Regular film dramático del director mexicano Arturo Ripstein, basado en las andanzas reales de la pareja criminal conformada por Raymond Fernández y Martha Beck, conocidos como los ¨asesinos de los corazones solitarios¨ por extorsionar, estafar y asesinar a mujeres solitarias y viudas, a fines de la década de los 40s, en México.

Esta perturbadora historia inicia cuando el estafador y embaucador Nicolás Estrella (Giménez Cacho) estafa a la desequilibrada Coral Fabre (Orozco) quien decide seguirlo después de que éste le robara y abandonar a sus dos hijos, sólo para seguir a Estrella. Creyendo que éste es un acto al que él debe responder, se enfrasca en una enfermiza relación con la mujer, con quien se dedica a estafar y asesinar a varias mujeres, hasta que presa del remordimiento se entregan a la justicia.

Una historia realmente brutal basada en un amor enfermizo y retorcido, psicópata y asesino es que este director nos trae pero que en mi opinión pudo haber sido realmente memorable y se queda sólo en la pretensión, desaprovechando una historia que a todas luces es bestial, sin lugar a dudas. Porque estamos hablando de la historia de dos personas absolutamente crueles, egoístas pero inevitablemente faltas de cariño y amor en la que los engaños, las mentiras y los crímenes no importan y en la que el crimen se convierte en una forma de vida, que ellos asumen como una resignada diversión.

La película, hay que reconocerle, tiene un aire malsano, de mal rollo, y empieza bien al enseñarnos la calaña de personajes que nos llevarán en este viaje al infierno, un timador que se hace pasar por español, absolutamente acomplejado por su calvicie (la que oculta, claro) y una leve deformidad craneal y una madre soltera, amargada y frustrada por su obesidad, y con nulo sentimiento maternal y de responsabilidad hacia sus dos hijos. Pero conforme avanza la trama y viene el primer asesinato, la película baja en intensidad y apaga un tanto y luego vuelve a encender con el segundo crimen y cae de nuevo, hasta el tercer doble asesinato, lo que demuestra falta de consistencia en los momentos en los que no asesinan, y preparan a sus víctimas.

Por otra parte, está bien que estemos en los 40s, pero tiene algunos elementos argumentativos que cuesta creer como el hecho de Coral no tenga acento español y Nicolás si lo imite y eso no signifique una alerta en la victima de que está ante un engaño, o que no se noten los enfermizos celos de Coral cuando las víctimas quieren intimar con Nicolás, después de casarse o simplemente por calentura. Otro elemento que me pareció resuelto de forma muy rápida y simple es la muerte de estos dos criminales, aunque no es de extrañar, en cierta medida, que se haya hecho como se hizo, considerando que en muchas partes de México, hasta el día de hoy, la ley es del que tiene el arma más grande. Así de simple.

Las actuaciones están bien, destacar a Regina Orozco que realmente se gana el odio del espectador por su falta de escrúpulos al regalar a sus hijos, por su frialdad a la hora de asesinar a las víctimas (a las que asesina más bien por celos, no por el dinero) y esa enfermiza actitud de rogar por amor, aunque sea el amor más miserable y falso. Giménez Cacho, que debo decir es uno de mis actores preferidos del cine mexicano, creo sólo está regular acá, le he visto actuaciones realmente memorables como en ¨El Callejón de los Milagros¨ (1994) y ¨Arráncame la Vida¨ (2008), siempre de villano, pero que acá queda disminuido por el rol de Orozco.

La ambientación del film no está mal, demostrando la soledad y lo jodido que estaban muchos lugares de México en esos años (y que en algunos casos, no ha cambiado) aunque yo diría que la fotografía no es del todo clara, pero puede que eso sea de adrede para reflejar esa sensación de mal rollo que tiene la película en el aire, como ya mencioné.

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no es buena, tampoco pesima... actuaciones regulares y algunas veces sobreactuadas, medio larga, musica...pss casi ni hay... mmm... en fin, regular...

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