Sé que esta crítica va a levantar ampollas entre muchos, pero bueno, me da un poco igual, he venido a decir que Takashi Miike es un director horrible, un tipo que se embarca en siete películas al año no puede garantizar un sello de calidad en sus producciones, sencillamente es algo imposible, la mayoría de películas japonesas que he visto en los últimos años están dirigidas por este señor y al final siempre la acaba fastidiando por una cosa o por otras, muchos me ponían por las nubes ¨Crows Zero¨, así que me propuse verla, la historia de un grupo de niñatos que siembran el caos en el instituto, nada nuevo bajo el sol, ya me llamó poderosamente la atención que durara dos horas ¿Dos horas de qué? Me pregunté, dos horas de cosas muy raras, ¨Crows Zero¨ es obra de Miike, y desde tiempos inmemoriales este señor dilata sus películas hasta el límite, le pasó con ¨13 Asesinos¨ y le ha vuelto a suceder con ¨Crows Zero¨.
Una de las cosas que menos me gustan del cine asiático es que empiezan muchas películas ¨in media res¨ ahí en medio de algo, sin darte ninguna explicación, y a nosotros (O al menos a mí) me cuesta seguir el argumento cuando hay muchos personajes asiáticos involucrados en la trama, por dos sencillas razones, la primera es que son todos bastante similares, llevan en un estilo de pelo similar y se parecen (Esto me llega a pasar con películas norteamericanas, todo sea dicho)
Lo segundo, los nombres son complejos para un occidental y tendemos a confundirlos, además, te presentan treinta personajes de los cuales solo son importantes dos o tres (Este vicio, lo comparte con la grandiosa ¨Battle Royale¨, esa sí que me gustó bastante)
¨Crows Zero¨ parece dar por sentado algunas cosas, como que todos nos hemos leído el manga del que proviene y eso es un problema
¨Crows Zero¨ es una película que se me ha hecho eterna, no he conectado en ningún momento con los personajes, todos me parecían niños de papá que intentan hacerse con el control de un instituto. No sé de donde serán estos chavales (Si lo han dicho no me acuerdo) pero el control del instituto de donde yo vengo se consigue de otra manera...Vamos, los pseudo-gokus estos no duran ni cinco minutos en mi antiguo insti, se los comen con patatas.
Demasiado relacionado con la cultura adolescente japonesa, con los chavales de pelo de colores y gomina, nada recomendable, Takashi Miike, céntrate un poquito artista, que te van a salir mejores películas.
Con las adaptaciones siempre me pierdo, y capto quién es quién hasta la mitad de la película.
¨Crows¨, si que me tarde en verla... Desde hace algunos años consumo mucho ¨cine¨... película tras película, de diferentes géneros, y la mayoría de Asía. La cinematografía de Japón tiene un lugar especial en mi corazón cinéfilo, y si que hay temporadas que me llega a hartar, pero, sea como sea nunca dejare de ver sus películas.
Ahora sí ¨Crows¨
Detrás de tanto trancazo hay un aire melancólico y sentimentalista que invita a la reflexión. Tardo en engánchame, pero me encariñe con los personajes y entendí sus motivaciones... no se cuando veré la segunda parte, pero estará entre mis pendientes.
Escenas que me gustaron: Las peleas en el edificio.
Es alucinante ver como Takashi Miike realiza obras tan distintas y con tanta facilidad. Sin duda es el director referencia del Japón actual, y evidentemente lo es por méritos propios. Un largo listado de obras maestras confirma esta afirmación.
Crows Zero es la adaptación de un manga al que Miike es capaz de imprimir su personalidad con sencillez.
Estamos ante una violenta película llena de momentos asombrosos de acción, humor negro y pequeños detalles dramáticos, sello propio de su director. Quien incluso nos deleita con alguna escena surrealista plasmando su identidad al largometraje.
El reparto realiza un trabajo muy bueno, desde su protagonista Shun Oguri, hasta su némesis Takayuki Yamada. Sin olvidarnos de Kyôsuke Yabe, Meisa Kuroki, Kenta Kiritani o Tsutomu Takahasi.
El argumento nos sitúa en un colegio convertido en un campo de batalla. Dos poderosos lideres enfrentados haciendo amistades y enemistades para lograr un objetivo común: convertirse en el rey de Suzuran y unificar a los cuervos.
Para lograr tal propuesta, solo existe un medio: pelear y ganar.
120 minutos de emoción que no dejan indiferente al espectador, pese a algún altibajo melodramático que, a fin de cuentas, hace que la historia profundice más en los personajes y no únicamente sea el mero hecho de verles repartir tortas.
Ains como se tiende a sobrevalorar ciertas películas. Tampoco voy a decir que no tenga sus cosas buenas, está basada en un manga de gran éxito en Japón y por tanto tiene momentos bastantes peculiares, en especial con la caracterización de muchos de los personajes, y las fantasmadas, no faltan fantasmadas por todos los lados pero eso lo termina dando un toque de diversión que ayuda a que al menos esta película no caiga en el saco de ¨para olvidar lo antes posible¨.
Pero también tiene un detalle relacionado con el que sea un manga de éxito en japón que hace que esto patine casi desde el principio. No puede comenzar de una forma peor que darnos los nombres de todos los supuestos macarras que serán protagonistas de esta extensa película en lugar de presentárnoslos uno a uno de alguna forma que consiguiera mostrar algo de personalidad o carisma, aunque luego no vaya a tener peso en la película, pero no, en principio nos ponen el nombre acompañada de una imagen del personaje en particular sin darnos tiempo a memorizar ni siquiera uno de los rostros salvo de alguno que tenga alguna característica especial.
Pero lo peor no es eso sino que la historia se centrará en cuatro de los personajes que son los que tendrán el feudo y peso de toda la historia. Esto me parece sin duda una pésima forma de comenzar una película.
Siguiendo con este tema que me pone bastante de los nervios, un tercio de la película me parece que sobraba. No se cual es la intención de meter una historia de amor/humor entre medias, si va con la intención de dar la impresión de pretender que esto es una obra más compleja y completa de lo que en realidad es o si realmente era necesario, pero con semejante personaje de chica florero entre medias sin peso alguno en la verdadera trama me parece una verdadera pérdida de tiempo. A todo esto también se le añade un humor muy propio de Miike, ya que no podía faltar la típica escena de semen que va de graciosa, aunque aquí no llegue a mucho y sea una escena puntual, pero dejar a dicho personaje así venía ¿A cuento de qué? En fin...
Es una historia sobre la amistad, pues claro, no iba a meterse un director con cierta reputación a hacer un film estándar de bandas y hostias, las amistades están ahí y todo eso sí, pero tampoco se puede ir por ahí intentando colar de es una obra compleja por esto porque no se ve nada que no se pueda ver en cualquier otra historia de dimensiones parecidas a esta. Con esto hago hincapié en que el manga no debe de tener nada especial.
Ayy y lo más gracioso de todo, las interpretaciones de estos japoneses... una vez más cumpliendo el tópico de actores malos, está desde los inexpresivos hasta los histriónicos. Aquí hay una pequeña ventaja relacionada al estilo manga que se practica en este film, me explico, si hay algo que se nota en Crows Zero es que intenta dar la impresión de que veamos un manga en movimiento, por eso la caracterización de los personajes puede dejarse pasar, o lo dejaría si no supiera que esto ocurre en casi todas las películas japonesas adolescentes, ¿O ahora va a resultar que todas las películas japonesas intentar ser un manga en movimiento? Por tanto esta caracterización tendrá un pequeño punto de pasable pero se nota más en ciertos momentos de la película que en otros donde me parecen innecesarios.
Me parece una película excesivamente larga para lo que es en realidad, una fantasmada molona de bandas macarras adolescentes con unas dotes para luchar de cualquier shonen de artes marciales como Ranma. Claro, que eso es precisamente lo mejor de la película, esas escenas imposibles de artes marciales que visualmente son muy buenas, dejando una pelea final de lo más entretenido.
Pero el resto es casi infumable y espero haber dejado claro el por qué.
Brutal cinta de peleas callejeras de Takashi Miike, adaptación del manga ¨Crows¨ y que nos sumerge de lleno en un mundo adolescente alternativo, deformado y violento. Pura alegoría, vaya.
En este sentido, la cinta de Miike podría interpretarse como otra vuelta de tuerca al concepto expuesto en ¨Battle Royale¨ de Kinji Fukasaku. Pero en lugar de ofrecer castigo a los violentos e indómitos adolescentes, los profesores de ¨Crows Zero¨ asisten impotentes a la furia de los alumnos del instituto Suzuran. Son ellos, los alumnos, los que imponen las reglas. Y entre ellos luchan para instalarse en la cumbre.
Con este punto de partida, asistimos a una cinta que nos ofrece una historia bien hilvanada y emocionante, más humor de lo que suele ser habitual en el cine de Miike (aunque justo los momentos humorísticos son los más flojos del film...) y unas escenas de combates sencillamente espectaculares. Sólo hace falta ver excelsa batalla final para comprobarlo. Una violenta y sucia delicia, sí señor.
Por lo demás, como bien ha reseñando el crítico anterior, destacar la excelente banda sonora, un reparto repleto de rostros jóvenes muy bien elegido, y el mensaje aleccionador y antiviolento que destila la historia... ¡Es que Miike en el fondo es un pacifista!
Así que en mi opinión, ¨Crows Zero¨ es una más que recomendable película de acción, que gustará a los que busquen cine de adolescentes diferente, y hecho con auténtica maestría.
Estoy desenado ver la segunda parte... ¡Qué grande es Takashi Miike!
No he leído el manga en el cual se basa por lo que como suelo hacer en estos casos valoraré la película por lo que es en si, no como adaptación. Dicho esto hay que reconocer que este es un buen trabajo de Takashi Miike, no tan brutal como algunas de sus otras obras, sin querer decir con ello que esta sea un campo de rosas.
El guión es atrapante, con una historia de base que engancha y a pesar de que deja ver bastante bien por donde vana ir los tiros, no impide que el espectador disfrute y mantenga el interés hasta el final. ¿Qué el ritmo falla un poco? pues es verdad, hay un par de momentos que se vuelven un poco pesadetes aparte de que ciertos toques de humor sobran, pero nada que las peleas presentes no puedan arreglar.
Lo mejor de ellas sin duda, no es su número (que también) sino la gran calidad con la que están rodadas, solo ver la secuencia final, preciosa a su manera y la vez brutal, algo que pocas veces se ve.
Merece destacar también la banda sonora, perfectamente escogida y empleada, que añade otro matiz a las escenas, me remito de nuevo a la secuencia final (vale, ya sé que en poco tiempo la he nombrado dos veces, pero es que es la mejor de toda la cinta con diferencia) en la que la música es casi tan importante como los interpretes o la coreografía del combate.
Actores que cumplen muy bien, ambientación más que conseguida... Entretenida y si te gusta la acción, los enfrentamientso entre bandas y el cine asiático es muy recomendable.
Bien dirigida por Miike, con unas imagenes muy bonitas y muy buenas interpretaciones.
Las escenas de lucha son realistas y violentas, alejadas de efecismos tipo dragon ball o kung fu sion.Me recordó bastante a The Warriors (Los amos de la calle), con sus bandas, sus jefes y sus vestimentas comunes.
La escena de la lucha bajo la lluvia es tremenda.
Aunque la trama no es gran cosa (chico nuevo que llega al cole y quiere ser el mejor, va haciendo grupito para enfrentarse a los jefazos en violentas peleas donde no hay reglas) esta magistralmente llevada a cabo de forma que no te aburras en ningun momento. Incluso se permite el lujo de tocar otros generos con momentos de humor, drama y sobre todo mucha accion.
No soy asiduo al cine asiático y muchísimo menos al manga: sus historias son lentas, repetitivas, con la capacidad de trasmitir ni un solo sentimiento en toda la película y planos innecesarios. No obstante, Esta Crows es diferente y esto es sin duda al genio Takashii Miike. Sin duda para mi un gran director y mucho mejor que cualquier otro japonés, con joyas como ¨Ichi the killer (2001)¨.
El argumento gira entorno a bandas colegiales de Japón: peleas y luchas. Siempre queda presente en los argumentos las mafias yakuza y en esta no iba a ser menos. Podemos encontrar comedia, drama y sobretodo mucha acción. La pelea por saber quien es el jefe que tiene el mejor clan todavía no esta ganada...
Muy bien llevada con actores eclipsantes y una dirección elegante, la cual nos brinda fotográficamente hablando una escena final en un campo de futbol totalmente apoteósica.
Crows tiene un argumento atrapante y es dinámica, tiene grandes escenas de acción y sobretodo muy buenas peleas. Deja patente que al menos en Oriente sabe hacer cine de calidad y para todos los públicos sin planos que llevan al vacio y no aportan nada. Una buena apuesta de acción para aquellos interesados en el género de peleas de bandas y lucha.
Críticas: 9
Mad Warrior
6
En estos tiempos que corren de fanatismo por las viñetas llegadas de Japón, ni el más experto en el tema puede contabilizar la infinita cantidad de ¨shonen¨ que se producen cuya trama se da en un instituto, escenario por excelencia del mundo del manga y el anime.
Entre sus paredes nos hemos podido cruzar con historias que abarcan todos y cada uno de los géneros existentes, donde destaca, en especial para los chicos hartos de tantos empalagosos romances (¨shojo¨), el de jóvenes pandilleros, y si hay un cómic que mejor lo representa es el de ¨Crows¨, obra de Hiroshi Takahashi cuya publicación, iniciada en 1.990, llegó a durar la friolera de ocho años. Se trata de un manga de trazo grueso, una estética ¨cool¨ muy de la época, y una violencia tan grotesca, seca y simplista como los personajes que pueblan el argumento, un manga que acabó convertido en un éxito entre los lectores a los que naturalmente iba dirigido...
Un manga que a mitad del nuevo siglo debía contar con su versión en carne y hueso (ya se hizo en animación). De eso se encargaría Takashi Miike, quien ese mismo año realizaría el regular ¨live action¨ del videojuego ¨Yakuza¨; a estas alturas a ningún fan del cineasta se le escapa la pasión de éste por el cómic y el anime, así que no resulta extraño que llevara la batuta en la adaptación cinematográfica. No obstante el proyecto, escrito por Shogo Muto, guionista asiduo al universo televisivo (lo que repercutirá en el tono del film), se presenta más bien como una especie de precuela, incluyendo como secundarios algunos personajes principales del cómic.
De este modo no será Harumichi Boya, sino un tal Genji Takiya el recién llegado a este extraño centro situado en una sociedad asolada por el crimen y la delincuencia donde no hay profesores ni libros, sino chicos dispuestos en grupos y minuciosas jerarquías que luchan por el poder. Sin duda una sencilla premisa muy atractiva para el director, pues los que le conocemos bien sabemos que el mundo de la calle, ese donde la vida o se disputa a golpes o se pierde yaciendo en un charco de sangre, ese donde las jóvenes generaciones, nacidas de la violencia, son arrojadas a su decadencia y autodestrucción, ha formado parte de su filmografía desde sus comienzos.
Ese es el mundo de ¨Crows Zero¨ y de Suzuran, cuyo lema es el de ¨más vale fuerza que maña¨. La incomprensible trama se centra en las ansias de liderazgo de Genji, hijo de yakuza y también nacido de la violencia, a quien se le mete entre ceja y ceja ganar al campeón, Tamao Serizawa; sólo ese frenético arranque Miike ya dispone el estilo y la forma de la película y sus personajes, caricaturescos y esperpénticos, con cuyas aspiraciones es muy difícil empatizar. No hay otra manera de escalar la cima salvo usando los puños y rechazando todo atisbo de cobardía, pero el protagonista le da la vuelta a esto.
Porque, al contrario del irascible cabeza hueca de Serizawa, que recluta seguidores por medio del poder del miedo, la intimidación y la violencia, Genji se irá construyendo una sólida pandilla sirviéndose de un poder mucho mayor, el de la amistad, el afecto y la honestidad, el que le puede garantizar el éxito. Y todo esto lo consigue siguiendo los pasos de Ken, un patético y bufonesco personaje, antiguo alumno de Suzuran, con el que se abre una de las tantas subtramas que hallamos a lo largo del metraje, y que poco a poco pasará a ser más interesante que la principal.
Con Ken, convertido en consejero de Genji, al que le transmite la ambición de su sueño de juventud frustrado, Muto y Miike nos introducen en la despiadada yakuza y sus códigos, jerarquías y hostil atmósfera, en la que prevalecen la traición, la muerte y la mentira, que no se diferencian mucho de los del instituto; entre medias, dos pequeñas historias que incluyen la enfermedad de Tokio, incontestable figura de la paz y la alianza que comparte su amistad con Genji (la vieja) y Serizawa (la nueva), y a la joven Ruka, cuya presencia resulta de lo más prescindible pues su romance con el protagonista nunca se lleva a cabo.
El metraje, extendido hasta más de dos horas, sufrirá el riesgo de resultar tedioso por esas subtramas tan mal desarrolladas, pero Miike sabe conservar el sentido del ritmo durante toda la película, pues ahí es donde reposa su esencia: una acción intensa, excitante y visceral que sacude la pantalla con brutales estallidos de violencia aprovechando el director al máximo su estética efectista cercana al videoclip y el poder visual arrollador que exudan sus atractivas secuencias, de cuidado diseño, alcanzando su cenit en ese tramo final de golpes sin fin bajo la lluvia y frente a la puesta de Sol que sirve de entremés para un duelo épico.
Todo ello aderezado con gotas de drama, intriga y una comedia de lo más absurda (impagable la secuencia en el club con las chicas, que recordará a la época de ¨Osaka Tough Guys¨). El carismático Shun Oguri y el algo irritante Takayuki Yamada encabezan un plantel repleto de rostros jóvenes donde cabe destacar la presencia de Sosuke Takaoka, Kenta Kiritani y Tsutomu Takahashi, seguidos del simpático Kyosuke Yabe y los más veteranos Goro Kishitani y Kenichi Endo, habituales del cineasta. La guapa Meisa Kuroki, que nos deleita con su talentosa voz, es más que nada una chica florero en la trama.
Sencilla y bruta película, como el manga de Takahashi. Una oda a la rebeldía, la amitad y el sinsentido juvenil, al triunfo masculino y a la testosterona realizada con nervio y humor a ritmo de potente ¨hard rock¨ que no se aleja de clásicos como ¨Rebeldes¨, ¨The Warriors¨ o ¨Calles de Fuego¨ y cuya semilla la hallamos en anteriores obras de Miike (¨Young Thugs: Innocent Blood¨, por ejemplo).
Pese a su duración e irregularidad en el guión, ¨Crows Zero¨ es entretenida de principio a fin, rematada con un impactante final abierto que nos deja con la duda: ¿se convertirá Genji en líder de Suzuran? Habrá que descubrirlo en la secuela...
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