Flojo krimi de los tiempos del renacimiento de las películas sobre peligro amarillo pese a ser de la Rialto y contar con el dúo Fuchsberger-Arent.
Y es que el director y guionista Franz Gottlieb no es capaz aquí de brindarnos una historia divertida: el buenazo de Fuchsberger y el resto del reparto parecen ir como pollos sin cabeza, mientras que las rutinas de Arent resultan toscas y aburridas aquí.
El guion carece de sentido y del aire enrevesado del subgénero, y los sosos diálogos poco hacen por ayudar. Estamos ante lo que es más bien una película de acción directa, solo que sin apenas acción.
Ante la estética descaradamente pop de los krimis en general, este tiene un aire a película de serie B de años 30-40, rollo Monogram, acompañado de lo que fue marca de la casa de la Rialto en esos años: una secuencia inicial en color. La música, muy minimalista, consta de pequeñas piezas de sintetizador.
Aunque se deja ver lo suficiente, este es de momento, y de largo, el peor krimi de la veintena larga que debo llevar vistos: carece de ese bizarrismo bien entendido y esa acción liante que nos mantiene enganchados al asiento, y el humor no funciona.
Críticas: 2
TANO
6
Un “krimi“, así, entre comillas, pues se aleja bastante de las típicas historias de asesinatos, para traernos en esta ocasión una trama más cercana a la de las películas de Fu Manchú, que otra cosa. Basada en una obra de Edgar Wallace, con Joachin Fuchsberger (vaya nombrecico, hijo) como protagonista, un conocido ya para los amantes de los krimis basados en obras de este gran escritor, y con el secundario gracioso que siempre le acompaña.
La peli no está, ni de lejos, al nivel de otras producciones del estilo, en parte por lo que se ha dicho ya de que la histroia es mjy distinta a las típicas, y porque la trama como tal resulta, en parte, un poco absurda. También le falta esa gracia y ese tono gamberro que suelen tener estos krimis.
En definitiva, que se deja ver, pero no es ninguna maravilla.
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