Producción mexicana de altos vuelos que deja a caldo las supercherías y el fanatismo religioso y la ambición de unos pocos. Logró una nominación al Oso de oro de la Berlinale.

Un afeitado y bastante caracterizado Pedro Armendáriz, en los dos años de actividad frenética que precedieron a su fallecimiento, es un anónimo cura. Es un individúo enérgico, algo avaricioso, excesivamente controlador, agudo y más bien maleducado, que con sus muchos defectos es paradójicamente la voz de la razón en el pueblo de locos que sale en esta película. Sergio Bustamante es Teófilo, un rockabilly de la vida que le hace de sacristán al cura pese a su crisis de fe porque su amable madre adoptiva Remedios - Columba Domínguez - es muy beata (?). Begoña Palacios es Verinia, novia rica del orgulloso Teófilo, que no quiere que se piense que sale con ella por dinero y le compra cosas caras. El personaje más decente de esta bufa, sin duda. Mientras tanto, una pareja de indios que recuerda sospechosamente a otra de lo más famosa (él, Arnulfo, está interpretado por Enrique Lucero, secundario habitual en producciones de Hollywood rodadas en México desde los años 60 a los 80), busca un espacio para tener a un hijo que podría tener un GRAN futuro... Y el único que los quiere ayudar en la fría Nochebuena es ese ¨hereje¨ de Teófilo. Mientras tanto, a la dulce pero retorcida Remedios se le ocurre la estafa del año para poder cumplir el sueño de Teo de irse a México D.F. ... Entre medio de ellos, pueblerinos (así es como los llaman en el reparto, que conste) crédulos, burgueses fariseos y burócratas aprovechados que quieren convertir el pueblo en un centro de peregrinación.

Un drama con tintes sobrenaturales y bíblicos compensado con toques de comedia irónica y de enredo (marca de la casa del creador del material original, el dramaturgo especialista en comedias Hugo Argüelles y del guionista Julio Alejandro, paisano y colaborador de Buñuel) viene a ser en mi opinión el equivalente mexicano a lo que en España sería una película de Berlanga (bastante más seria). Los personajes principales van poco a poco perdiendo su humanidad en pos de aprovecharse de las gentes sencillas, y la trama se va volviendo cada vez más grotesca. Los diálogos están llenos de ironía y mala baba.

Cínica película que empieza como un típico drama navideño y se va enredando hasta convertirse en una comedia bufa (para volver al drama) mediante un brillante guion muy bien desarrollado.

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