Película bastante interesante sobre un asesino en serie con la que tengo sentimientos encontrados. La sinopsis que leí hablaba simplemente de un psicópata que se camuflaba bajo su identidad de barbero en un pequeño pueblo, pero poco más, por lo que la complejidad del argumento superó mis expectativas.
La película trata sobre un hombre (Scott Glenn) al que acusaron de haber asesinado a diecisiete mujeres enterrándolas vivas, pero al final fue puesto en libertad porque no se hallaron las pruebas suficientes para dictaminar que fuera culpable. Entretanto, el policía que lo estaba investigando se suicida al que ver que el trabajo al que había dedicado los últimos años no servía de nada. Veinte años después, su hijo (Chris Coy) se presenta ante la puerta de este hombre con intención de que le tome bajo su protección y lo ayude a convertirse en el asesino en serie definitivo.
El principal sustento de esta película son sus dos interpretaciones principales. El veterano Scott Glenn interpreta a la perfección a ese supuesto psicópata, aparentemente cansado de todo y que intenta llevar una vida normal, alejado del pasado que le atormenta. Entretanto, Chris Coy (para mí una de los más grandes descubrimientos de la serie The Walking Dead en su quinta temporada) consigue que nos creamos del todo su personaje, un tipo absolutamente despreciable al que aparentemente no le importa acabar con la vida de una chica inocente para tratar de sorprender al hombre que pretende que sea su mentor. En papeles menores tenemos a Olivia Taylor Dudley (Atrapados en Chernóbil), interpretando a una simpática camarera que tiene la desgracia de cruzarse en el camino de un asesino, y también a Max Arciniega (Breaking Bad), el ayudante del barbero, quien sospecha que Chris Coy es algo más de lo que parece.
La película tiene giros continuos, de forma que llega un punto en el que el espectador no sabe quién es culpable y quién es inocente hasta la recta final de la película. Todas las explicaciones y argumentos que se dan parecen haber sido estudiados por el guionista al milímetro y quedan de lo más currados. No obstante, en los últimos minutos, el final de uno de los dos protagonistas se vuelve totalmente predecible, más propio de un telefilm de Antena 3 que de la película que llevas hora y veinte viendo y todo porque el guionista no parece querer arriesgarse en romper los esquemas de este tipo de películas, ya demasiado trilladas.
Aceptable película, pero el final no está a la altura.
Críticas: 2
RRemolacha
6
No sabria como definir esta peli... aséptica tal vez. Una buena historia pero todo muy superficial, los personajes muy frios, se podria haber sacado mucho más si se le hubiera dado más VIDA a ellos, una historia detrás de cada uno.
Como digo, creo que aséptica y fria es la mejor definición de esta pelicula, que no aburre, que tiene un par de momentos de intensidad, que juega muy bien con quien puede ser bueno y malo ... peroooooo falta sentimiento. Si fuera una novela, se acercaria más a una receta médica que a un thriller.
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