Otra que lleva aun la estela de los 50, pero ya con una historia decente gracias a un director al que se le daban bien estas producciones, porque a pesar del decente presupuesto, aqui se las ingenian para que los decorados (3 paredes) den para mas de una escena, como simplemente cambiando una mesa por algun cachibache futurista y poniendo alguna una bombilla que no tendria que estar ahi. Santo?(aun conociendose con el interrogante) ya es amigo del mundo en general, tiene su cuartel secreto , sus ayudantes y tambien se pasea en capa y con el torso desnudo por cualquier sitio. Banda sonora de la siniestra, con una pareja de malos que otra vez acertaron en el casting y que ademas, tienen esa estetica de comic siniestro. Escenas de autentica pelicula de accion que a nada tiene que envidiar Santo, porque aqui se deja la piel, buenas escenas planificadas y montadas de una forma que no pierden la tension, pero donde si que se pierde es con las actuaciones, donde meten un popurri de actuaciones de lo mas infecto, que junto con los combates en ring, poco o nada tienen que ver a lo largo de lo que dura esta aventura.
De las peliculas mas decentes del santo, es entretenida, los actores son buenos, considerando el guion. No olvidar que es aventura y no terror.
Me resulta un poco cutre que un luchador de esos tipo "Pressing Catch" se mezclen con mosntruos famosos; algunos de ellos son Frankenstein, el conde Drácula, e incluso la Llorona
Críticas: 4
bigladiesman
5
Segunda y algo mejorada parte de la compilación del serial que nos cuenta el enfrentamiento de Santo contra el Estrangulador, un genio del asesinato brutal y del disfraz.
El reparto y el equipo son los mismos, pero con la afortunada incorporación de Gerardo “El romano” (o “El Chiquilín”) Zepeda ex-luchador metido hacía tiempo a actor que con su imponente físico es un formidable adversario para el Enmascarado de plata, demostrando el énfasis de esta entrega en las escenas de acción, lo cual no significa que nos libremos de las escenas aleatorias de revista de variedades, solo que esta vez nos las podemos saltar porque no tienen relevancia alguna en la trama (en la anterior parte estaban integradas) y además no aparecen hasta 20 minutos después del inicio, con lo que al menos el público puede meterse en la trama de buenas a primeras. Por desgracia, el precipitadísimo final vuelve a ser un punto bajo en la cinematografía del bueno de Rudy Guzmán.
Ligera mejora respecto a la anterior entrega, pero tampoco es para tirar cohetes.
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