Emotiva versión antigua de las Minas de las Rey Salomon. Buena aventuras, buenas canciones y sobretodo más que conseguidas las escenas con la tribu que guarda con recelo las minas en el desenlance del corto metraje. Como puede observarse en este clásico algunos efectos fueron muy simples como las escenas del desierto con repetición de imágenes o las escaladas en las montañas pero por contra la pelea entre las tribus tienen una calidad especial dado que se trata de la versión de 1937. Un clásico inolvidable, después vinieron más versiones y adaptaciones de todo tipo. En todo caso este film debe estar en la filmografía de cualquiera, un film lleno de aventura, humor y personajes curiosos como la figura de quien guarda el secreto de las minas o el hombre de color que va con la expedición que resulta ser jefe de tribu. Inolvidable versión.
Una de las más antiguas y más serias que he visto de la historia de Las minas del rey Salomón. Sin olvidarnos que es de los años 30, podemos observar una imagen muy bien conservada y una historia que se ha mantenido en otras versiones, con algo más de fantasía. Aquí, han metido algo de musical, con las interpretaciones de los cánticos de las tribus. Merece la pena verla.
Críticas: 3
bigladiesman
6
Ni fu ni fa. Tiene buenos momentos, como las - en la época - pintorescas y muy logradas secuencias rodadas en África, un reparto excelente con tres leyendas del cine y de la cultura: Cedric Hardwicke, Roland Young y ese coloso de la música, el deporte y la lucha pro-derechos humanos que fue Paul Robeson, cuyos espirituales e hipnótica voz hacen estremecer para bien al espectador aficionado a la música (sobretodo a los que nos va el soul y el funk: ahí están las raíces de lo que nos apasiona). Su sobria interpretación complementa a la perfección a Hardwicke y Young: por fortuna, el cine empezaba a ver que los actores negros no estaban allí solo para hacer payasadas esterotipadas.
Pero al mismo tiempo se me ha hecho un tanto pesada, y no entiendo mucho lo de cambiar a los hermanos Curtis (dejando solo uno) por los O¨Brien (hija y padre) como excusa para que salga una chica guapa. Pero así son las reglas del cine: con tías buenas todo mola más (y están en lo cierto, qué caray).
Le doy un aprobado por los buenos valores de producción (sobbretodo la fotografía), la presencia de los tres héroes del cine, y un punto extra por las maravillosas canciones con que nos deleita Robeson.
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