado de culto. Con un argumento sencillo, pero bien llevado. los efectos especiales aceptables por la época. Lo negativo fue el papel del protagonista Steve Mc Queen eso la devaluó un poco a la cinta.
Le pongo un 6 básicamente porque pese a ser un clásico, es aburrida hasta decir basta, la masa devoradora (o mancha voraz) aparece contadísimas veces, el personaje de Steve Mcqueen queda ridículo al hacerse pasar por un chaval de 17 años...Con todo esto, debo decir que el remake del 88 (El terror no tiene forma) es mucho mejor en todos los aspectos: la masa aparece mucho mas en escena, no tiene apenas parones en el ritmo, los personajes son mas carismáticos y un largo etc.
El aspecto positivo que le veo es que para ser del 58, los fx no eran para nada malos, pero tragarse hora y media para ver 5 minutos al bicho gelatina...no vale mucho la pena, la verdad.
Si te gusta Steve Mcqueen debes verla ya que curiosamente este era uno de sus primeros papeles en el cine.
Desconocido clasico que da a relucir remakes mejores .
Es de extrañar que viniendo de una actor como es Steve McQueen sea tan desconocida.
No le puedo poner menos de un 5 por sus efectos , menos por el del final , que es mas que evidente que es un dibujo , la trama es revolucionaria , por tanto hay que decir que la peli tiene su punto.
me esperaba mucho mas...... comienza con un ritmo muy bueno para después perder-lo en el espacio...... la mancha voraz es una película que siempre había querido ver, al fin me toco la oportunidad de verla: decepción. esa es la palabra que se me ocurre para esta cinta. tiene buenos efectos de la masa, buenas actuaciones y trama muy original. en algunos momentos se vuelve cansina hasta decir basta. una obra de la que yo esperaba mucho mas....
En primer lugar primero vi el remake antes de esta y como me gusto el remake pense que esta pelicula original sea mejor o al mismo nivel pero ahora que la vi la verdad es que deja mucho que decear.
Tiene un cierto encanto pero le falto mucha accion y menos dialogos ya que toda la pelicula es dialogo y recien a lo ultimo se puede disfrutar de la accion.Los efectos me gustaron pero igual siento que no logra rescatarla a la pelicula.
Una lastima
Y se dio vida a uno de los monstruos que considero más elegantes de hollywood, y es que la ¨Mancha Voraz¨ tiene una digestión bastante limpia en comparacion con sus hermanos monstruos.
Es un monstruo unico, de seguro inspirado en el mundo unicelular en donde las amebas se comportan igual que él.
Pero desgraciadamente esta cinta original le sacó muy poco provecho, es más casi el 80% son diálogos, por eso se agradece su remake, ya que dio para mucho más con este original monster.
Disfrutable película de matiné en donde los adolescentes parecen tener 30 años y la mancha voraz aparece demasiado poco...pero cuando lo hace... A Huir se ha dicho!!
Críticas: 35
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ALEX9030
5
La Mancha voraz, Creo que es una pelicula bastante digna para la epoca, fue filmada en 1958 con un Steve McQueen y Aneta Corsaut como nuestros heroes que enfrentaran a la mancha voraz antes de que sea demasiado tarde.
La trama es muy sencilla y parecida a otras historias de esa epoca, en donde nuestros heroes se enfrentan a un extraterrestre que devora humanos y el cual es una masa hecha de algo parecido al gel que no puede ser destruido con armas convencionales.
Lo que me gusto:
LA escena del ataque en el cine es muy original..
El extraterrestre, pues fue algo muy novedoso en su momento, pues no tiene forma, ni extremidades, es una masa que crece cuando devora a seres vivos, principalmente humanos.
Los FX, aunque sencillos resultaron bastante ingeniosos y dignos para su epoca.
El misterio de la primera parte cuando llevan al anciano al medico y lo que sucede en la casa de dicho medico, pues en esa parte no sabes que pasa exactamente hasta un poco despues.
Lo que no me gusto; como dicen varios la pelicula no muestra muchas muertes, quizas debido a que no pudieron resolver muy bien como mostrar en pantalla los ataques de la mancha voraz comiendose/desintegrando a sus victimas.
Creo que si no la has visto vale la pena que le des un vistazo.
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